Juan Barros, el obispo chileno acusado de encubrir abusos sexuales a menores en la Iglesia, pidió a su llegada a Iquique, donde el papa oficiará hoy su última misa en Chile, que lo "dejen de molestar" con el asunto.
Barros ya había presenciado las dos misas anteriores del papa en suelo chileno: en Santiago el 16 de enero y en Temuco, un día después.
A su llegada a Iquique, para asistir a la tercera misa multitudinaria que celebrará el sumo pontífice en su gira pastoral, manifestó: "Participar de esto es lo más grande y eso es lo que prima". Y consultado por los periodistas respecto a la acusación que pesa sobre él, enfatizó: "Dejen de molestar".
"El Santo Padre ha sido siempre conmigo muy cariñoso y muy apoyador y eso a uno como hijo de la Iglesia, como sacerdote, como obispo lo alegra y lo fortalece", sostuvo.
Además aseguró que Francisco "fue muy cariñoso después de la misa dándome palabras de ánimo".
Barros, quien se ha convertido en el foco de atención durante la gira del papa Francisco a Chile, es cuestionado en el país trasandino por supuestamente haber encubierto al sacerdote Fernando Karadima, responsable de abusos sexuales.
Actualmente obispo de la diócesis de Osorno, el religioso de 61 años es señalado por su cercanía a Karadima, a quien la Santa Sede consideró responsable de abuso sexual contra menores, sentenciándolo a un retiro de por vida de sus funciones.
Ante la consulta sobre declinar la invitación del Papa para no generar problemas, Barros sostuvo que "participar en la misa para uno es lo más grande y eso es lo que prima por mucho que haya otros comentarios".
Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima, asegura que Barros estaba presente cuando se cometían los abusos en su contra. Además, lo acusa de ignorar o romper las denuncias que intentaban hacerle llegar las víctimas al fallecido cardenal Juan Francisco Fresno cuando él era su secretario.
Los organizadores de la visita papal explicaron que la invitación a las actividades de Francisco se hace extensiva a todos los obispos en ejercicio, y Barros, a pesar del rechazo y pedido de renuncia de los fieles de Osorno, entra en esa categoría.