Piñón Fijo: “Veo a mis hijos en el escenario y me emociono mucho”

El payaso cordobés regresa a la provincia en el marco de sus cumpleaños número 25 como artista, con un espectáculo en el que comparte el escenario junto a sus hijos Sol y Jeremías. Fabián Gómez se siente un privilegiado por lo que cosechó en el camino, di

Piñón Fijo: “Veo a mis hijos en el escenario y me emociono mucho”
Piñón Fijo: “Veo a mis hijos en el escenario y me emociono mucho”

Corría el año 1989 y Piñón Fijo se asomaba por las calles de Córdoba con su guitarra y un puñado de canciones de María Elena Walsh. Ese joven artista callejero que no abandonaba sus sueño de cantar y componer canciones, hace más de una década es el payaso más famoso de la Argentina, con el que varias generaciones crecieron viéndolo primero en la televisión cordobesa en “Pan y Manteca”, y luego saltó a la pantalla nacional, para consagrarse como figura infantil.

Ese personaje creado hace 25 años por Fabián Gómez hoy recorre el país para celebrar junto a su público las bodas de plata en los escenarios.

“Superé todos mis sueños, los proyectos, las expectativas. En los primeros tiempos miraba a mis ídolos musicales como León Gieco, Baglietto, Rubén Blades, y ahora veo mi presente y creo que en todo este tiempo transcurrido la vida me ha dado más de lo que pensaba y soñaba. Y encima estar en contacto con una etapa del ser humano que creo que es la mejor, la niñez”, resalta Piñón Fijo desde su casa en Córdoba antes de iniciar el viaje que lo traerá hoy al auditorio Ángel Bustelo con doble función de su espectáculo “Piñón Fijo en familia”.

Nunca se es grande para jugar

De una manera lúdica, con temas que son parte de la primera infancia del ser humano, Piñón Fijo supo construir un lenguaje propio que conquista a grandes y chicos. Diez discos editados, dos premios Gardel, más de cincuenta fechas a sala llena en el Teatro Gran Rex, y varias temporadas en televisión marcan la carrera del personaje infantil, que con su carismático tono cordobés, el bonete amarillo y el maquillaje rojo que traza gran parte de su rostro, sigue formando parte del universo de los más pequeños y convoca multitudes.

“Las etapas que vas viviendo son únicas e inolvidables. A veces viene un papá con un bebé en brazos, y me dice: yo era público tuyo. Y eso es un mazazo al corazón, y me causa una emoción total”.

-Al margen de la química con los chicos, ¿cómo es tu relación con los adultos que te siguen?

-Es muy loco, porque yo no ando por la vida maquillado. Pero muchas veces cuando me maquillo y salgo a hacer prensa, y andas por la calle se encuentra con la magia de la infancia. Eso no atiende ni clases sociales, ni oficios, ni nada. Cuando se encuentran con el personaje, no es ese personaje que despierta ese gesto de ternura en la cara, sino que se encuentran con ese niño interno. Entonces te dicen cosas muy lindas. El tipo más curtido que está limpiando un vidrio en un semáforo o el tipo más elegante, te tira la mejor.

-Recordás alguna anécdota inolvidable con un niño en tus presentaciones...

-Lo que a mí me pasa desde mis primeros años de Piñón es que gocé del contacto con los padres. Piñón Fijo no es el payaso que los papás delegan al niño y dice “ahí está, y pasala bien”. Al contrario, los adultos se involucran tanto o más que los chicos. Entonces yo a veces veo papás y mamás seduciéndolos a los niños para que presten atención, y eso para uno es una gran ventaja. Los que saben dicen que una obra de teatro o show infantil debe ser de 50 minutos, porque eso dura la atención del niño, y mi show es de una hora y media. Sin el consenso del adulto es imposible.

-¿Esa es la clave de tu trascendencia?

-Si es una clave, no ha sido planificada o buscado. Es algo que se dio espontáneamente. Cuando salí a la calle cantaba canciones de María Elena Walsh, de Peteco Carabajal, o cantaba una trova de Silvio Rodríguez. Este personaje siempre tuvo un perfil familiar.

