La historia de Esther "Esty" Shapiro, sus rutinarios y reiterativos días en Brooklin y la decisión de dejar todo atrás (su matrimonio, su cultura, su familia y sus costumbres) con la idea de comenzar una nueva vida han atrapado a millones de argentinos. Tanto que la serie donde transcurre esta historia con todos sus condimentos -"Poco Ortodoxa"- se ha convertido en la más vista de Netflix en Argentina. Son sólo 4 capítulos, inspirados en la autobiografía de la escritora Deborah Feldman, y que fueron subidos y están disponibles en el gigante del streaming desde el mes pasado.
Más allá de la historia en sí, "Poco Ortodoxa" ha permitido a quienes son ajenos a esta cultura (incluso, muchos judíos) conocer y tener un primer acercamiento a los rituales, costumbres y percepciones -cuando menos- extrañas para quienes las miran desde afuera; y las descubren. De hecho, parte del fenómeno actual de la serie está estrechamente vinculado a estas particularidades.
Ari Bursztein es rabino y decano académico del Seminario Rabínico de América Latina. Fue, además, rabino de Mendoza entre 2010 y 2015. Y, en diálogo con Los Andes, se detuvo en un análisis; no tanto sobre la serie en sí -confiesa que no es de su total agrado-, sino de toda la historia y las particularidades del judaísmo y de la "ultra ortodoxia".
"Sociológicamente, la protagonista y su familia no son judíos ortodoxos, son judíos ultra ortodoxos. Y, de hecho, son de la derecha de la ultra ortodoxia. Hay dos grandes comunidades agrupadas de ultra ortodoxos en el mundo. Una está en Williamsburg (Brooklin) -que es donde transcurre la historia de la serie- y la otra está en Jerusalén.
Este grupo específico tiene la particularidad -a diferencia de todos los demás grupos dentro del judaísmo- de no aceptar al Movimiento Sionista; sobre todo porque está liderado por gente laica. Es decir, por judíos no religiosos que se ven como líderes. Este es un rasgo distintitivo que los distingue de otros judíos ultra ortodoxos", detalló Bursztein, quien indicó que la familia de la serie pertenece al grupo Satmar, quienes creen en una especie de salvación más milagrosa y con protagonismo de un mesías.
"No podría hacer un análisis de mercado referido al motivo del éxito de la serie porque no tengo conocimiento sobre el tema. Quizás pueda tener que ver con una cuestión antropológica o algo multiculturalista y que lleva que se despierte en la gente la curiosidad por querer aprender de todo el mundo. O puede ser también, dentro de esa misma curiosidad, que haya muchas personas que vean en Buenos Aires a gente vestida de la misma forma en que se visten en la serie. Y ahora, gracias a Netflix, encuentran una explicación referida a por qué visten así", se explayó el rabino, quien contó que en Mendoza hay apenas una sola familia judía ultra ortodoxa, mientras que en Buenos Aires son varias.
El shtreimel (un llamativo sombrero de piel) es, quizás, uno de los artículos más llamativos dentro de la indumentaria de los protagonistas de "Poco ortodoxa". Sin embargo -y siempre de acuerdo a las palabras de Bursztein- no es algo que utilice todo el mundo. "Hay diferentes grupos que usan diferentes tipos de gorro. De hecho, si quisiéramos abordar y diferenciar entre los distintos grupos de ultra ortodoxos, se podría hacer a partir de la ropa. Pero quienes no conocen mucho, ven que todos son iguales", aclaró.
Otro detalle llamativo de "la serie del momento" es que la gran mayoría de los diálogos se dan en "idish", una lengua que llegó a ser hablada por 12 millones de personas, que tiene sus bases en el hebreo y en el alemán, y que -pese a todo- se resiste a desaparecer.
