La Liga Nacional Femenina 2018 tuvo su huella mendocina. Más allá de la excelente labor de Las Heras Básquet, equipo que terminó entre los cuatro primeros, o la destacada actuación de Andrea Boquete en Obras, hay otro personaje que a partir del último domingo se escribe con mayúsculas y tinta de oro.
Estamos hablando de Mauricio ‘Pipío’ Pedemonte, director técnico de Quimsa de Santiago del Estero, club que se consagró campeón del primer torneo del año al derrotar en tiempo suplementario a Obras Basket, en calidad de visitante, por 75-74. Histórico.
‘Pipío’ Pedemonte, uno de los máximos exponentes del básquetbol mendocino, hoy sigue ligado a la actividad como entrenador. Y el destino quiso que lo volvieran a llamar de Santiago del Estero para hacerse cargo de la Fusión en la primera Liga Nacional. Un año más tarde, el ‘Gran Pipío’ gritó campeón.
Pisó suelo mendocino cerca del mediodía y se reencontró con su familia. Minutos después tuvo la cita con Más Deportes en Mendoza de Regatas, un club que marcó su carrera basquetbolística.
Tras recibir el cariño de cada socio del equipo del Lago que pasaba a su lado, Mauricio afirmó: "El cariño de la gente es el mejor premio de un deportista. Este club me trae grandes recuerdos. Si la moneda de las finales del TNA en 1995 era del lado de Regatas, yo seguiría acá; fue para Luz y Fuerza de Misiones, por eso llegué a Quimsa y años después logré el ascenso justo en la cancha de Obras. Años más tarde, la misma camiseta, idéntico estadio, distinta rama, diferente función, me permiten cosechar una de las mayores alegrías de mi carrera, campeón de la Liga Nacional. Es un sentimiento inexplicable por todo lo que se trabaja para lograr el objetivo".
Sobre cuáles fueron los factores del plantel de Quimsa para cortar las redes, el ex jugador de Atenas Sport Club, entre otros conceptos, explicó: “Las claves de este equipo es que son jugadoras súper profesionales. En el básquet femenino aún se comparten actividades. Quimsa logró un equipo profesional las 24 horas. Es un plus. Son jugadoras de selecciones. Es el hándicap que uno tiene para instancias finales. Cada jugadora debe pensar en mejorar de manera constante su técnica, físico y alimentación”.
Con respecto a cómo se vive el básquet en Santiago del Estero, el francotirador, subrayó: “Tienen un ADN basquetbolístico muy importante, pero no en la rama femenina. Y ese era el desafío cuando se decidió participar en la Liga Nacional. Llegamos en marzo del año pasado y tuvimos que armar divisiones inferiores, un equipo para competir en el certamen local y luego pensar en la Liga. Fue un proceso lento pero en el cual se fueron logrando objetivos a corto plazo”.
Por último, ¿te sorprendió la actuación de Las Heras Básquet?: “Con la mano en el corazón, para nada. Después del ‘Open Day’, jornada inaugural de la Liga en la cancha de Ferro, Mendoza perdió con Obras. Me hicieron una nota y manifesté: ‘Este equipo es candidato’. Por jerarquía individual y juego colectivo, Las Heras mostró una identidad de juego. Jugadoras de la talla de Carolina Sánchez o Natacha Pérez te dan un plus. Después tenés juveniles como Ailén Arias, Abril Ramírez o Vicky Gauna que dejaron de ser sorpresas. Gabi Herrera y Julieta Tell son jugadoras de LNB. Mendoza tiene un equipazo y lo demostró”.