Pity Martínez: "Todavía no dimensiono lo que significa ser el diez de River"

El talentoso atacante mendocino en un mano a mano con MÁS Deportes. Un pantallazo de su carrera desde el inicio hasta la actualidad.

Pity Martínez: "Todavía no dimensiono lo que significa ser el diez de River"

Ezeiza. Casi mediodía. Está por finalizar el entrenamiento del primer equipo de River. Acaba de comenzar la Superliga y mientras el equipo multicampeón de Gallardo avanza a pie firme en la Libertadores y en Copa Argentina. El mendocino Gonzalo Martínez, ese zurdo flaquito y desfachatado, que lleva la camiseta 10 de River en su espalda, comenzó tan bien ésta temporada como terminó la anterior.

Pity está por concluir su sesión en el gimnasio. "Ubíquense ahí, dentro de la cancha, en el banco de suplentes. Yo lo traigo". La indicación es de Matías Ghirlanda, el encargado de prensa del plantel y uno de los pocos que le dice Gonzalo al talentoso volante ofensivo, quien así dialogó con MÁS Deportes.

- ¿Cómo te iniciaste en el fútbol y qué recuerdos tenés de tu infancia en Mendoza?

– Siempre me acuerdo que arranqué en una escuela de fútbol llamada EDI El Sauce de Guaymallén. Tengo familiares ahí y mi papá también jugaba a la pelota allá. De rebote caí, empecé a ir a entrenar y así arrancó todo. Después nos tuvimos que mudar porque vivíamos en la casa de mi abuela y nos fuimos (el Pity es el quinto de siete hermanos) a un barrio que se llama Nueva Esperanza, que queda atrás del camping Luz y Fuerza y me quedaba a 200 metros del club Boca de Bermejo. Ahí hice bastante carrera, tengo lindos recuerdos, ganamos muchos torneos con ese equipo.

Martínez contó en una nota publicada en “El Gráfico” (junio 2017) que “cuando iba a practicar la Primera de River al camping, nos poníamos detrás de un paredón y esperábamos a que cayera alguna pelota para llevarla al barrio. Después íbamos a la puerta a saludar a los jugadores”.

Con cierta nostalgia recuerda: “Ahí habré tenido 8 años, y a los 11 o 12 pasé a Andes Talleres porque me llevó un técnico conocido. Jugué un año, y a los 13 pasé al club Centro Empleados de Comercio, donde pasé mi última etapa en Mendoza hasta que tuve la suerte de que me fuese a buscar Marcelo Simonián” (en el fútbol también representa a Ever Banega, Javier Pastore, Lucho González y Pipi Romagnoli).

El explosivo atacante que deja desairados a los marcadores de punta que intentan frenarle, ya no es aquel pibito irreverente que despertaba la atención de todos tanto por su talento como por no querer pasarle la pelota a nadie. A sus 23 años, se muestra más reflexivo que en oportunidades anteriores, como cuando visitó Mendoza jugando para Huracán de Parque Patricios -empató 1 a 1 con un gol de él, ante Independiente Rivadavia.

Aunque conserva ciertos atisbos de rebeldía, que acentúan su personalidad, ya no es aquel flaquito al que todos sus compañeros le pedían “dame una”, “largala morfón”, y como Pity agachaba la cabeza y no le pasaba la pelota a nadie. Inlcusive, el profe que hacía de árbitro en aquel partido amistoso local tuvo que intervenir advirtiendo al entonces entrenador del CEC Darío Gianformaggio: “Torta, si no lo sacás vos lo saco yo”. Esta anécdota bien podría pertenecer a algún cuento literario acompañado por la frase de Joan Manuel Serrat: “niño, deja ya de joder con la pelota”.

- ¿Por qué nunca fichaste en algún club grande de Mendoza?

– Mi papá me contaba que le preguntaban si quería jugar en Mendoza pero le decía que no era mi idea, yo quería tener la oportunidad de venir a jugar a Buenos Aires.

Pity contó en otras declaraciones a la prensa que de chico tiraba para River porque su papá Luis era fanático (de los 7 hijos salieron 4 de River y 3 de Boca).

Gregorio, popularmente conocido como “Goyo” Carrizo, reveló en El Gráfico que sólo le bastaron un par de minutos para darse cuenta de que Pity era distinto: “En 2007 hicimos una prueba en la cancha de Huracán Las Heras y un chiquitín de 13 años trotaba al lado mío y me miraba hasta que se me acercó y me dijo: “Quiero ir a Buenos Aires”. “Entonces hagamos algo, mostrate”, le respondí.”

“Se metió en el partido, bajó una pelota, gambeteó a un par y le pegaron de atrás. Con eso me alcanzó para ver que era distinto”.

Carrizo le insistió a Marcelo Simonian para que compraran el pase de Pity. Y así se destrabó su salida del CEC y arribó a Buenos Aires en busca de un sueño que ya no parecía tan lejano, pero aún Pity no imaginaría atravesar el presente mágico que le toca vivir.

Jugó 3 años y medio en la B Nacional con Huracán, club con el que ascendió -justamente en el Malvinas Argentinas- tras ganarle el partido decisivo a Atlético Tucumán. Luego conseguiría la Copa Argentina también con el Globo.

El titular del club, Alejandro Nadur, le había negado la posibilidad de ser transferido, pero con Huracán de nuevo en Primera A, el DT Marcelo Gallardo, quien ya había mostrado intenciones de llevarlo a River, volvió a la carga por él. La operación se concretó el 20 de enero de 2015 con el dólar a 8,611 pesos, el equivalente a 4.645.000 unidades de la moneda estadounidense. Hoy es un futbolista sensación y una de las grandes figuras del River de hoy. Jorge Sampaoli también habla de él.

