Ernesto Román pintó el miércoles a la noche una frase en una bandera argentina. "Sí a la alternancia". Anoche, la llevaban su nieto de 19 años -Nicolás Belluci- y su novia, Camila Ventura. Pintor, de 57 años, Román había llegado junto a los "pibes" desde Villa Ballester.
Decía que había ido a la Plaza de Mayo cansado de las mentiras del Gobierno sobre la inseguridad, sobre la inflación. Que lo habían robado dos veces y nada había pasado, que no era ni de Barrio Norte ni se vestía bien, que esas cosas la decían para desacreditar a los que andaban cansados como él. "La gente no come vidrio", explicaba. Eran las nueve de la noche del 8N y la plaza era un mezcla de gente de distintos barrios y opiniones. Lo que parecía unirlos era el reclamo por más de seguridad.
"Basta de matar", se leía un cartel. Desde un megáfono un hombre pedía Justicia por los muertos de Once. Ahí estaba alto con remera roja, cejas finas a fuerza de pincita, Leandro Fleitas, de 16 años, y que habían llegado desde Barracas con Erica Mirra (22). "Tomá repartirlas", decía el chico con diez banderitas argentinas. "A mí me las dieron y yo te las doy". Como la mayoría respondían que estaba ahí por la "inseguridad".
Leandro contaba que iba a votar por primera vez a partir de la nueva ley. "Quizás la vaya a votar a Cristina, porque es la única que hay, pero me gustaría que entienda que hay inseguridad y que nos afecta a todos", explicaba mientras su amiga le aclaraba que no podía votarla salvo que haya reforma de la Constitución.