-¿Te preguntan por ejemplo los padres si tenés una fórmula para conquistar a los chicos, sobre todo los niños más inquietos?

-El niño como ser humano y requiere sus tiempos, y si uno lo elige como interlocutor, la relación tiene que ser un diálogo no un monólogo del adulto. Entonces cada niño cuenta su propia historia de vida, con las actitudes que tiene. Me pasa ahora en el programa de Canal 13, donde una sección que tomo la leche y dibujo con los niños, con un par de chicos.

Y es notable como en 20 minutos de entrevista uno puede vislumbrar su historia; niños ansiosos, extrovertido o tímidos. Y de eso aprendo mucho, y me toca por ahí alguno que me quiere tocar el bonete, o tocar el maquillaje. Y ese training de comprensión y tolerancia me lo dio la dinámica de animar cumpleaños infantiles en mi etapa inicial. Porque ahí llegas a una casa y quedabas expuesto al grupo.

En la actualidad, sus hijos Sol y Jeremías, los que alguna vez lo acompañaron a un costado del escenario, desde el año pasado comparten la tarea de entretener y divertir a miles de niños, con su último espectáculo “Piñón Fijo en familia”, donde hace un repaso por los clásicos como “Basta de mamadera”, “Nene deja el chupete” o la “Cumbia del pañal”, y sorprende con nuevas letras y melodías pegadizas.

-¿Cómo surgió la idea de que tus hijos te acompañen en tu carrera?

-Los chicos tienen otro camino. Sol estudió Relaciones Públicas y Jeremías cine y televisión. Con mi compañera Karina siempre los incentivamos a que hagan lo que les guste. Y esto de subirse al escenario al lado del padre, fue algo espontáneo. Ellos transitaron los escenarios igual que yo, fueron parte de mi equipaje. Y cuando subieron por primera vez lo hicieron como un juego, y después se fueron involucrando y no se bajaron nunca más. Yo los veo y me emociona mucho; están comprometidos con esto.

-Ves un cambio en el público por estos formatos de la televisión como Violetta.

-Creo que el cambio de la infancia tienen mucho que ver con los adultos. Nosotros los bombardeamos; por un lado los medios, y por otro la facilidad que tenemos los adultos de no filtrar un poco lo que tiene que ver con la infancia. Pero yo creo que los niños siguen defendiendo la magia de la infancia, su inocencia, a rajatablas.

Quizás dura menos tiempo esa defensa, más que todo en Argentina. Lo digo desde mi posición de padre, hay toda una fórmula en la tele de empezar con una tira infantil en marzo, y terminar en noviembre con la misma tira pero que sea una novela de la tarde. Entonces tenemos distintas generaciones con niñas que sufrieron porque no les tocó ser divinas y son populares. U otras etapas anteriores de la escuela Moreniana, como ser adolescentes y espiar a las chicas por la cerradura de la puerta. Letras que se han instalado y se pusieron de moda.

-¿Has pensado en sacarte el maquillaje, dejar a Piñón Fijo y dedicarte a componer y cantar otro tipo de canciones?

-Vos sabes que tengo un proyecto guardado en un baúl porque Piñón no me da tiempo para nada. Y justamente se llama "Sin maquillaje", y es un ramillete de canciones que compuse, y alguna vez las voy a desempolvar. Pero Piñón no me deja tiempo libre, y me satisface desde el punto de vista creativo, que muchas veces no me genera necesidad de hacer otras cosas. Porque cuando escribo una canción no la hago pensando que sea efectiva para los chicos, la escribo con un concepto lúdico que me satisface a mí como un juego, y que luego lo voy a compartir con miles de niños en todo el país. Es un círculo virtuoso muy lindo.

La ficha

Piñón Fijo en familia

Día y hora: hoy a las 15 y 18.

Lugar: auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 60).

Entradas: $100, $120, $140, $160 y $180. En tarjeta Nevada y boletería del auditorio.

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