"La serie no me gustó mucho, pero esto es más personal. Primero, porque ya conozco de la historia y cultura, por lo que no me llamó demasiado la atención. A eso se suma que la historia no me apasionó demasiado, y creo que la historia está mostrada con una visión antropológica del siglo XIX. Como si se estuviera analizando a una tribu perdida de Nueva Zelanda, por ejemplo, con miedo a encontrar algo raro", sostuvo el decano académico del Seminario Rabínico de América Latina. Incluso, esta idea que comenzó a formarse en él mientras veía la serie, terminó de tomar forma cuando Bursztein vio el detrás de escena de la serie; y que también está en la plataforma virtual.
Si bien "Poco Ortodoxa" está inspirada en la autobiografía de la escritora Feldman; se trata de una libre inspiración. Por lo que hay lugar para condimentos de acción y suspenso, infaltables en cualquier producción taquillera. "La serie muestra a una joven que se va de su comunidad, planteado como algo muy dramático. Pero es algo que pasa en todos lados, dentro del judaísmo. Mientras más cerrado es un grupo, más difícil es la adaptación afuera cuando alguien se va. Acá se muestra toda una búsqueda, como una especie de 'cacería' porque la chica casada deja al esposo. Debe haber algún sistema de represión, pero no creo que en la actualidad se dé algo así. Creo que es parte de la espectacularidad para atrapar a la gente con la serie", siguió el referente.
De hecho, Bursztein aclaró -siempre desde su óptica personal- que "Shtisel" es más de su agrado. Se trata de otra de las series que también tiene muchas visualizaciones y ha dado que hablar en Netflix, y que también está centrada en el judaísmo ultra ortodoxo. "Creo que es más interesante. Es una historia que transcurre en Jerusalén, con una trama mejor y más profunda desde el conocimiento de la vida de los judíos ultra ortodoxos. Para la gran parte de los judíos, todo lo referido a los ultra ortodoxos también es desconocido", insistió.
El fenómeno en Israel
Por fuera de Netflix y de la gran industria audiovisual, Bursztein indicó que en los últimos años se ha dado "una especie de florecimiento muy grande" de series o contenidos vinculados al judaísmo. Contenidos donde predominan las familias ultra ortodoxas, con protagonistas con problemas; "muy similar a lo que pueden ser para muchos las telenovelas venezolanas".
"Este florecimiento, en Israel, se dio porque en los últimos años se creó como una brecha cultural muy grande entre lo ultra ortodoxo y todos los demás. Entonces, las series en Israel intentan humanizar a la parte ultra ortodoxa, para achicar justamente esa brecha", sintetizó el rabino.
La emancipación como origen
El ex rabino designado por la Sociedad Israelita de Beneficencia en Mendoza sostuvo que a la mayoría de la gente "no judía" le suele llamar mucho la atención la cantidad versiones, movimientos e ideas que están dentro del judaísmo; todas muy diferentes entre sí.
"Es todo parte de un proceso de hace 250 años, que se dio después de la emancipación de muchos pueblos judíos de Europa. Con la emancipación se les daba el derecho de ciudadanía en los pueblos donde estaban, y en todo ese proceso -tomó 100 años- las corrientes judías se fueron formando a raíz de la forma de enfrentarse a la emancipación", agregó Bursztein; quien explicó que precisamente la ultra ortodoxia es una de las reacciones a la emancipación.
"La ultra ortodoxia, lo que dice su biología o lema, representa el judaísmo histórico; auténtico. Pero es un movimiento moderno y que reacciona a la emancipación. La emancipación fue como una especie de bomba atómica", agregó.
El referente indicó además que si antes de este proceso había judíos que vivían en guetos y sin relación; luego de la emancipación lo exageraron a nivel cultural. "Muchos congelaron la moda en el tiempo, decidieron hacerlo conscientemente. Decidieron no avanzar con ningún tipo de cambio social, ya que lo veían como un peligro. Sin embargo, la ultra ortodoxia no es el primer movimiento moderno. Es una reacción al Judaísmo Reformista, que es es anterior", acotó.
De regreso a la serie más vista en Netflix dentro de Argentina, Bursztein sostuvo que es incluso un grupo específico dentro de la ultra ortodoxia, pero que no significa que todos sean así. "Dentro de cada definición del judaísmo pueden existir decenas de grupos distintos", concluyó.