Ya sean de lona, inflables, de fibra de virio o cemento, las piletas son las vedettes de cada verano, donde chicos y grandes pasan largas horas para refrescarse del agobiante calor.
Pero para que la diversión sea completa primero hay que pensar en la salud de los nadadores y prevenir la aparición de microorganismos indeseados. Con este propósito, se utiliza principalmente el cloro que ha demostrado ser muy efectivo para eliminar las bacterias, pero, según estudios internacionales, no actúa contra los parásitos que pueden encontrarse en el agua.
Para determinar si en piscinas de nuestra provincia también proliferan los parásitos (principalmente Giardia y Cryptosporidium), un grupo de profesionales y alumnos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo trabaja en un proyecto de investigación en conjunto con la Municipalidad de Maipú.
Con esta finalidad, se tomaron 30 muestras parasitológicas en tres natatorios de ese departamento tanto en la temporada de invierno como en la de verano. Cuando se obtengan los resultados de laboratorio -que estiman estarán listos para entre abril y mayo- elaborarán un plan de prevención y mantenimiento de piletas para la provincia y los municipios.
El mismo podría incluir un nuevo desinfectante que sea efectivo para eliminar parásitos.
“Si las muestras lo confirman tendríamos que ver qué sustancia química podríamos agregarle para complementar la desinfección”, apuntó Elena Spadoni, licenciada en bromatología de la Facultad de Ciencias Agrarias y directora de la investigación.
De todas maneras, lejos de buscar alarmar a la población, los profesionales involucrados enumeraron una serie de consejos y prácticas que son suficientes para resguardar la seguridad de una piscina.
El estudio
La investigación comenzó a desarrollarse a fines de 2013 con el financiamiento de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo. "El proyecto incluyó la creación de un aparato para la toma de muestras porque acá no existía", recalcó Spadoni.
Con colaboración de la Universidad Tecnológica Nacional - regional Mendoza idearon un aparato que funciona con una manguera, una bomba y un filtro que actualmente se encuentra en proceso de patentamiento.
Como base para el proyecto se tomaron estudios sobre parásitos realizados en Estados Unidos, España y en otras provincias de Argentina. “El cloro mata bacterias, pero hay algunos parásitos como Giardia y Cryptosporidium, entre otros, que podrían estar presentes ya que también traspasan los filtros convencionales”, indicó la experta.
“Su aparición también va a depender de muchos aspectos, si hubo alguna persona con diarrea, en qué condiciones está el recinto, qué temperatura tiene el agua, entre otros”, aclaró.
El problema que genera la presencia de parásitos en el agua son las enfermedades gastrointestinales. “Cuando uno traga el agua de una pileta, también puede tragarse la forma infectante del parásito, que se conoce como quiste, lo que al llegar al intestino produce diarreas duran de tres a cinco días”, precisó Spadoni.
En estos casos, la gravedad recae sobre aquellas personas inmunocomprometidos como niños, ancianos, embarazadas y personas enfermas.
Cooperación municipal
Por su parte, la Municipalidad de Maipú decidió sumarse al proyecto a través de sus profesionales en bromatología para realizar un análisis más exhaustivo de las aguas de los natatorios de la zona.
“Desde hace ocho años realizamos el examen bacteriológico completo de todos los natatorios del departament; al principio los resultados eran bastante negativos, pero en estos últimos años estamos viendo que todas las muestras que sacamos indican que las piletas son aptas para bañarse”, detalló la bromatóloga Silvana Marchesi, encargada del laboratorio de Maipú, a la vez que destacó que todos los años se juntan con los dueños de las piscinas para poner en común los resultados y ver cómo pueden mejorar.
Ellos controlan en total 28 natatorios públicos y privados en los que también chequean una serie de requisitos presentes en una ordenanza municipal.
