Juan Pablo Barea se asomó a la puerta de su casa con las manos sucias de levantar papas, escombros y chapas retorcidas. El martes en la tarde, un camión que se quedó sin frenos y con carga completa de papas se incrustó contra su vivienda. Como saldo -se habla de una desgracia con suerte para el dueño de casa- falleció el chofer del vehículo.
El hecho, que ya de por sí es extraño, es exactamente igual al ocurrido el pasado 17 de febrero, cuando otro camión destrozó su casa de manera similar y en el hecho también falleció el conductor. Como es de esperar, el hombre y su familia se encuentran con los nervios a flor de piel y cuando se le piden detalles de lo ocurrido, se nota que aún revive las dos tragedias.
El siniestro ocurrió minutos después de las 18 del martes, cuando el chofer de un camión Scania -identificado como Eduardo Ariel Gamboa, de 28 años-, cargado a tope con papas, circulaba por la ruta 86 -el camino de Los Cerrillos- con dirección al este y, al quedarse sin frenos -a unos 7 kilómetros del lugar adonde se detuvo finalmente-, perdió el control del vehículo en la rotonda y terminó impactando una vivienda ubicada en el cruce con la ruta 15 del distrito de Ugarteche.
Según contaron vecinos de la zona, es frecuente escuchar los frenazos de los camiones que bajan desde las distintos cultivos -entre ellos uva, cebolla y papa- ubicados hacia el oeste de esta localidad de Luján de Cuyo.
Por esta razón es que piden que se incrementen las medidas de seguridad y que se derive a los camiones por la ruta 88 que conecta la localidad de Zapata con la ciudad de Tupungato. Dicho camino tiene menos pendiente que la 86 y por ello es menos proclive a los accidentes.
Otra opción es la calle Cobo, que conecta con la ruta 7, pero tiene 5 kilómetros sin asfaltar.
Cabe recordar que hace 4 meses, según informaron desde la Dirección Provincial de Vialidad, se construyó una rotonda en el cruce de Ugarteche para evitar los excesos de velocidad ya que se trata de una zona peligrosa.
Muy transitada
El lugar donde se produjo la tragedia está marcado por la gran cantidad de personas que circula por los alrededores. Hay dos escuelas -la Arturo Jauretche y la Luis Baldini- y además es habitual que los fines de semana se realice una gran feria de productos a precios módicos.
A ello se le suma que el colectivo de la línea 380 y las combis de los trabajadores rurales tienen parada en esa intersección y, como es de imaginar, la afluencia de público es intensa. Juan Pablo ya está acostumbrado a este movimiento, pero a lo que no quiere acostumbrarse es a que los camiones le destruyan su propiedad.
La primera vez, el hombre estaba con su bebé de meses y su hija de cinco años en el comedor cuando un camión impactó -fue como un estallido, dijeron quienes lo presenciaron- con el portón de su casa, lo atravesó y se estampó contra los dormitorios de su hogar.
La segunda se encontraba trabajando en un galpón y se salvó de milagro, ya que el camionero, para avisar que se había quedado sin frenos, hizo sonar su bocina, lo que llevó a Juan Pablo a salir a la puerta de su casa y así se salvó por poco. Por suerte, en ninguna de las dos oportunidades su familia sufrió lesiones.
"Deberían prohibir la carga pesada por la 86. Un camión a más de 100 kilómetros por hora sin frenos es imparable. Un peligro. Si los chicos que estaban saliendo de la escuela no hubieran visto el camión, habría sido un desastre. El tema es que los camioneros no quieren desviarse por Zapata, porque tienen que hacer 20 kilómetros más", comentó Barea.
Hasta el martes antes de las 18, el hombre estaba reconstruyendo su casa. Había comenzado a lustrar las bisagras de la puerta, y ya había alisado el cemento de una de las habitaciones que el camión anterior había dejado en ruinas.
"Había un álamo afuera de mi casa que terminó en el patio de atrás. Y a un olivo del patio lo arrancaron las papas que estaban en el acoplado", señaló el hombre mientras obreros de la empresa Néstor López cargaban nuevamente los tubérculos en otro camión.
"Lo destacable fue la labor de dos preventores que lograron poner a salvo a los niños de la escuela, les salvaron la vida. Los bomberos también ayudaron y la gente de asistencia a las víctimas, del ministerio de Seguridad estuvieron presentes rápidamente", dijo, pero agregó que la Municipalidad de Luján no dio señales de vida: "La esposa del camionero estuvo sola todo el tiempo".
Gregorio Cortez, un vecino de la zona, indicó que el problema es que al arreglar la ruta lindera a la rotonda los camioneros comenzaron a circular por allí con mayor frecuencia y a mayor velocidad. La rotonda fue colocada en los cruces a pedido de los vecinos, según contaron desde Vialidad Provincial.
"De lo que pasó con el primer camión me salvé raspando, porque yo iba con mi auto a hacer trámites y vi pasar una sombra que resultó ser el camión. En el lugar siempre hay preventores, pero quizás haga falta poner algo más", dijo Cortez.
Por su parte, Honorio Aldaya, otro habitante del lugar, aseguró que el cruce es conflictivo ya que circulan autos por todos lados. "Los momentos más complicados son a partir de las 8 de la mañana y durante todo el día. Deberían poner semáforos porque acá nadie mira nada", aseguró.
