Volvió a competir después de casi diez años sin pisar las pistas, lo hizo para volver a sentir el sabor de la adrenalina que moviliza a los "fierreros" y, luego de 4 temporadas disputando de manera irregular los argentinos, Gabriel "Pipío" Fernández se consagró ganador del Campeonato Nacional de Motocross en la categoría MX 3-A, en el marco de la séptima fecha que se disputó en la localidad de Las Talitas, Tucumán, donde tanto el chaqueño David Sona, como el cordobés Ariel Bonomo no pudieron impedir que este mendocino de 42 años se subiera a lo más alto del podio y con ello se calzase la corona del mejor de 2018.
Cuando sólo resta una fecha para que concluya el campeonato, Fernández se alzó con el máximo galardón y sumó su quinto triunfo de la temporada. El cierre del Nacional tendrá lugar en Neuquén.
“La verdad es que tengo una alegría y una felicidad enorme, porque después de muchos años puedo disfrutar de un título argentino. Realmente estoy muy feliz y eso es algo que se lo quiero agradecer a mi familia, especialmente a mi mujer Estefanía, que me ha hecho el aguante todo el año. Pero además volví a correr en 2013, porque ella me lo pidió y por eso es muy importante ella en todo esto", comentó el flamante campeón. Con respecto al certamen nacional y el logro conquistado, destacó: "La verdad es que hay mucho sacrificio detrás, porque para mí competir es un emprendimiento privado, si bien tengo algún apoyo yo no corro para ningún equipo oficial y es complicado, lo cual hace que sea mucho el esfuerzo de poder estar en cada fecha", aclaró Pipío.
“El campeonato tiene muy buen nivel, imaginate que en las pruebas de clasificaciones para la final, que son el sábado, tienen que quedar sólo 42 pilotos. Esto hace que el nivel sea muy bueno (quedan 10 pilotos fuera de competencia) y exigente. Lo importante de esta temporada es que la Federación anunció que habrían algunas modificaciones en los circuitos, que serían más técnicos. Algo que a mí me favorece mucho, ya que vengo de la escuela de los viejos pilotos de Mendoza, como Marcelo Sánchez”, recordó.
En cuanto a la preparación para llegar a cada prueba, el oriundo de Villa Nueva elogió el trabajo de su personal training Vanessa Barlek: "El motocross, además de trabajo técnico lógico de un piloto, es 80 por ciento físico. Yo la temporada pasada sólo corrí algunas fechas, pero lo hice pensando en correr todas este año y para eso decidí entrenarme como nunca lo había hecho hasta ahora. Por lo tanto, fue muy importante el trabajo que hizo la “Colo” Barlek, mi entrenadora. La verdad es que ella realizó un gran trabajo y yo un esfuerzo muy grande que realmente dieron sus resultados", sostuvo.
Pipío Fernández tuvo sus primeros contactos con las motos a los 13 años, aunque reconoce que lo suyo no es de familia: "En mi casa nadie tiene pasión por el motor, entre los 12 y 13 años veía una moto y me volvía loco hasta que pude tener una, y comencé a correr. Como a los 20 empecé a participar de los campeonatos argentinos y entre 2001 y 2004 corrí para equipos oficiales en Chile, después por un tema de presupuesto dejé de competir y volví en 2013. La verdad es que tengo marcas por todo el cuerpo de esta pasión e incluso me falta un riñón", resaltó el piloto y orgulloso discípulo de Marcelo Sánchez.
