Situación general
La provincia de Mendoza tiene una superficie total de 150.839 km2, con un clima regional que puede definirse como árido. Cuenta con una población de 1,6 millón de habitantes, y su densidad poblacional es variada alcanzando 36,6 habitantes por km2 en el norte y 0,5 habitantes por km2 en el sur. En promedio existen 9,5 habitantes por km2. (1)
El recurso hídrico que se utiliza proviene, casi en su totalidad, de la fusión de las nieves y glaciares ubicados en la cordillera de los Andes, dado que la precipitación anual promedio en el llano es de 200 mm por año, un poco superior a la de Dubai, donde la lluvia acumulada alcanza 150 mm por año.
En consecuencia, el desarrollo humano y la actividad económica dependen principalmente de los aportes que realizan los deshielos de alta montaña y del agua subterránea, por lo que el agua es un bien estratégico y sumamente escaso.
En efecto, basta observar que los oasis bajo riego ocupan sólo el 3,4% de la superficie y en ellos se concentra el 91% de la actividad económica y humana, siendo Mendoza la provincia con mayor superficie irrigada del país (360.000 hectáreas), lo que representa el 25% del total nacional. (2)
Las características de aridez de la región, con bajos volúmenes de precipitaciones, escasos caudales, un alto índice de evapotranspiración y filtración de acuíferos, sumado a la necesidad de irrigación artificial de cuencas productivas y hábitats humanos, han dado lugar a un pronunciado déficit hídrico.
Esta situación implica que Mendoza se encuentra en una suerte de "corset" hídrico que dificulta y limita su crecimiento poblacional y económico.
Incluso, en años hidrológicos pobres es común que se establezcan normas de "emergencias hídricas", durante las cuales se establecen restricciones de uso, a veces exageradas o desproporcionadas (v.gr., prohibición de regar las plantas, jardines o árboles) que atentan contra la "cultura del árbol" y el medio ambiente, que resultan tan caros a los sentimientos locales.
A raíz de ello, hoy existen vastas zonas pobladas en donde no se otorgan más "factibilidades de agua" para construir viviendas o barrios.
Agua para esparcimiento
A pesar del déficit hídrico mencionado, curiosamente, en la provincia no existe ley que regule la existencia y uso de piscinas, ni públicas ni privadas, ni permanentes ni transitorias.
No existe un registro de piscinas, ni -mucho menos- conciencia del volumen métrico de agua que se puede almacenar en las mismas.
En los barrios privados se puede observar cómo la gran mayoría de las viviendas existentes en los mismos tienen piscinas.
En épocas veraniegas, cuando arrecia el déficit hídrico, se detecta el uso indiscriminado de las piscinas portátiles, algunas de las cuales son de gran volumen.
Sin embargo, el uso abusivo del agua para recreación alcanza también a clubes de la provincia, algunos de los cuales tienen piscinas con pozos de gran profundidad donde otrora se practicaban saltos ornamentales y hoy resultan inútiles. Basta recordar que una "piscina olímpica" no necesita más de 2 m de profundidad.
Resulta necesario tomar conciencia de la escasez del agua y de la necesidad de priorizar su utilización para el consumo humano y para la producción.
A todos nos parecería curioso y contradictorio si viéramos en un desierto la existencia de innumerables piscinas para recreación. Y nuestro hábitat es un desierto.
Propuesta
Nunca estuve de acuerdo con las prohibiciones, pero sí pienso que resulta necesario desalentar el uso de piscinas privadas para recreación.
Resulta indispensable que se regule la existencia y uso de piscinas (públicas y privadas, permanentes o transitorias), realizando un censo provincial sobre la cantidad y volumen de almacenamiento de las mismas y determinando la obligación para cada propietario de contar con medidor de agua y estableciendo un impuesto -como bien suntuoso- proporcional al tamaño o volumen de cada piscina.
De seguirse dicha postura, no sólo se potenciaría de manera idónea la llamada "cultura del agua", sino que se conseguirían beneficios sociales, dado que al desalentar las piscinas privadas, muchos mendocinos volverían a los clubes, lo cual beneficiaría la práctica del deporte y el intercambio interpersonal.
A la vez que sería una importante señal de equidad social, quebrando la disparidad irritativa de amplios sectores sociales que carecen del vital elemento para su subsistencia, mientras que existen otros mendocinos (muchas veces vecinos) que utilizan el agua como recreación y esparcimiento.
(1) José Reta, ex director de Policía del Agua del Departamento General de Irrigación en la Provincia de Mendoza, República Argentina, desde 1998 hasta mayo de 2002.
(2) Hay 3 grandes Oasis: del Norte, del Valle de Uco (alimentados por el río Mendoza y el río Tunuyán) y del Sur (regados por los ríos Diamante y Atuel). El Oasis Norte es el más importante y está formado por las cuencas de los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior.
La infraestructura hidráulica está compuesta de 12 diques de derivación y 7 embalses, con una capacidad total de 1.900 hm3 y 12.300 km de canales.