En su intento regulatorio, el gobierno se metió en un lodazal del cual le será complicado salir y, aunque el Presidente Fernández diga que está haciendo lo que prometió, las decisiones parecen llevarlo en un sentido contrario. Las últimas decisiones, con el argumento de cambiar los conceptos del gobierno anterior, lo enfrentaron con una dura realidad, a la que siempre criticaron.
Prometieron no seguir jugando a la especulación financiera ni dando de ganar a los bancos. Sin embargo, entre el Ministerio de Economía y el Banco Central han seguido alimentando la nefasta bicicleta financiera que empezó con el gobierno de Macri y repiten las mismas herramientas, haciendo que los grandes sigan creciendo con protección estatal, pero esta vez, nacional y popular.
Fernández se olvidó que había prometido no pagar las tasas de las Leliq a los bancos y con esa plata pagar a los jubilados. El Banco Central decidió mantener congelado el valor del dólar y con un cepo muy duro. Además, quiere prohibir importaciones y compra dólares para alimentar las reservas. Así, da garantía a los inversores para que inviertan en pesos asegurándoles una ganancia real en dólares descomunal.
Lo que pasa es que las operaciones con Leliq sólo las pueden hacer los bancos con la plata que toman a los ahorristas. A estos les pagan 39% y colocan en el BCRA al 55%. Ganancia redonda sin hacer nada. Además, pueden hacer compras en el mercado de futuros, asegurándose una renta en dólares que no se obtienen en ningún lugar del mundo.
Por su parte, el Ministerio de Economía colocó Letras a corto plazo por $ 17.000 millones, por los que obtuvo de los bancos tasas superiores al 40%. Por esta razón a los bancos no les interesa bajar las tasas de préstamos a los clientes, mientras les bajan las tasas a los ahorristas. Otra vez se repite el esquema que el mismo Presidente criticó y prometió eliminar. Los bancos siguen siendo los grandes ganadores con el déficit del Estado. Además, cuanta más plata tome el Gobierno, menos queda para el sector productivo.
Hasta hora la base monetaria creció un 17% desde que asumió el gobierno, pero como enero es un mes en el que estacionalmente crece la demanda de pesos, esta expansión no se ha notado. Pero en febrero, también estacionalmente, dicha demanda baja, y si no hay incentivos, como baja de intereses para que productores y consumidores puedan acceder a créditos, es probable que aumente la presión sobre las versiones del dólar paralelo que obligue a mover el oficial, y también sobre los precios.
Precios cuidados para las empresas
El gobierno comenzó convocando a una Comisión contra el Hambre, donde había escritores, políticos, filósofos y hasta una cocinera reconocida. Se recomendó propiciar una dieta saludable, y había anunciado una suerte de Consejo Económico y Social, donde se discutirían temas referidos a precios y salarios. La comisión nunca se juntó y se negoció por separado con gremios y empresas.
Había mucha expectativa acerca de las negociaciones para frenar los aumentos de precios que, en forma preventiva, habían hecho las empresas. Como resultado de las negociaciones, el martes se presentó el nuevo programa Precios Cuidados, que trae algunas novedades extrañas para este gobierno, aunque no difiere del folclore peronista tradicional.
Es que la primera gran sorpresa fue que la mayoría de la marcas participantes son de primer nivel y se dejó de la lado muchas segundas marcas que formaban parte del sistema anterior. A estas segundas marcas se refirió en forma despectiva Cristina Fernández cuando las llamó “cuchuflito” y “pindonga” y quizás por esta motivación el gobierno privilegia a estas primeras marcas, que corresponden a las principales empresas del país, que crecieron al amparo de la protección y las alianzas con los distintos gobiernos.
Pero lo más llamativo es que, si bien sólo se mantienen unos 70 productos de la lista vieja, estos vienen con aumentos que superan el 100% respecto de la lista de setiembre de 2019, como lo documentó LOS ANDES en una nota del miércoles. A pesar de esto, el Gobierno sostiene que las empresas hicieron un gran esfuerzo y sólo aumentaron un 9%. Lo que han hecho ha sido convalidar todos los aumentos preventivos de las grandes empresas y darles un porcentaje mayor para que aguanten los próximos tres meses.
También se ha discutido la presencia de cervezas de marcas líderes, de vinos en caja de cartón de bodegas de gran volumen y hasta la gaseosa Cola más famosa del mundo. Este convenio viene atado a la otra estrategia del gobierno que es la de frenar las importaciones, con lo cual garantiza el mercado a estas empresas que no deberán competir; se reparten el mercado y tienen ganancias garantizadas por el Estado. Es el modelo tradicional del peronismo.
Convalidando estos precios el gobierno se asegura un elevado índice de inflación para enero y, posiblemente, genere arrastres para febrero y marzo, cuando haya una nueva revisión. Lo que está claro es que, más allá de los relatos, con estas medidas se ha vuelto a favorecer a los más grandes, se ha consolidado la concentración y la falta de competencia y los grandes perdedores serán aquellos a los que se les había prometido llenarles la heladera. Lo más lamentable es que todo se hace en el marco de la Emergencia Alimentaria.
Las primeras medidas del gobierno tienden a favorecer a los bancos y a los grandes grupos empresarios