En 2025 vence la concesión del Aeroclub de La Puntilla (en Luján de Cuyo) para el uso del predio ubicado al oeste del inicio de la ruta 82 (ex Panamericana) y al este del Corredor del Oeste. Se trata de un extenso terreno que es de la comuna lujanina y donde la intención municipal es instalar un polo tecnológico a partir de ese año. Más teniendo en cuenta que la relocalización del establecimiento es un hecho, teniendo en cuenta el crecimiento residencial de la zona.
"Queremos desarrollar un polo tecnológico empresarial, multiplicar la dinámica del edificio chacras Park y que se desarrolle un espacio del tipo Puerto Madero, aunque apuntando más a lo tecnológico. Está en una zona de accesibilidad única, de una inmejorable conectividad y de uso prácticamente virgen. Apostamos a que sea el Silicon Valley mendocino", destacó el jefe de gabinete de la Municipalidad de Luján, Esteban Allasino; quien confirmó la voluntad comunal a partir del 2025 (una vez que se haya relocalizado la pista aérea). El área comprendida entre la ruta Panamericana, la calle Ugarte y el aeroclub consta de más de 84 hectáreas en las que existe un triple uso: residencial (menos de 5% de la superficie), comercial y el sector donde está el aeroclub. "Ocupa 40%, es un terreno de la Municipalidad y es un gran espacio que prácticamente no tiene impacto", dijo Allasino.
Consultado por la intención de la comuna, el presidente del aeroclub Christian Tsallis reconoció que han tenido charlas informales con funcionarios de Luján referidas a la necesidad de una relocalización; aunque destacó que formalmente no han tenido ninguna comunicación sobre el tener que mudarse. "Ese terreno lo expropió el Gobierno para darle un fin específico. Hemos tenido algunas conversaciones extraoficiales con el intendente pensando en la relocalización y se nos ha comentado de la intención de hacer un nuevo aeropuerto regional cerca de la destilería. Es una muy buena idea. Pero es una inversión importante y hay que encontrar quién la financie", destacó Tsallis.
Agregó: "Teniendo en cuenta el vencimiento de la concesión, estaría bueno que se considere lo que se hizo con el aeroclub de San Martín. Se le venció la concesión y el Gobierno se la prolongó por 10 años más. Es real que cada vez estamos más rodeados de casas, pero también es cierto que hace más de 60 años estamos en el lugar. Y la relocalización no es algo simple".
Locales gastronómicos al costado de la ruta 82
Por medio de la ordenanza 13.357 -publicada ayer en el boletín oficial-, la Municipalidad de Luján de Cuyo fijó los nuevos requisitos y características del uso de suelo en las inmediaciones del Corredor del Oeste (desde la rotonda del barrio privado Palmares Valley, donde empieza su jurisdicción) y en la ruta 82 (hasta el túnel de Cacheuta). Entre otras exigencias, se determina que la zona "frentista" -con una profundidad de 100 metros- a las rutas sea destinada a zona de recreación (locales comerciales y gastronómicos).
"La ruta 82 ha cambiado considerablemente en los últimos 30 años. Antes era una zona más residencial, pero en los últimos años creció con fuerza el comercio y la gastronomía. Teniendo en cuenta esto y que la Dirección Provincial de Vialidad va a hacer una obra de ampliación para construir una doble calzada desde la rotonda hasta Gobernador Ortiz (7.5 km) es que se han delimitado las zonas", destacó Allasino.
La decisión se tomó teniendo en cuenta que durante los últimos años fueron “creciendo” las casas al costado de la ruta.
"Además de dejarle a Vialidad el espacio necesario para las obras, buscamos que los lotes frentistas queden reservados exclusivamente para los locales de gastronomía, kioscos, patios cerveceros y otros comercios recreativos. Que todos estos estén en los márgenes y no metidos dentro de los barrios; y que en ese sector queden las casas residenciales. Principalmente para sacar el tránsito y el ruido de adentro de los barrios", indicó y dijo que a priori no serían necesarias expropiaciones de terrenos de quienes viven en la zona. Aunque de ser necesarias, ya correría por cuenta de la DPV.
