Sociedad
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hace 7 horas
Tal como estaba planificado, ayer la Dirección General de Escuelas (DGE)entregó entre los 43 Institutos de Formación de Docente de todas las carreras, los exámenes para que 5.900 estudiantes de primer año rindieran un examen destinado a conocer su nivel de comprensión lectora y producción de textos y la capacidad para resolver problemas.
El objetivo de esta prueba piloto, destacaron desde el área educativa, consiste en contar con un perfil de la formación de los ingresantes recientes. Con ese material, indicaron las autoridades, se planificarán mejoras en las áreas donde se demuestren mayores flaquezas y se ofrecerán capacitaciones.
Según el diagnóstico de rendimiento de la DGE, el examen fue rendido en un 80% de las instituciones de nivel superior. "Hubo siete en las que directamente los estudiantes no rindieron", aclaró Emma Cunietti, coordinadora del Nivel Superior de Mendoza.
Uno de los institutos que formó parte del 20% que no rindió la prueba fue N° 9002 Tomás Godoy Cruz (que funciona en la escuela Normal). Diego Galdame, estudiante de tercer año del profesorado de Biología y presidente del Centro de Estudiantes destacó que uno de los motivos por los cuales hubo oposición para rendir el examen tuvo que ver con desde el estudiantado se entendió a la evaluación como una herramienta del gobierno escolar para avanzar en el ingreso restrictivo.
“Lo que se pretende con esto es avanzar en el bloqueo de la autonomía de los estudiantes, buscando formas de aplicar un examen restrictivo y eliminatorio, algo que el año pasado logramos frenar”, dijo Galdame y solicitó a las autoridades efectuar debates públicos donde participen todos los claustros, de manera que la planificación de las evaluaciones se realice de manera más consensuada.
De hecho, para este lunes, los alumnos y alumnas tienen previsto presentar un petitorio ante la Legislatura Provincial para solicitar que el debate en materia de formación para la docencia se haga público.
Según destacaron los alumnos, el examen que estaba previsto para las 18, no fue realizado por ningún estudiante de primer año. En este aspecto, detalló Galdame, influyó la realización de una campaña para “concientizar” al alumnado. “Explicamos por ejemplo, que no es obligatorio rendir este examen”, aclaró el representante de los estudiantes.
Justamente ayer, en la puerta del establecimiento ubicado en calle Mitre y Montevideo de Ciudad, varios carteles anunciaban los cuestionamientos. "Rendir no es obligatorio"; "No rindas", "No somos una encuesta; somos estudiantes", fueron algunas de las leyendas que ayer por la tarde empapelaron la fachada de la institución.
Uno de los aspectos más cuestionados por parte de los recientes ingresantes es que el examen no era anónimo. Por su parte, desde la DGE habían adelantado que el motivo de que la prueba se realice con nombre y apellido respondía a que luego se ofrecerían clases de apoyo a los estudiantes en las áreas en las cuales habían quedado con menor puntaje.
Paola Rusticcini, consejera estudiantil, apuntó a un tema más profundo. Dijo que en realidad la población de estudiantes para la docencia es una franja que se esfuerza mucho para poder estudiar. "Son mamás y personas que trabajan para mantener a su familia. Por otra parte, aclaró, buena parte tiene formación académica previa", resaltó.
Cunietti, por su parte, destacó sentirse preocupada. “En realidad me llama la atención que los propios estudiantes a la docencia tengan miedo a una evaluación, en una profesión en la cual permanentemente tendrán que evaluar y ser evaluados”, dijo.
En realidad, Pamela Sáez (23), estudiante de primer año del profesorado de educación primaria, apuntó que lejos de sentir miedo a un examen, ella ni sus compañeros recibió información previa a cerca del examen que se les tomaría o con qué fines educativos. "Lo que se busca es apuntar a una restricción en el ingreso. Eso es lo que no queremos que pase. Por otra parte, nunca se nos informó si obtendríamos una devolución", se quejó la joven.
Edgardo Robini, sumó su punto de vista en apoyo a los estudiantes que no rindieron la prueba. Desde su análisis, este tipo de exámenes sólo sirven para hablar mal de los estudiantes, de las escuelas donde se formaron y de la formación docente en sí misma. “Son herramientas que en definitiva van en detrimento de los docentes y futuros docentes”, dijo el educador.
