El fiscal Darío Tagua pidió una pena de 23 años de prisión para Roberto Alejandro Escudero Olivares, que se dedicaba a vender droga y que habría matado a su pareja, Ivana Elizabeth Rivero (34), tras darle una dura golpiza con sus puños.
Frente a esta posición el defensor oficial Rafael Manzur indicó que se trató de un homicidio preterintencional -es decir que no tuvo intención de matarla, sino solo golpearla- y que sean los jueces quienes se encarguen de establecer la pena. Además, la defensa propuso una pena de 10 años en el caso de que los jueces decidan que se trata de un homicidio simple.
La diferencia entre ambas posturas tal vez haya que buscarla en la credibilidad o no del testimonio del hijo mayor de la pareja, un niño de 12 años cuya declaración fue leída ayer en la sala de debates de la Segunda Cámara del Crimen.
Según este menor, el 10 de abril de 2010 se inició una pelea entre sus padres que duró desde las 22 a las 3 de día siguiente.
El chico explicó que su padre era "dealer" ( vendía droga) y hacia prostituir a su madre; y que habitualmente la golpeaba, lo mismo que hacia con él y sus tres hermanos menores.
En relación al ataque, dijo que estaba dentro de una habitación y desde allí escuchó que la golpeaba en el living, en la habitación y luego en el baño.
Algunas frases del chico fueron interpretadas de distinta manera por el fiscal y el defensor. El niño dijo que le pegó con unos anillos "que pesaban como 10 kilos" y que vio cuando el hombre le "metía marihuana en la boca".
Alegatos
Para Tagua, Escudero fue quien asesinó a su pareja, ya que era la única persona mayor que estaba en la casa y porque tenía lesiones (mordeduras y rasguños) que le había hecho la víctima para defenderse del ataque.
Además, explicó que la fractura en la base del cráneo -el golpe fatal- no es compatible con una caída, tal como explicó el imputado a la policía, minutos después de que la mujer muriera.
"Una pena de 23 años es proporcionada a la gravedad de hecho. Fue un crimen aberrante quitarle la vida a su pareja y quitarle la madre a sus hijos", fundamentó el fiscal. La pena para homicidio simple va de los 8 a los 25 años de prisión.
Por su parte, el defensor Manzur, atacó la posición del fiscal indicando que los dos pilares en que se apoyó su alegato: los dichos del imputado y la declaración de su hijo. La primera, porque fueron anuladas y la segunda porque el fiscal hizo una lectura parcial.
El punto central para el defensor es que ni el forense ni el fiscal pudieron probar cómo se produjo el golpe en el cráneo que terminarían con la vida de la mujer ni tampoco si ese golpe fue intencional o accidental. Y por eso sostuvo que se trató de un homicidio preterintencional, cuya pena va de 1 año a 6 años de prisión. Hoy, los jueces de la Segunda Cámara de Crimen dictarán sentencia.
