Australia autorizó a los granjeros del Estado de Nueva Gales del Sur a disparar contra los canguros debido a la invasión de estos animales en sus fincas empujados por la dura sequía que afecta al país y que podría estar relacionada con el cambio climático.
"Los canguros que están cerca de las fuentes de comida y agua están poniendo una gran presión en las granjas y debemos revertir esto lo más pronto posible", explicó Nial Blair, el ministro de Industrias Primarias de Nueva Gales del Sur.
La medida supone facilitar de manera temporal el acceso a las licencias para cazar canguros, que están muy restringidas. Sin embargo, debido a la sequía en pleno invierno austral, que se trata de una de las peores en las últimas décadas, ahora se puede optar por esta polémica intervención en el medio ambiente.
"La actual sequía es severa, pero su duración (por ahora) es menor que la Sequía del Milenio (que afectó al sur australiano entre 1997 y 2009)", contó Benjamin Henley, experto en Clima y Recursos Hídricos de la Universidad de Melbourne, en el sureste australiano.
En los últimos días circularon fotografías desgarradoras de granjeros desesperados, vistas aéreas de grandes terrenos agrietados por la falta de agua, de ganado famélico y desesperado por alimento y de crías de ovejas moribundas al lado del cadáver de sus madre, entre varias más.
"Australia debería estar avergonzada. Nos preocupamos por un 2 por ciento de las ovejas que se muere en los barcos exportadores porque las vemos en video. ¿Y qué pasa con el 90 por ciento que muere en las praderas?", dijo el ganadero australiano Andrew Curro en las redes sociales.
El Gobierno federal y el de Nueva Gales del Sur ya destinaron más de 1.104 millones de dólares en total para ayudar a mitigar el estrago causado por la sequía de este año, en el que en algunas partes del país han padecido el verano más caluroso.
Por la severa sequía, un joven camionero fue atendido de urgencia por agotamiento tras conducir 57.000 kilómetros en cuatro semanas para transportar forraje hacia Nueva Gales del Sur, según la cadena australiana ABC.
Graeme Burgess, un ganadero del noroeste del citado estado, comentó que él se vio obligado a reducir su pequeño ganado ovino de 250 cabezas a 78 por la sequía, mientras que otros trabajadores rurales se quejaron de no tener suficientes balas para sacrificar a sus animales.
Según la Oficina Australiana de Estadística, en junio pasado se sacrificaron 655.621 vacas (7,8 % más que el mismo mes del año anterior), así como 2,1 millones de corderos y 869.660 ovejas, lo que representa un aumento del 12,2 y 39,3 % respecto del mismo período de 2017, a consecuencia de la sequía.
El precio del forraje aumentó en más del doble hasta los 400 dólares por tonelada, mientras se buscan alimentos alternativos y se baraja la posibilidad de importar heno a causa de esta sequía de grave severidad.
"El análisis (de los datos) deberá determinar si el cambio climático tiene o no un papel importante la sequía actual. La variabilidad natural del clima es probable que juegue un papel importante", precisó el experto en Clima y Recursos Hídricos de la Universidad de Melbourne.
En el artículo "Las recientes sequías australianas podrían ser las peores en 800 años" publicado en la revista The Conversation, Henley y sus colegas de la Universidad de Melbourne advirtieron de que en algunas partes del sur del país "las sequías probablemente aumentarían en su severidad debido a la influencia del cambio climático" .
Según los patrones estudiados en los últimos siglos, "la tendencia hacia la sequedad en el sur de Australia es inusual, pero no sin precedentes, en un contexto a largo plazo", precisó.