"La canción 'Pelotitas en la esquina' nació en 2001 en un viaje que en Buenos Aires, donde Piñón Fijo había 'explotado' a nivel exposición y ya era muy famoso. Yo salía del teatro, sin maquillaje, y en el camino al hotel vi a un niño disfrazado de mi personaje, haciendo malabares con unas naranjitas. Y me pegó en el alma. Me quedé mirándolo y ahí nació esa canción. Porque es casi una pintura de esa época, que desgraciadamente se sigue repitiendo", cuenta Fabián Gómez, más conocido como Piñón Fijo, sobre una de sus clásicas canciones.
Esa sensibilidad sobre lo más triste de la realidad cotidiana, que no le es ajena, fue convertida en un poema y una música que canta junto a los miles de seguidores que tiene a lo largo de todo el país.
Como un eterno niño, a sus 52 años y con casi tres décadas de carrera, Piñón Fijo es uno de los artistas más reconocidos por el público infantil. Un payaso que sigue conquistando a generaciones de chicos y grandes.
Por estos días, además de su gira por todo el país (con la que brindará dos funciones el miércoles 11 de julio en el auditorio Ángel Bustelo), estrenó junto a Pedro Aznar la canción "Ronda de la paz". Se trata de un tema compuesto por el propio Piñón en homenaje a Sebastián Barreiros, el niño que falleció en el atentado a la AMIA.
Esa combinación entre emotividad, humor y diversión que transmite el personaje en el público, le permite a su hacedor, Fabián, mantenerlo en el tiempo y entrar con él al hogar de miles de familias.
"Este año tenemos canciones nuevas, tenemos una que se llama 'Pote, tapita y bidón', que tiene con ver con el reciclaje y el usar elementos cotidianos como instrumentos de música. Hicimos un concurso muy lindo a nivel nacional, para que la gente mandase videos cantando la canción. Y los subimos a las redes sociales. Los ganadores van a venir a Córdoba a participar del espectáculo", cuenta, entusiasmado por el poder de las redes.
–Comenzaste como artista callejero y te tuviste que adaptar al mundo de la tecnología...
–Es que nunca me imaginé tener que decir: “Yo soy un hombre del siglo pasado” (risas). Me llevo bien con la tecnología, pero la tomo como un medio creativo, como disparadora de talento propio y ajeno. Para estimular la creatividad, crear música, imágenes, videos. Eso me fascina. Incluso en el espectáculo uso mucha tecnología. Cuando la tecnología se usa en el buen sentido, arma círculos virtuosos. Sin embargo está también el lado oscuro. Al final... es como la vida misma.
–¿Qué música escuchás y que es fuente de inspiración para lo que hacés con Piñón Fijo?
–Para empezar, considero que la música que hago no es infantil, sino un resultado de la música que me gusta. Si yo escucho Rubén Blades, Jaime Ross, Richard Bona o Sting, son músicas que terminan sin querer manifestándose en la música que ofrezco en mis shows. Y eso hace que yo no tenga un perfil fácil de rotular como “música infantil”. Mi música está dirigida a la familia y a los niños. Es un desafío que siempre me gustó, desde que era artista callejero. No quise ser un payaso sólo para los chicos, si no un contenedor para toda la familia.
–Año tras año, Piñón Fijo es uno de los pocos artistas que resiste a las crisis. ¿Cómo vivís la experiencia de ser siempre convocante?
–El hecho que uno venda más o menos entradas en un país, donde las crisis son cíclicas, eso a uno no deja de atravesarlo. Es más, desde la angustia de ver a un niño durmiendo en la calle o ver a un niño disfrazado de Piñón Fijo haciendo malabares en la esquina, a mí me conmueven.
–¿Y pensás en el hecho de que estás en la cima pero comenzaste como un simple artista callejero?
–Si hay un arriba o un abajo, yo sigo arriba de mis sueños. Por ahí es muy fluctuante la carrera artística, en especial si sos parte importante para mantener el trabajo de todo un equipo. Pero de lo más orgulloso que me siento es que después de 29 años de carrera, tengo la capacidad de asombro y la capacidad de aprendizaje intactas, como el primer día que salí a la calle. Ese sí es un gran éxito, porque tranquilamente uno podría estar desgastado y poner el piloto automático. Pero no me pasa. Todo es un gran desafío: conquistar sonrisas y seguir siendo parte.
El payaso de la familia
Piñón Fijo pasó por todos los estados. De joven padre a compartir el escenario con sus hijos. Y desde hace dos años tiene el título de abuelo. Es que la llegada de su nieta Luna, hija de Sol, fue un motivo de felicidad para Piñón y Fabián, que lo hace parte de su espectáculo.
–¿Cómo vivís el ser abuelo?
–Luna ha llegado a resignificar todo. Soy una persona privilegiada porque estoy conectado con la infancia desde hace casi 30 años. Y mi nieta llegó en un momento especial. Hay mucha gente que me manda videos del contacto con Piñón en la intimidad del hogar. Y eso siempre me emocionó mucho y es un faro que me ayudó a mejorar muchas cosas. Y cuando llegó Luna lo viví de adentro, porque la contemplo a ella viendo a Piñón y otros artistas y lo que incide en su crecimiento.
–¿Pensás en ella a la hora de hacer tus espectáculos?
–Mi nieta Luna llegó para alimentar nuevos fundamentos para cantarles a los chicos. Y también me pasó algo muy fuerte, porque le dio un gran valor a mi hija Sol para que haga su carrera. Hace mucho que los vengo retando a mis hijos en el buen sentido, para que hagan su propio camino. Y siempre venían con ese trauma que al lado mío no podían generar algo mejor. Y Luna vino a traerle una carrera propia a Sol, con sus canciones. Cuando Sol me mostró sus canciones me puse muy feliz, como cuando me dijeron que iba a hacer abuelo.
–¿Te imaginaste que tus hijos iban a seguir tu mismo camino?
–Yo no soy de proyectar, y mucho menos en la vida de los otros. Mientras haya salud y comprensión, todo está bien si al otro le hace feliz. No soy partícipe de los mandatos familiares. Y es una locura que mis hijos sigan la huella del padre por una decisión propia.
–¿Son los únicos a los que has inspirado o esto también te ha pasado con gente del público?
–Me pasan cosas muy lindas. Tenemos un amiguito de Villa Mercedes, que lo conocemos de bebé. Ahora ya creció, pero su mamá nos mandó un video de él tocando la guitarra el cumpleaños feliz a Sol. Y eso es tan lindo, si uno sirve de disparador para que otro ser humano se asome al camino de la música y el arte, es algo hermoso.
La ficha
Piñón Fijo
Día y horarios: miércoles 11 de julio, a las 14 y 16.30.
Lugar: auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 610, Ciudad).
Entrada: $ 250 (general). En boletería del auditorio (lunes a viernes, de 10 a 18 horas), Maxi Mall Urbano (San Martín 1465, Ciudad), Musimundo Portal de los Andes (Godoy Cruz) y www.tuentrada.com.