Si bien las playas de estacionamiento son uno de los rubros que, desde que comenzó la cuarentena, están exceptuadas y pueden, por ello, abrir, recién desde esta semana en Mendoza se han comenzado a ver algunas en funcionamiento. La gran paradoja es que si bien están, por decreto nacional, habilitadas, igual no se ven beneficiadas y su movimiento es casi nulo.
Es que, por un lado, no es mucho movimiento de autos el que hay en la calle por estos tiempos. Por otro, como desde que comenzó la cuarentena no están cobrando "estacionamiento medido", los automovilistas optan por estacionar en la calle, sin pagar nada.
"Yo reabrí esta semana porque necesito trabajar para comer y pagar los impuestos. Hay circulación de autos pero hasta que no vuelva el cobro del estacionamiento medido las playas estaremos complicadas. Creo que el intendente (Ulpiano Suárez) va tener que hacer algo en este sentido porque no vamos a poder pagar las tasas municipales", pidió Gabriel.
En la playa que él maneja, una sin nombre ubicada en calle San Juan de Ciudad, sólo había un auto, que era el suyo. "El lunes abrí y apenas entraron dos autos. He visto las cuadras llenas de autos pero acá no entran, lógico", reflexionó el playero que sólo está abriendo por las mañanas, ya que en la tarde es casi inexistente el movimiento.
Las playas que sí están llenas
Además de la paradoja antes señalada, otra cuestión que Los Andes pudo apreciar en el recorrido por las playas céntricas es el contraste entre las que tienen clientes fijos y las que sólo cuentan con las personas que las utilizan eventualmente.
Marcos está a cargo de una playa de tres pisos, llamada Lavalle 135 (por la dirección en la que se ubica) que pertenece a un consorcio y tiene, por ende, clientes mensuales. "Históricamente la gente del Edificio Independencia dejaba el auto acá. Ahora lo hacen los dueños de los locales de la zona, que son los fijos. Pero el tema de que hayan sacado el estacionamiento medido nos afecta muchísimo", contó el trabajador.
Al igual que en la playa de calle Lavalle, en la denominada Grande -que está sobre San Juan- los autos que podían verse eran justamente los de esas personas que trabajan o viven en la zona y, por lo tanto, alquilan un espacio en forma mensual o anual.
"Acá nunca cerramos, abrimos los 365 días del año porque tenemos los 'mensuales', entre los que hay médicos, policías, gendarmes", enumeró Jorge.
En el estacionamiento a cargo de este playero, la imagen era muy diferente al resto de las playas porque estaba llena de los vehículos de esos trabajadores, que también están exceptuados de la obligatoriedad de quedarse en casa y, por lo tanto, se trasladan a sus lugares de trabajo y deben dejar en algún sitio sus autos.
Precios reducidos
En las pocas playas de estacionamiento que se pudo hallar en la ciudad, las valores de las tarifas para estacionar siguen siendo los mismos que en el verano. Con lo crítica que está la situación, dicen, ni se les ocurre aumentar los precios. Incluso algunos están considerando bajarlos u ofrecer algún tipo de promoción para atraer clientes.
Estacionar en una playa del centro mendocino cuesta hoy entre 50 y 80 pesos por hora, según la playa y el tipo de vehículo. "Yo mantuve los precios, incluso quizá los baje a ver si entra alguien", acotó Gabriel que, al igual que todos los consultados para esta nota, estaba trabajando con su tapaboca correspondiente. En tanto, el turno de tres horas cuesta 120 pesos y 160 o 170, el de cinco.
