En una selfie junto a sus amigas en medio de un festejo. Así se la ve a Julieta Silva, la joven condenada a tres años y nueve meses de prisión por atropellar y matar a Genaro Fortunato la madrugada del 9 de septiembre de 2017 a la salida de Mona bar, en San Rafael, en una foto que compartió una de las hermanas del rugbier fallecido en su Facebook.
La publicación generó polémica e indignación en el entorno de la familia Fortunato. Ya que, si bien participar de una celebración no es ningún delito, Ariadna Fortunato asegura en su posteo que Silva "no cumple con el arresto domiciliario".
“Que triste se la ve, realmente muy amargada, igual de mal que una persona que comete un “accidente’”, comienza la publicación de Ariadna de manera irónica. Y continúa: “Ella tan feliz y tan plena disfrutando con todas sus amigas, con su nuevo novio, con su flia., tomando alcohol, saliendo, por qué está claro que no cumple el arresto domiciliario”.
“A nosotros nos arruinó la vida para siempre la hija de re contra mil p.... Mi único propósito en la vida desde el 9/9/17 es que Dios te devuelva el triple del dolor que vos nos ocasionaste. ASESINA. Parece que los “problemas visuales” se corrigen con el paso de los días, ya no son necesarios los anteojos”, finaliza Ariadna.
La condena
El 3 de setiembre el Tribunal Penal Colegiado N°1de San Rafael, condenó a Silva a tres años y nueve meses de prisión bajo la modalidad de prisión domiciliaria por el delito de homicidio culposo agravado. Además le dieron a la condenada ocho años de inhabilitación para conducir.
En la madrugada del 5 de septiembre de 2017, Silva y Fortunato salieron a bailar en San Rafael. Salieron de Mona bar alrededor de las 5 de la mañana bajo una intensa lluvia. Genaro, según las cámaras de seguridad, estaba ebrio. Ella había tomado alcohol, pero en menor cantidad
Ambos mantuvieron una acalorada discusión al dirigirse al auto que estaba estacionado sobre calle El Chañaral. Julieta tomó el mando, pero Genaro intentó disuadirla desde afuera del vehículo. Cayó al suelo segundos más tarde, tras correr a la par del vehículo.
Según las pericias, la imputada salió aquella madrugada con su auto que estaba estacionado en el carril derecho de la calle El Chañaral, hizo 150 metros, giró en U y volvió en dirección a la ruta. Fortunato estaba en el piso reponiéndose y es ahí cuando ella lo atropelló y lo arrastró más de tres metros hasta que se detuvo.
Cuando se bajó vio el cuerpo de su novio sin vida en medio de la calzada: le había aplastado la cabeza.