El pinot para el sushi de la mano de Mun

Yo viví en Buenos Aires casi dos años antes de venir a Mendoza. Aunque las propuestas gastronómicas son muy similares en ambos lugares, salía mucho más a cenar allá que acá porque era parte de un programa social, una actividad que hacía con amigos siempre.

Mendoza, al contrario, es una provincia donde la gente se junta mucho en sus casas. Siento que nuestra casa, y la de los amigos son salidas y como dice mi madre "la comida casera no sólo alimenta el cuerpo sino también el alma"

En cuanto a los aspectos destacados de la gastronomía local aquí se ofrece una variedad única de comida casera como empanadas, el siempre exquisito asado, locro, las pastas como los sorrentinos y los canelones. Disfruto mucho de la cocina con esa base familiar que la caracteriza y me descubro siempre atraído por las casas de mis amigos y los restaurantes locales cuando de cenar se trata. 

El vino tiene mucho que ver con la vivencia gastronómica. Debo confesar que antes de venir a Mendoza yo no prestaba demasiada atención a la capacidad del maridaje, en mi restaurante porteño ocupaba un lugar secundario en mis prioridades, mientras que ahora, pienso en el plato y en el vino que lo acompañará al mismo tiempo.
 
Si hablamos de mi sushi, colaboré con los enólogos de Casarena para desarrollar nuestro Reserva Pinot Noir. Juntos creamos el vino que marida perfectamente con el sushi, algo que mucha gente nunca pensó como posible. Un vino por vez con los diferentes platos hace que empujemos la frontera de la escena culinaria de Mendoza.

 Antes que la provincia pueda convertirse en un destino gastronómico internacional, necesitamos fortalecer el abastecimiento de pescado, aves y carnes. Eso nos permitirá continuar creando opciones de cocina nueva y excitante en la región.
 
La comunidad gastronómica local es muy creativa, el único impedimento es el acceso a los recursos. Una vez que estos problemas se resuelvan, llegará a la cima de la escena gastronómica internacional.