No sólo han ido forjando los elaboradísimos productos manufacturados que venden para ganarse el pan de cada día, sino que también han hecho lo propio con su estilo de vida y con su camino.
Los artesanos de la Plaza Independencia están celebrando, desde el jueves hasta hoy domingo, los 32 años de la feria instalada en el lugar y lo hacen con un evento pleno de arte y cultura.
Pero en total, su trabajo se extiende en el tiempo varios años más, si se toman en cuenta aquellos en que deambularon por la plazoleta Pellegrini (también conocida como plazoleta Alem), por la calle San Martín -fuera del horario de comercio y casi como clandestinos- y por la Plaza España; hasta que llegaron a su sitio actual. Y siempre "remándola", contra viento y marea (incluso hoy, con la situación económica).
"A veces es muy difícil coordinar a 120 o 130 personas. Por momentos se hace difícil trabajar en lo grupal, y a ello se suma que tampoco le escapamos a la realidad económica. Sin embargo, tenemos nuestro espacio que costó mucho conseguir. Quizás con un poco más de apoyo municipal podría volver el auge", resumió Carlos Viera, quien hace cuchillería y esculturas de talla. "Carlitos" lleva 25 años en su puesto de la Plaza Independencia, pero antes estuvo en la plaza España. Un histórico, ya que se dedica a la actividad desde antes del retorno de la Democracia.
"Es difícil ser artesano. Es difícil no tener cobertura médica, tener mi edad y pensar que no voy a tener jubilación, pensar en llegar a viejo sin ningún tipo de amparo o de ayuda. Pasando en limpio, todo es difícil", destacó a su turno Estrella Pedrosa (57), quien es escultora, ceramista y además trabaja en resina. Estrella llegó a Mendoza en 1992 desde La Plata para trabajar como artesana y estuvo entre las redactoras de la ordenanza que los autorizó en 1995 a instalarse de forma fija en la Plaza Independencia. "Esa ordenanza nos permitió no desaparecer. Porque antes era un decreto, y dependía del intendente de turno y que él nos quisiera", rememoró.
"Queremos incentivar la feria con actividades culturales; unificando con músicos y otros artistas. Para que la Plaza tenga una actividad constante artística y se genere un público constante", acotó a su turno Hebe Villarreal (38), realizadora de juguetes de madera.
Siempre remando
La Plaza de las Artes es el nombre de la tradicional feria de la Plaza Independencia. En el espacio verde hay 150 puestos de madera y metal, todos construidos con un criterio uniforme. Y de ellos, entre 120 y 130 son de artesanos fijos; los mismos que construyeron y levantaron las casetas. Y los mismos que, además de trabajar en el lugar, realizan encargos y trabajos particulares en sus casas para tener otro ingreso.
Cada puesto tiene 4 m2 de superficie y el mantenimiento y la limpieza dependen de los propios artesanos. El de Carlos, por ejemplo, está más cerca de calle Espejo y -a modo de regalo a la Feria- talló una familia de perritos en la raíz de un árbol talado.
Viera comenzó a trabajar como artesano en la época de la dictadura militar. “Poníamos los productos en la calle San Martín, a la altura de la Galería Caracol. Pero teníamos que hacerlo después de las 21 -para no tener problemas con los comerciantes-, y preparados para que nos corriera la policía. Con la vuelta de la Democracia, surgió un espacio en la Plaza España. Pero en 1986 remodelaron ese espacio verde y nos pasaron a la Independencia. En 1993 cerraron la Plaza por la remodelación y tuvimos que irnos también”, rememoró el artesano .
Estrella también recuerda aquellos años. “Durante la remodelación nos llevaron a la vereda sur de calle Sarmiento, entre Chile y 25 de Mayo, y nos instalamos ahí por un año y medio. Y cuando reinauguraron la Plaza Independencia, en 1995, no estaba previsto que nos dejaran instalar de nuevo. Tuvimos que remarla y pelearla mucho, juntamos como 9.000 firmas y ahí nos dimos cuenta que teníamos el apoyo de la sociedad”, siguió Estrella.
La UNCuyo -especialmente la facultad de Artes- siempre fue clave para estos trabajadores y su espacio. Principalmente porque muchos de sus propios estudiantes eran quienes fabricaban y vendían productos. Y así comenzó a organizarse la Feria. Incluso, hoy también la casa de estudios conforma la comisión fiscalizadora que evalúa a los artesanos que quieran ser parte.
“Se hace una convocatoria abierta en los medios y se da un plazo para que los interesados se postulen; deben hacer un trámite municipal, inscribirse y luego los aspirantes son sometidos a una fiscalización de la que participa gente de la Municipalidad y de la Facultad de Artes”, explicó Hebe Villarreal, quien hace 2 años está en la plaza.
"Esta feria es una de las únicas del país donde se puede ir todos los días, y eso es gracias al esfuerzo nuestro. Al principio estaba permitido que fuera de jueves a domingo", indicó a su turno Martha Cuervo (59), nacida en Colombia y radicada en Mendoza desde 1991, hábil con las artesanías en madera, plata y piedra.
Ser artesano hoy
"Son tiempos difíciles, básicamente porque somos autogestivos y no hacemos productos que sean una necesidad básica. Estamos entre las últimas opciones de compras de la comunidad", reflexionó Hebe Villarreal.
“Hemos tenido épocas muy buenas, y épocas muy malas. Pero hemos sido marginados por el sistema siempre. Se nos excluye del camino del vino, no estamos en los itinerarios de las revistas de turismo. Siempre he sentido que no se me ha protegido desde el Estado”, acotó por su parte Estrella.
Colecta solidaria y sorteos
El paseo artesanal Plaza de las Artes cumple 32 años de existencia, y los festejos en la Plaza Independencia de la capital mendocina comenzaron el jueves y culminan hoy.
Los alrededor de 130 artesanos que tienen puestos fijos en el lugar -junto a músicos locales y otros artistas- serán los protagonistas de la celebración, que se extenderá entre las 17 y las 21.
Los trabajadores recaudarán alimentos y harán sorteos de sus propios trabajos. Y lo recaudado se donará a una entidad solidaria del departamento de Godoy Cruz.