“Si la pileta tiene cierres perimetrales, si las lluvias y el lavado de pies funcionan correctamente, si los baños están en condiciones, si está marcada la profundidad, si tiene las orillas redondeadas, entre otros”, enumeró la bromatóloga a la vez quien remarcó que para la temporada de verano también exigen un asistente médico o un médico que controle el ingreso de los bañistas.
“Al tener implementadas las normas de calidad ISO9000 en el municipio tiene que controlar hacer sí o sí”, subrayó Marchesi.
Otras comunas
A raíz de esta investigación, diario Los Andes consultó cómo llevan adelante sus inspecciones en natatorios otros dos departamentos del Gran Mendoza.
En el caso de Capital cuentan con un kit propio de control del agua que chequea que los niveles de cloro y pH sean los adecuados. “También se hace el control bacteriológico de forma quincenal para lo que contamos con la ayuda del departamento de Bromatología del municipio”, relató Pablo Espina, director de Deportes de la comuna.
En las colonias de verano que allí ofrecen reciben a más de 2.500 chicos en siete predios. “También controlamos la seguridad de cada uno de los lugares como las rejillas, entre otros”, señaló.
Desde el Departamento de Higiene y Seguridad Industrial de Godoy Cruz informaron que realizan inspecciones similares en los seis clubes que funcionan en su territorio.
"A partir del mes de noviembre, antes de que comience la temporada, los dueños tienen que presentar una serie de documentación que incluye un plan de contingencia, la planimetría de la pileta, entre otros”, detallaron desde la comuna. Una vez en funcionamiento se les obliga a tomar muestras diarias de cloro y pH que quedan registradas en una planilla.
“Posteriormente hacemos inspecciones in situ para chequear las planillas y controlar que se esté cumpliendo con los niveles”, expusieron. En cuanto al estudio bacteriológico, comentaron que se solicita solamente en casos especiales en los que haya surgido algún inconveniente.
Consejos para tener en cuenta a la hora concurrir a una pileta y de cuidar la propia
Las expertas en bromatología Elena Spadoni y Silvana Marchesi brindaron consejos útiles a tener en cuenta a la hora de concurrir a una pileta.
1. Evitar sumergirse cuando se tiene diarrea porque se pueden propagar enfermedades.
2. Intentar por todos los medios no ingerir agua de la piscina.
3. No bañar en piletas comunitarias a niños que todavía utilicen pañales.
4. Cambiarles los pañales a los niños en lugares adecuados y tirar los desechos en papeleros.
5. Ducharse y lavarse los pies antes de ingresar: elimina sudor, restos de cremas que le producen un desequilibrio a los productos químicos que se le introducen al agua, también tierra y pasto que pueden contener microorganismos.
6. Controlar la higiene general del recinto.
7. Lavarse las manos después de ir al baño y antes de comer. Debe hacerse con agua potable y el jabón debe permanecer por lo menos 15 segundos en las manos.
Dosis recomendadas para mantener limpia la pileta
1. Agregarle por día 300 centímetros cúbicos de cloro (hipoclorito de sodio) de 100 gramos litro por cada 10.000 litros de agua. Si se hace un uso intensivo del natatorio colocar una dosis la mediodía y un refuerzo por la noche. Para conocer la cantidad de agua que tiene una pileta hay que multiplicar largo, ancho y profundidad.
2. Cada tres días o una semana añadirle 140 gramos aproximadamente por cada 10.000 litros de agua de sulfato de cobre que funciona como alguicida.
3. Cuando el agua se ve turbia o después de una tormenta agregarle 200 gramos cada 10.000 litros de agua de sulfato de aluminio que funciona como precipitante. "Se aplica por la noche y al otro día uno puede pasar un barrefondo para extraer las partículas que precipitaron, si no se cuenta con este implemento se puede extraer lo que cayó con mucha paciencia utilizando un secador de piso. Se lleva lentamente todo el material hacia una esquina, se introduce un balde y se lo extrae con las partículas", aconsejaron las expertas.