- Te fuiste joven de la provincia, ¿cómo maduraste en el desarraigo para mantener tu identidad mendocina?

- Me siento mendocino. Me puedo ir de vacaciones a una playa del exterior pero eso lo hago una vez cada dos años. Prefiero ir a Mendoza. Mi mujer me lo pide. Y también me gusta estar con mis amigos en la vereda de casa o comer asados con mis hermanos.

- ¿Qué recuerdo instantáneo te surge respecto de tus padres?

- Estoy agradecido a mis viejos. Siempre se rompieron el lomo para que tengamos unas zapatillas nuevas o un juguete para el Día del niño, aunque sea un tetris o cualquier boludez.

- ¿Cuáles son tus impresiones sobre la vida familiar que llevás con tu compañera Priscila y la hija de ambos, Pilar?

- Eramos felices con poco y hoy trato de reflejar éso en mi hija. Aunque esté viviendo otro momento, trato de inculcarle a Pili esos valores. Mis viejos nunca me hicieron faltar nada pero hoy puedo vivir cosas que en su momento no podía.

El zurdo y su festejo a pleno tras su golazo en el 3-1 del Millo frente al Xeneize, en mayo. (AP)

La usina de fútbol del River de Gallardo

Cuando Pablo Aimar quedó fuera de la lista de la Copa por lesión, Marcelo Gallardo, quizás el padrino futbolístico del Pity, le comunicó que era el elegido para llevar la legendaria camiseta número 10 de River.

“Creo que todavía no dimensiono lo que signifca ser el 10 de River. Soy consciente de la responsabilidad que eso genera, pero a veces no caigo. Trato de tomarlo con tranquilidad”, dijo.

Talentoso y a menudo incomprendido, Pity es uno de los hombres que más crédito recibió por parte de Gallardo, aunque las plateas San Martín y Belgrano le hayan perturbado con silbidos al juzgarlo como un adulto. Posiblemente haber llegado al club de Núñez caratulado como el jugador de los 40 millones de pesos significó una presión extra hasta que con aplomo, personalidad y talento logró revertir murmullos por aplausos.

Pity es veloz, incisivo, determinante cuando encara y tiene una pegada electrizante y potente. Estas condiciones lo posicionan como un futbolista vistosamente desequilibrante. Pero entre sus cualidades destaca un atributo que lo hace irresistible para los entrenadores modernos ocupados por imprimirle a sus equipos un poderío ofensivo desmedido: en el 1 a 1 es prácticamente imbatible.

- ¿El gol a Boca significó un punto de inflexión en tu relación con la gente de River?

- Ese gol a Boca fue el punto alto de quiebre en todo sentido. Me sentí muy cómodo en el partido. Me fui feliz y todavía estoy disfrutándolo.

En ese recordado tanto en la Bombonera hubo un gesto técnico de crack: cómo al conectar el balón inclinó su cuerpo sobre el pie de apoyo. Luego, lanzó un remate brutal para abrir el marcador en cancha de Boca. Este gol consagratorio lo amigó con el corazón de los hinchas de River.

- Recientemente, el director técnico de la Selección confesó que estás en el radar de los posibles jugadores convocados. ¿Cómo tomaste sus declaraciones?

- Me sorprendió que Sampaoli hablara de mí, está bueno que mire el fútbol argentino. Desde que asumió en la selección recorre las canchas del fútbol argentino y eso es importante para todos los jugadores. Ahora depende del nivel que muestre en River.

"Sueño con compartir un equipo con Messi y cruzar algunas palabras", expresó en Ezeiza.

La madrugada del 5 de agosto de 2015

“Mi papá nos llamó desde el Monumental y nos dijo: ‘Ya me puedo morir tranquilo, qué más puedo pedir’”, contó entre risas Florencia, hermana del Pity en una a Los Andes (http://www.losandes.com.ar/article/-pity-martinez-el-orgullo-familiar).  “Es que  mi papá es fanático de River y acá somos casi todos de River, a excepción de tres de mis hermanos que son re bosteros”, agregó Juliana señalando a Florencia, simpatizante Xeneize.

- De los potreros de Guaymallén a jugar en la misma cancha que Messi, ¿Qué sensaciones experimentaste cuando enfrentaron al todopoderoso Barcelona?

- No hablé con él pero tuve la suerte de darle un gran abrazo y compartir una cancha aunque como rivales. Sueño con compartir equipo con Messi y cruzar algunas palabras. Jugar en River te lleva a la exigencia máxima. Ese día me fui recontra caliente, no me gusta perder a nada pero uno después se da cuenta de que deberíamos haber estado más tranquilos para disfrutarlo de otra manera.

Gonzalo Martínez fue el número 10 más determinante en el torneo pasado: convirtió 7 goles y aportó 10 asistencias. También generó 43 ocasiones de gol, ganó 178 duelos y recibió 68 faltas a lo largo del torneo anterior.

Además de la Libertadores 2015, Martínez -tiene contrato en River hasta 2020- ganó las Recopa Sudamericanas 2015 y 2016, y la Suruga Bank 2015. El club que pretenda sus servicios deberá negociar con River o ejecutar la cláusula de rescisión tasada en 15 millones de dólares.

Fotos de la producción en Ezeiza: Sebastián Mónaco

Agradecimientos: Matías Ghirlanda.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA