"El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente". Gustave Flaubert (1821-1880) Escritor francés.
Como introducción, algunos datos sobre nuestro planeta: superficie total de la Tierra: 510 millones de km2. Superficie de tierras sumergidas: 360 millones de km2 (70,7%). Superficie de terreno: 149 millones de km2 (29,3%). La superficie de tierra en condiciones de habitabilidad se estima en 134 millones de km2 (26,3%).
La fecha de abril fue propuesta por Estados Unidos en 1975. Su objetivo principal es para abordar los problemas que afectan al planeta, proponiendo acciones en pos de un desarrollo sostenible.
No obstante los años transcurridos, ingresamos al siglo XXI con el agravamiento de los problemas con los que finalizó el siglo XX: creciente aumento poblacional, niveles altos de consumo agotando las reservas naturales, escasez crónica de agua, avance de la desertificación, pérdida de tierras aptas para cultivar, destrucción de hábitats naturales y la contaminación que no reconoce fronteras.
En rasgos generales estos son los principales peligros, que amenazan la biodiversidad y por ende el desarrollo del planeta Tierra.
Uno de los puntos más preocupante es el de la superpoblación. En los últimos años, la fecundidad ha descendido en los países desarrollados y en aquellos que se encuentran en vías en desarrollo. Aun así, según estimaciones de las Naciones Unidas, la población está creciendo a razón de 78 millones de habitantes por año. Actualmente la población mundial supera con creces los 6.000 millones y se calcula para el año 2025 llegar a los 8.000 millones.
Esta situación traerá aparejado un aumento de la demanda y el consumo de los recursos naturales, previéndose por ejemplo que para 2025 aproximadamente 3.000 millones de personas no tendrán acceso al agua. Se acentuará la degradación de tierras cultivables, estimándose la pérdida en una cifra cercana a los 700 millones de hectáreas. En los últimos 50 años 30000 millones de hectáreas se han perdido (casi el 50% de la cubierta forestal original del mundo).
La cruda realidad nos revela que en promedio se destruyen anualmente cerca de 16 millones de hectáreas de bosque, por acciones directas del hombre. Hay un consenso generalizado entre los biólogos, que la Tierra está enfrentando actualmente una pérdida creciente de especies. Ya en el año 1993, E. O. Wilson (biólogo - Universidad de Harvard) estimó que "la Tierra está perdiendo alrededor de 30.000 especies por año, lo cual se traduce a la estadística aún más espeluznante de tres especies cada hora".
Esta situación ha generado entre los expertos la preocupación (amenaza) que la crisis de la biodiversidad es más severa e inminente que lo manifestado precedentemente.
Históricamente se hace mención a cinco grandes extinciones del pasado geológico. Repasemos una breve referencia:
1ª) 440 millones años finales del Ordovícico, extinción de especies marinas claves.
2ª) 370 millones de años, Devónico tardío, extinción de especies marinas como el braquiópodo.
3ª) 250 millones años de la Gran Depresión de finales del Pérmico, más del 90% de las especies que viven desaparecen.
4ª) 215 millones de años en la entrada del Jurásico, la extinción afecta principalmente a los reptiles y anfibios.
5ª) 65 millones años del Terciario temprano, los dinosaurios y muchos grupos de moluscos y reptiles marinos desaparecen.
Según los expertos, esta ola de extinción está vigente debido a el efecto del cambio climático y ambiental sumado a la desaparición de los biotopos locales (bios: "vida"; y topos: "lugar", hace referencia a la comunidad de poblaciones de diferentes especies que habitan una zona geográfica determinada y se ve influenciada por factores físicos como la luz, la temperatura, la humedad, entre otros". Cita en Christophe Magdelaine, gerente de Investigación del Instituto de Planificación Urbana y Desarrollo Île-de-France -2010).
Por lo expuesto estaríamos transitando la sexta extinción masiva, provocada en este caso (por primera vez) por una especie: el ser humano.
Expertos coinciden en que un calentamiento promedio del globo de 4° C tornaría al mundo irreconocible. De hecho, la actividad humana tuvo y tiene un impacto tan grande que hay quienes propusieron describir el período que comenzó en el siglo XVIII como una nueva era geológica marcada por la actividad humana. Esta "se puede considerar como el Antropoceno" opina Paul Crutzen Jozef (Instituto Max Planck, Alemania. Nobel de Química 1995).
Si las emisiones de CO2 continúan al ritmo actual hasta finales del siglo XXI, las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero podrían alcanzar niveles de hace entre 30 y 100 millones de años, lo que supondría un ascenso de las temperaturas hasta alcanzar 31ºC de media en el planeta. Conclusión de un estudio liderado por Jeffrey Kiehl (investigador, Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE UU -NCAR).
Reflexión: comparto el contenido y la visión sintética de la realidad que manifiestan estas líneas como un llamado a tomar conciencia de parte de la especie humana. Por eso agreguemos a esta nota las siguientes citas:
"Nuestro planeta es indivisible. En Norteamérica respiramos el oxígeno generado en las selvas ecuatoriales brasileñas. La lluvia ácida emanada de las industrias contaminantes del Medio Oeste de Estados Unidos destruye los bosques canadienses. La radiactividad de un accidente nuclear en Ucrania pone en peligro la economía y la cultura de Laponia. El carbón quemado en China eleva la temperatura en Argentina. Los clorofluorocarbonos que despide un acondicionador de aire en Terranova contribuyen al desarrollo del cáncer de piel en Nueva Zelanda.
Las enfermedades se propagan rápidamente a los más remotos rincones del planeta, y su erradicación requiere un esfuerzo médico global. (… ) Probablemente sea un exceso de optimismo confiar en que algún gran defensor del ecosistema vaya a intervenir desde el cielo para enderezar nuestros abusos ambientales.
Es a nosotros a quienes corresponde hacerlo. (… ) Hemos destruido los bosques, erosionado la superficie del planeta, alterado la composición de la atmósfera, debilitado la capa protectora de ozono, trastornado el clima, emponzoñado el aire y las aguas y conseguido que los más depauperados (empobrecidos, debilitados) padecieran más que nadie la degradación ambiental. Nos hemos convertido en predadores de la biosfera, poseídos de arrogancia, siempre dispuestos a conseguir todo sin dar nada a cambio.
Ahora mismo somos un peligro para nosotros mismos y para los seres con los que compartimos el planeta. La agresión al entorno global no es responsabilidad exclusiva de empresarios empujados por el afán de lucro y de políticos miopes y corruptos. Todos tenemos parte de culpa" (Carl Edward Sagan -1934-1996-, astrónomo americano, astrofísico, cosmólogo, divulgador de la astronomía y las ciencias naturales).
"¿Podemos detener la devastación de nuestro planeta y salvar nuestra propia especie? Estamos en medio de una crisis de la biodiversidad, la extinción masiva más rápida en la historia de la Tierra" (Niles Eldredge (Ph.D., paleontólogo, City University de Nueva York).
En síntesis, depende solo de nuestras acciones como habitantes, revertir el presente en pos de un futuro sostenible.
Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.