Pidieron prisión perpetua para una la mujer víctima de trata de personas, que está acusada de matar a su pareja e intentar ocultar el crimen simulando un suicidio.
Se trata de un hecho que ocurrió en diciembre del año pasado en el interior de un apart hotel de la capital de Tierra del Fuego.
En su alegato realizado esta mañana, el fiscal Eduardo Urquiza requirió esa pena para Claudia Concha Ávila (44), a quien acusó del delito de "homicidio agravado por el vínculo".
Urquiza consideró que existen pruebas suficientes como para demostrar que la imputada golpeó en la cabeza y en los testículos a Ezequiel Gustavo Ponce (37) y después montó una escena para que pareciera que el hombre se había suicidado en el baño del hospedaje.
Sin embargo, al prestar declaración indagatoria ayer en el inicio del juicio, Ávila se proclamó inocente e insistió con la versión de que su ex pareja, con quien mantenía una "relación violenta" y consumían juntos "drogas y alcohol", se quitó la vida mientras ella dormía.
La defensa de la acusada, ejercida por los defensores públicos Gustavo Ariznabarreta y Yanina Fernández, también realizó hoy su alegato y solicitó a los jueces del Tribunal de Juicio en lo Criminal de Ushuaia que absuelvan a su asistida "por el beneficio de la duda".
Ariznabarreta hizo referencia a la "relación tóxica" que unía a la imputada con la víctima, y también a la historia de vida de la mujer que se dedicaba a la prostitución y había sido rescatada en 2013 del local nocturno "Candilejas" durante un operativo federal, por lo que está considerada como una víctima del delito de trata de personas.
De hecho, Ávila vivía en el Apart Hotel Alem, donde sucedió el hecho porque el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, a través del programa de contención a víctimas de trata, le pagaba allí el alojamiento.
La mujer dijo que Ponce fue, primero, un "cliente suyo" y que luego iniciaron una relación sentimental que siempre estuvo atravesada por los "celos" de su pareja, el consumo de estupefaciente, bebidas alcohólicas y violencia.
También mencionó que el día de su muerte, el hombre tenía vigente una prohibición de acercamiento "por 90 días", a raíz de un episodio en que la había amenazado con un arma para que "volvieran a estar juntos".
No obstante, Ávila admitió que pasó en la casa de Ponce la noche anterior al supuesto crimen, y que luego el hombre insistió en acompañarla y en quedarse en el apart hotel, la jornada siguiente.
Según el fiscal Urquiza, la posibilidad de un suicidio "ha quedado desvirtuada" por la "existencia de manchas de sangre en diferentes lugares de la habitación y la aparición de dos piedras, una de ellas fragmentada en secciones, halladas en el interior del horno de la pieza".
Urquiza consideró que la acusada golpeó a la víctima en los testículos, probablemente con las rodillas, lo que explicaría los "hematomas de reciente data encontrados en la autopsia", y luego "con piedras en la cabeza", con el objeto de "aturdirlo o reducir su resistencia, antes deasfixiarlo por compresión externa del cuello".
Los jueces Rodolfo Bembihy Videla, Alejandro Pagano Zavalía y Maximiliano García Arpón pasaron a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10 en que oirán las últimas palabras de Ávila, mientras que el veredicto del caso se conocerá el próximo martes, informaron fuentes judiciales.