Nada parece haber cambiado desde
el gran motín que ocurrió el año pasado en el Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (SRPJ)
y pese a que las fugas de internos son cada vez más constantes y las situaciones de agresión que sufren quienes se encargan de cuidan a los jóvenes alojados en el lugar no cesan. Por eso, los trabajadores del ex Cose volvieron a salir a la calle para reclamar que las autoridades gubernamentales y del centro garanticen su seguridad.
La medida de fuerza comenzó esta mañana con un corte en los portones del ex Cose, ubicado en la calle Río Juramento de Godoy Cruz, que luego se trasladó el Corredor del Oeste. Allí, los empleados estuvieron reunidos en asamblea para exigir que los funcionarios escuchen su reclamo y dispongan la puesta en marcha de varios de los cambios que viene exigiendo el sector para “trabajar en armonía”.
Así lo indicó a
Los Andes
, el operador y delegado de ATE, Fernando González. “Pasan los días y cada vez hay más compañeros agredidos. Se vive en un clima de permanente violencia y es imposible trabajar en la resocialización de los jóvenes en este contexto. Estamos exigiendo que se elabore un plan de emergencia que permita, ante todo, bajar los niveles de conflictividad, porque nosotros somos civiles, no somos personal de las fuerzas armadas”, señaló González.
Según explicó el operador, “nunca se han implementado los puntos acordados en noviembre del año pasado”, luego de la violenta revuelta de fines de octubre que dejó operarios heridos, cruces con la Policía, fuga de internos y un centro de detención de menores intervenido por penitenciarios. “Esas medidas han fracasado porque primero hay que garantizar un ambiente de armonía a través de un reglamento que sea cumplido por todos: jóvenes, profesionales, operadores, terapeutas, educadores. De lo contrario, no se pueden hacer grandes cambios”, indicó González.
Es que González se refiere a la reunión que ayer mantuvieron con el Gobierno en la subsecretaría de Trabajo, donde los trabajadores asistieron para plantear la necesidad de construir un plan que “descomprima la violencia” que se respira puertas adentro del ex Cose. Sin embargo, las autoridades optaron por “detenerse en discusiones acerca de los turnos de trabajo”. “No se puede hablar de esas cuestiones secundarias en tanto no se resuelva el problema de fondo. Todos los días salen del lugar compañeros lesionados y apuñalados”, dijo el operador.
El trabajador sostuvo que las protestan continuarán a lo largo de la semana, hasta que algún funcionario "tome cartas en el asunto", pero al mismo tiempo aclaró que las guardias mínimas dentro del ex Cose estarán garantizadas.