Hace unos días, la provincia celebró el centenario de la inauguración del monumento al general San Martín en el Cerro de la Gloria.
Durante esa ceremonia, en la que estuvieron autoridades nacionales y provinciales, se produjo un hecho sorprendente que impresionó a la multitud allí apostada. Eran dos máquinas voladoras piloteadas por el renombrado aviador Teodoro Fels y el mendocino Casale.
Visita inesperada
Días antes de la inauguración del monumento al Libertador en el Cerro de la Gloria, los mendocinos estaban expectantes de aquel trascendente acontecimiento. A pesar de todo esto, los obreros trabajaban arduamente para llegar al 12 de febrero.
Mientras tanto, un piloto llamado Teodoro Fels, anunció públicamente que estaría para los festejos de aquella fecha.
Corrieron rumores de que el aviador realizaría un viaje en su aparato desde San Luis hasta nuestra ciudad, pero luego se supo que Fels llegó en tren desde Buenos Aires con su avión, un Morane Surnier, y el mecánico Luis Bordone.
Según contaba el propio aviador que emprendió el viaje hacia la ciudad mendocina, pero que un fuerte viento hizo que las alas estuvieran a punto de romperse, lo que produjo la vuelta a la ciudad puntana donde tomó la decisión de viajar en tren.
Al llegar a la estación de Mendoza, fue recibido por varias personas y, luego de alojarse en el hotel, Teodoro Fels se presentó en el lugar donde una importante cantidad de público lo saludó afectuosamente. Uno de los visitantes fue el destacado piloto y amigo mendocino Mario Casale.
La secreta reunión de ambos duró más de una hora. En conclusión: habían preparado una gran sorpresa a todos los mendocinos para el acto de inauguración del monumento.
Nace un ícono de Mendoza
La mañana del 12 de febrero amaneció soleada y con salvas de cañones que despertaron a todos los vecinos de las zonas aledañas a la Ciudad.
La fecha era especial y por eso, más de 25 mil personas, se pusieron en marcha para poder disfrutarla a pleno: temprano comenzaban las celebraciones de inauguración del monumento al General San Martín en el Cerro de la Gloria.
La presentación de la escultura se dispuso para ese día ya que entonces se conmemoraba el 97° aniversario de la batalla de Chacabuco. Los trabajos de construcción del monumento se iniciaron dos años antes en el Cerro del Pilar. La idea original de la construcción de la escultura sanmartiniana fue del destacado perito Francisco P. Moreno.
La celebración inaugural comenzó con una misa en la rotonda del parque San Martín. Ya desde ese momento una gran multitud acompañó a las autoridades locales, encabezados por el gobernador Rufino Ortega (h), y a los invitados que provinieron desde otros puntos del país y de Chile.
Con la boca abierta
Cuando la ceremonia se encontraba en su mejor momento, y cuando el gobernador realizaba su discurso, de repente rompió el silencio el motor de un aeroplano que apareció desde el cielo a una altura de 1.000 metros. El público presente dirigió la mirada al firmamento y vio cómo el aparato comenzaba a descender lentamente ejecutando varios giros y maniobras.
Luego el avión de Fels se dirigió directamente al monumento y lo pasó muy cerca con la potencia del motor reducida, lo que dejó a la multitud con la boca abierta y en estremecedor aplauso sonó en la explanada del cerro. El piloto ejecutó otras maniobras y luego se elevó para partir hacia el Este, en dirección al campo de aviación de los Tamarindos.
Todos estaban asombrados por tales piruetas de este avión en el cielo; desde todos lados se oían comentarios. Un tiempo después, otro aeroplano se localizó desde el Norte, era el aviador Casale quien llevaba a un pasajero. El vuelo de esta máquina era sereno y luego, cuando se dirigió hacia el Oeste, tomó altura, realizó una maniobra en picada que cruzó el cerro, y pasó muy cerca de la muchedumbre. En el avión el acompañante de Casale, saludaba con su mano.
Después el aparato realizó otro giro para despedirse en dirección al campo de aviación en el departamento de Las Heras. Entre otras maniobras y vuelos rasantes, el piloto local pudo sacar varias fotografías panorámicas de la inauguración.
Al llegar a Los Tamarindos los pilotos con sus naves se estrecharon en un gran abrazo, improvisadamente habían dado un toque diferente a la ceremonia de la inauguración del monumento al Ejército de los Andes. Fels, se quedó varios días en Mendoza y dejó su avión en el incipiente aeródromo. Días después el legendario Jorge Newbery llegaría a la provincia para realizar diferentes estudios con el propósito de cruzar los Andes.