Al calor de las tasas que marca la política monetaria, los plazos fijos en pesos comenzaron a pagar retornos de casi 58% anual y los ahorristas y empresas se vuelcan a ellos cada vez más para tratar de tomar aire en el tempestuoso océano de una economía inflacionaria.
Con tasas en alza y el dólar planchado, los depositantes se pasan a estos instrumentos de renta fija. Aún son muy pocos los que se animan a poner su dinero en renta variable (acciones y bonos) por los repentinos focos de inestabilidad que suelen explotar en la Argentina.
Al ir desapareciendo las Lebac y no poder entrar al negocio de las Leliq (es sólo para bancos) con un dólar 111% más caro que hace un año, los ahorristas particulares y las empresas comenzaron a volcarse a los plazos fijos, con mayor apetito por los indexados por inflación.
Este escenario configura un fenomenal negocio para los bancos: toman el dinero a tasas de entre 48,98% y 57,68%, se dan vuelta y lo prestan al Banco Central al 71,76%. En un pase de manos hacen una diferencia de entre 14 y 23 puntos porcentuales.
Mirada oficial
Y en el Banco Central, como en el ministerio de Hacienda, lo celebran: entienden que los argentinos empezaron a confiar más en los instrumentos en pesos, a pesar de la devaluación del 50% registrada este año.
Es que la nueva política monetaria generó un marco de certidumbre y logró estabilizar, en su primer mes de implementación, al tipo de cambio. "Ya no hay psicosis por el precio del dólar", dicen en el entorno de Guido Sandleris, presidente del Banco Central.
Y hablan de la recuperación de la "nominalidad" después del descalabro que generó la crisis cambiaria en una Argentina frágil por su dependencia externa. Por ello, defienden que la tasa de interés de referencia se ubique en el 72%.
Nicolás Dujovne, jefe de Hacienda, proyectó una inflación del 5,5% mensual para octubre. Si se anualiza ese dato, la inflación proyectada es del 66%. Es decir, la tasa de interés real se ubica en torno al 6% anual en pesos.
Por eso en la Casa Rosada analizaban con bronca el viernes que los medios y la oposición destaquen a Paraguay como la “envidia de la Argentina” por haber colocado deuda en moneda local (guaraníes) con una tasa fija del 7,61%.
El plazo fijo, una alternativa
El propio Sandleris lo dijo el lunes en conferencia de prensa: "Se está cumpliendo el objetivo de que las altas tasas de las Leliq se fueran trasladando a la tasa de captación de depósitos a plazo fijo, porque se traslada al ahorrista y le quita presión al mercado de cambios".
Datos oficiales del 24 de octubre (últimos disponibles) indican que los plazos fijos tradicionales alcanzaron un stock de 1.380.747 millones de pesos. Así, mostraron un crecimiento del 22,4% en un mes; 89,6% en lo que va de 2018 y 94,9% más que en la misma fecha de 2017.
Pero la estrella del momento son los plazos fijos ajustables por inflación a través de las denominadas Unidades de Valor Adquisitivo (UVAs): se expandieron un 105% sólo en los últimos treinta días, al pasar de 16.105 millones de pesos hasta los 33.018 millones.
Si se observan los registros oficiales del Informe Monetario Diario que confecciona el Banco Central en un más largo plazo, los crecimientos son exponenciales: los plazos fijos UVA avanzan 983,3% en lo que va de 2018 y 1.500,5 en los últimos doce meses.
En esa gran bolsa de dinero hay plata del sector privado y el del sector público: hay municipios, gobernaciones y organismos públicos que colocan a plazo fondos que no van a usar de inmediato.
El que más tiene
Si se analiza sólo el sector privado, los ahorristas y empresas argentinas tienen en plazos fijos unos 906.078 millones de pesos. Se observan aquí crecimientos del 13% mensual; 50,1% en el acumulado de 2018; y 60,7% en doce meses.
Según el Central, las tasas de interés promedio del sistema financiero para plazos fijos a 30 días se ubican en el 48,98% anual. El 17 de octubre habían tocado el 47,51% anual. Un mes atrás estaban en 40,08%.
Pero el que más tiene, más recibe. La Badlar, que es la tasa de interés por depósitos a plazo fijo superiores a un millón de pesos en bancos privados a 30 días, tocó el 53,81% esta semana cuando un mes atrás estaba en 43,34%. Y los depósitos mayores a 20 millones de pesos pagan tasas del 57,68%, cuando treinta días antes rendían 45,28% anual.
Como las tasas de estas inversiones se mueven en sintonía con la política monetaria, puede que en las próximas semanas anoten una baja leve. El viernes, el retorno de las Leliq se ubicó en 71,75%, dos puntos menos que el récord alcanzado en la primera semana de octubre.