Tal vez envalentonado por el fenómeno Barloa, Alejandro Cabanillas, dueño del mítico bar Cacano, salió a la "cancha" para pedir nuevamente la reapertura de su local, enclavado en una de las esquinas que rodean la plaza de Chacras de Coria y que está clausurado desde hace casi tres años.
Según sus palabras, hoy el lugar cumple con todos los requisitos para que sus puertas se abran nuevamente, pero que por una decisión de la Municipalidad de Luján de Cuyo esto no ha ocurrido.
"Se han hecho refacciones de todo tipo: baños para discapacitados, estudios de impacto ambiental, se aprobaron los planos eléctricos, sanitarios y de estructura, además de las encuestas ambientales y de bomberos. Todo lo que nos ha pedido la Municipalidad", explicó Cabanillas, quien además informó que todo este proceso le ha demandado mucho dinero.
Acompañado por Guillermo Ferreyra, quien estuvo a cargo de las obras de refacciones del Cacano, Cabanillas destacó que hay mucha gente que demanda la apertura del histórico bar. David Lebón, Karamelo Santo, Javier Calamaro, Charly García, Juanse, Fabiana Cantilo, y Pity Álvarez, entre otros consagrados músicos, se han presentado alguna vez en el escenario del lugar.
"Tenemos 8 mil firmas recolectadas durante los domingos (ver aparte) en la plaza para que volvamos. Hay adhesiones de músicos de Mendoza, de Buenos Aires, clientela y amigos que nos piden el regreso", describió el dueño del bar con 25 años de antigüedad.
Discriminado
Cabanillas dice desconocer los motivos por los que no se le da la habilitación definitiva. Es más, manifestó que ya ha tenido reuniones con el intendente Carlos López Puelles, quien se mostró preocupado para que se allane este problema.
"Fue él quien me sugirió lo de las firmas", dice el empresario de la noche, agregando que los motivos están relacionados con "cuestiones políticas", aunque no especificó cuáles. Recordemos que el bar fue cerrado, luego de varios intentos, en febrero de 2010 bajo la intendencia de Omar Parisi. En aquella oportunidad se aludió a la falta de seguridad que ofrecía el local y a que no se quería otro episodio como el de Cromañón. Además, se presentaron pruebas fotográficas sobre las condiciones en la zona de cocina.
"La gente me presiona para que abra. Si no lo abro yo, que lo abra el pueblo", dice Cabanillas convencido de la importancia cultural que tiene este boliche y agrega que tenía previsto abrir el 21 de setiembre del año pasado, ya que la parte de gestión técnica había sido cumplimentada. Sin embargo, no pudo hacerlo. "He hecho trámites de todo tipo, no hay denuncias de ruidos molestos, la propiedad está en condiciones y hasta tengo estacionamiento", agrega. "No hubo ni un incidente mientras estuvo abierto", completa Ferreyra.
El Cacano cuenta, además, con una ordenanza de excepción vigente hasta la fecha que le permite presentar música en vivo, un informe de la UNCuyo que aprueba las modificaciones que se han hecho para la habilitación del lugar y un certificado de habitabilidad.
Respecto de los mitos que corren acerca de que en el interior del bar se vendían drogas, Cabanillas fue tajante: "Presenté una nota en la comisaría para que controlaran con personal uniformado. Además teníamos nuestro propio personal de seguridad para cuidar el lugar".
Como otras veces, el hombre manifiesta que se siente discriminado y que el dinero que ha tenido que pagar para que le otorguen el permiso para abrir ha sido mucho. "Tengo dos familias, hijos y tengo derecho a trabajar", explica.
Qué dice la Municipalidad
En la Municipalidad de Luján no coinciden con él y aseguran que para reabrir el lugar faltan cumplimentar aún muchos trámites.
Según Jésica Heras, directora de Obras Privadas, "se le pide lo mismo que a cualquiera para cumplir con el código de edificación: baños, sistema contra incendios, estacionamiento. Nunca en el municipio se le ha dicho que no se le va a recibir". Para la funcionaria, "Cabanillas siente que todo el mundo está en su contra. Le están faltando cosas, como sistema contra incendio y la factibilidad ambiental. Debe regularizar todas las construcciones, ya que en el lugar hay partes de adobe, de quincho, otra parte es de una casa vieja".
Fabián Gutiérrez, director de Industria y Comercio -área que clausuró el bar- aseguró: "Sé que tiene problemas edilicios, con el plan de contingencia de incendio, por ruidos de comercio, de salidas de emergencia, documentación que está faltando, y denuncias desde hace años por desorden público y ruidos molestos. Realmente depende de él que cumplimente todo lo que se le ha emplazado. Hasta que no se termine esto no puede funcionar".
