La puja por reclamos salariales de un grupo de empleados municipales de Lavalle terminó mal. El corolario fue denuncias cruzadas por agresiones físicas y verbales y trabajadores en el hospital.
El intendente de Lavalle, Roberto Righi, y un grupo de unas 40 personas, entre las que había empleados municipales nucleados en ATE, protagonizaron una serie de incidentes hoy cerca de las 18 durante una manifestación en reclamo de mejoras salariales.
Como medida de reclamo, un grupo de empleados se dirigió esta tarde a la puerta de la casa de Gustavo Ortiz, Secretario de Legal y Técnica del municipio, con pancartas y bombos en el marco de una protesta que lleva varios días y con la modalidad de escrache.
Ortiz avisó al intendente que los manifestantes estaban en la puerta de su vivienda y salió a escucharlos. A los pocos minutos, llegó hasta la casa ubicada en las calles Montenegro y Pujada el jefe comunal, acompañado de su esposa y la policía.
El recibimiento no fue bueno y los empleados denuncian que la mujer de Righi comenzó a insultarlos y a rasguñarlos. Incluso que el intendente les tiró gas pimienta.
“Righi nos tiró gas pimienta y su mujer se bajó del vehículo muy enojada y filmado. Además, nos rasguño, aseguró a
Los Andes
una de las manifestantes, Esther Urquiza.
En contraposición a estas declaraciones, el intendente dijo a este diario que él no tiró gas pimienta, que es “una locura” pensar que su mujer haya agredido a los trabajadores y que tiene un hematoma en la espalda a raíz de un piedrazo que recibió y que también le “arden los ojos”.
Reconoció, así, que en el altercado hubo gas pimienta pero aseguró que no sabe “quien fue el autor de esa agresión”.
Sobre el reclamo, Urquiza sostuvo: “Necesitamos el pase a planta y la recategorización de los compañeros. Hay empelados que con 30 años de servicio se van a jubilar en el mismo puesto en el que entraron”, y resaltó que buscan “ser escuchados y acelerar el diálogo”.
Nueve de los manifestantes tuvieron que ser atendidos por diversas heridas leves en el Hospital Saporiti.
Por su parte, Righi puso un manto de duda sobre pertenencia de los manifestantes a la comuna: “Es un grupo de empleados nucleados en ATE que no deja trabajar al resto. Sólo 5 o 6 eran de Lavalle, el resto fue invitado para armar caos”.
Ante la pregunta de cómo se soluciona esto, Righi fue contundente: “La solución se dio y el 97% los empleados la aceptó”.
Los manifestantes aseguraron que no cesarán con su reclamo hasta obtener la respuesta esperada.
Los municipales de Lavalle iniciaron hace varios días un plan de lucha para reclamar mejoras salariales. Aunque el martes pasado en una asamblea la mayoría de los trabajadores aceptó la propuesta de suba salarial, que implica una entrega acumulativa de $500 en enero, febrero y marzo, otro sector nucleado en ATE decidió seguir adelante con sus reclamos. El pedido inicial era un aumento de $1.500.