Por Prof. Claudio Doratto
Con el invierno, los exteriores pierden sus colores frescos y vibrantes y las escasas horas de sol nos invitan a refugiarnos y disfrutar de nuestro jardín puertas adentro.
Quienes acostumbramos a cultivar la sensibilidad y el contacto con las plantas, tenemos esa misteriosa “necesidad” de regocijarnos con un jardín durante todo el año, quizás por eso, salgamos de paseo al vivero a explorar qué tipo de amigas de esta especie podemos incorporar a nuestros ambientes internos.
Existen numerosas plantas de interior, algunas son habitantes frecuentes de los hogares mendocinos, todas tienen la particularidad de crecer sin necesitar que el sol las abrace en forma directa. Conozcamos sus principales particularidades para no tener dudas a la hora de escogerlas.
PALMERA DE SALÓN O CAMAEDOREA (CHAMAEDOREA ELEGANS)
Pudiendo llegar a los dos metros de altura, es una de las palmeras más usadas para interior por la facilidad de su cultivo. Prefiere ambientes bien luminosos, sin sol directo ni corrientes de aire. Como la humedad ambiente es importante, conviene pulverizar sus hojas con frecuencia o crearle un microclima colocando la maceta sobre un recipiente con piedras y agua cuya evaporación le brindará humedad. También requiere un sustrato fértil, liviano, algo ácido y de buen drenaje, con riegos frecuentes en verano.
SANSEVIERIA (SANSEVIERIA TRIFASCIATA)
Son plantas que crecen desde una roseta central, ideales para sectores poco iluminados y de ambientes secos. Necesitan suelos con buen drenaje y riegos espaciados. Se las considera purificadoras del aire porque eliminan sustancias tóxicas como el benceno y el formaldehído, por tanto, son muy adecuadas para oficinas.
POTUS (EPIPREMNUM AUREUM)
Es una de las enredaderas más presentes en nuestras casas. Sus hojas con forma de corazón, pinceladas de amarillo o blanco, cuelgan como cascadas verde amarillentas de macetas ubicadas en baños o, sobre muebles y escaleras.
Requiere de luz indirecta y brillante, para evitar que se quemen sus hojas que, mientras menos verde tengan más luz necesitan. Requiere de un sustrato liviano y rico en turba. Riegos frecuentes en las estaciones cálidas, permitiendo que la tierra se seque entre los riegos.
PALO DE AGUA O PALO DE BRASIL (DRACAENA FRAGRANS)
Gracias a su rusticidad, es uno de los “caballitos de batalla” para colocar en casas y oficinas. Necesita ambientes templados a cálidos, sitios con luz indirecta, suelo con buen drenaje y humedad. Si recibe muy poca luz conviene dejarlo secar entre riegos. Se cultiva a partir de una porción de tallo y tiene hojas con forma de cinta de hasta 60 centímetros que pueden exhibir diversos tonos de verdes, bandas de color amarillo y líneas grises de acuerdo a sus diferentes variedades.
HELECHOS
En esta categoría, encontramos varias plantas presentes desde hace décadas en las casas de nuestros padres y las nuestras. La mayoría requiere de ambientes húmedos, con muy buena luz o luz filtrada si están ubicadas en un jardín interior, requieren de un sustrato poroso, de buen drenaje y leve acidez. No resisten bien las temperaturas bajas.
Entre las especies más cultivadas encontramos los “helechos serrucho” (Nephrolepsis sp.), los “culandrillos” (diversas especies de Adiantum presentes en Mendoza como las que crecen en canales de riego o en lugares sombríos de cauces aluvionales del pedemonte); los “cuernos de alce” (Platycerium sp.), “helecho nido de ave” (Asplenium) y numerosos más. La mayoría se luce en macetas colgantes, como los Potus. Cuando no están expuestas a roces y a corrientes de aire logran desarrollar todo su esplendor.
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