El Centro de Apoyo Educativo -CAE- del barrio Flores (Ciudad) funciona en ese aglomerado urbano del oeste capitalino desde 2011. Sin embargo, su historia como pilar fundamental para la formación y desarrollo de los chicos de ese sector vulnerable data de hace 25 años, cuando abrió sus puertas como "el comedor de la Coca" (tal y como lo conocieron y conocen aún en el lugar).
Recientemente a los responsables del CAE -coordinado por la Asociación Campo Flores- se les informó que necesitarán construir un nuevo salón para poder seguir trabajando en el lugar.
"Actualmente estamos trabajando en un salón múltiple, que es donde funcionaba el comedor. Tiene 2 baños y le hemos hecho algunos arreglos. Pero nos han informado esto desde el Gobierno y ya hemos tenido una primera reunión con la Municipalidad de la Ciudad para avanzar en el proyecto", destacó Sebastián Rocabado (37), uno de los docentes que se desempeña en el lugar.
En el día a día de estos chicos y sus padres, el CAE se ha convertido en un imprescindible puente entre las escuelas y las familias, ya que son los profesionales quienes se vinculan entre ambos actores. y quienes juegan un rol clave -por ejemplo- cuando desde las escuelas advierten que los más chicos no están yendo a clases con regularidad.
Para poder seguir funcionando y jugando este papel clave será imprescindible mejorar la infraestructura. Y por eso es que ya están en campaña solidaria, recolectando cemento, arena, ladrillos, hierro y otros elementos de construcción.
"Estamos trabajando con cerca de 60 chicos de entre 5 y 16 años, que vienen por la tarde -cuando salen de clases- y reciben apoyo escolar y merienda. Es como un complemento de la escuela", destacó el profesor de primario; quien agregó que la DGE otorga un subsidio para que lo docentes puedan desempeñarse en el lugar.
El principal inconveniente que tiene el centro en su ubicación actual es que no cuenta con escritura ni con certificado de habitabilidad (pese a los arreglos y adaptaciones realizadas). Y el primer plazo que les habían fijado para la readaptación vencía el 31 de julio, aunque ya están trabajando para conseguir una prórroga.
En total el CAE tiene 3 docentes de apoyo y, sumando a aquellos que desempeñan sus horas cátedra, llegan a 11. De lunes a viernes, de 14 a 21, los chicos encuentran su espacio en el lugar.
“Tenemos una red de escuelas de origen. Vemos y trabajamos en conjunto con ellas las dificultades, y también hacemos seguimiento a las familias. Si nos avisan que un chico está faltando mucho, de inmediato nos contactamos y vamos a visitarlos”, siguió Rocabado.
Los responsables del CAE están en campaña solidaria para juntar materiales de construcción y también mercadería para el comedor. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo llamando al 2616759179.
