Piden que sigan presos los acusados de abusar y matar a la testigo clave de un crimen

María Gisela Villafañe fue asesinada en mayo en Guaymallén, antes de declarar en un juicio. La muerte de esta mujer tiene a dos imputados.

Piden que sigan presos los acusados de abusar y matar a la testigo clave de un crimen
Piden que sigan presos los acusados de abusar y matar a la testigo clave de un crimen

La Justicia debe resolver sobre un caso complejo, con cambios, idas y vueltas y tres sospechosos por el crimen de una mujer, a quien habrían abusado y asesinado por ser la testigo clave de otro homicidio. 

El hecho ocurrió este año en Guaymallén y la Justicia debe resolver ahora si los acusados siguen presos. El cuerpo de María Gisela Villafañe (25) fue encontrado el 8 de mayo en un descampado de Rodeo de la Cruz. Fracturas en la cabeza ocasionadas por una piedra, fueron la causa de muerte. 

Pocas horas después ya estaba detenida su pareja, Guillermo Navia (57). En principio se investigó como un femicidio y este hombre fue imputado y quedó preso, pero meses después la hipótesis del asesinato de esta joven cambiaría y sumaría nuevos detenidos.

Crímenes vinculados 

Con Navia en la cárcel, los pesquisas comenzaron a seguir una segunda línea investigativa. A sus oídos les llegó la información de que Gisela tenía que declarar en un juicio como testigo presencial por otro homicidio, y que posiblemente la mataron para "callarla". 

Villafañe presenció el asesinato de Diego Quispe (34), un muchacho que era su novio y que falleció en 2017 tras recibir un balazo en el barrio Cocucci de Guaymallén. Primero se creyó que esto ocurrió durante un asalto, móvil que luego no quedó confirmado. 

La mujer declaró y señaló a Eduardo Sosa, quien fue detenido a fines de 2018. Este año iba a ser juzgado pero, antes de llegar a esa instancia, reconoció haber matado a Quispe y en un juicio abreviado fue condenado a 14 años. La testimonial de Gisela ya no sería necesaria, pero tampoco posible ante su muerte. 

Nuevos sospechosos

Días después de que encontraron a esta joven sin vida, un vecino se presentó en la Justicia y aseguró haber visto a Humberto Navia, el hijo de Guillermo -primer detenido- cuando salía del descampado donde dejaron el cuerpo. 

Esta testimonial permitió sumar al nuevo sospechoso, mientras a los investigadores les llegaba una prueba reveladora contra otra persona: en una de las prendas de Gisela detectaron semen de Andrés Sosa, el hermano del hombre sobre quien la mujer declararía en contra. Así, los detectives armaron una nueva hipótesis: Sosa y Humberto Navia-amigos entre sí- abusaron de la joven y la mataron para asegurar la impunidad y para que no declarara en el juicio.

Los nuevos acusados quedaron imputados por abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con homicidio criminis causa. En esta condición llegaron ayer a la audiencia de prisión preventiva, donde el fiscal Gustavo Pirrello pidió que sigan en prisión. 

Los defensores reclaman la libertad, al señalar que los sospechosos tuvieron una relación consentida con la víctima y que no participaron del crimen. La jueza Dolores Ramón escuchó a las partes y pasó a un cuarto intermedio para resolver en la próxima audiencia.

Ante este panorama quedó desvinculado de la investigación el primer detenido del caso, Guillermo Navia, quien era la pareja de Gisela cuando la asesinaron

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