Once años de prisión para el médico cirujano Gustavo Arzuza (48) y nueve para su colega, Carlos Gassibe (64), fue el pedido que hizo el Ministerio Público Fiscal en el juicio que se le sigue a ambos profesionales de la salud por la muerte de Roberto del Barco (45), quien falleció cuanto estaba a punto de someterse a una liposucción y una abdominoplastia.
La pena fue solicitada ayer, durante los alegatos del juicio que se celebra en la Primera Cámara del Crimen, por la fiscal Laura Rousselle, quien entendió que no se trató de una muerte accidental sino de un homicidio simple con dolo eventual (con intencionalidad). La misma posición fue tomada por el abogado de Adriana Alcalá, esposa de la víctima.
En cambio los defensores de los médicos -Martín Ríos y Matías Aramayo- solicitaron la absolución lisa y llana de ambos acusados.
Conocían los riesgos
"Son marginales. Actuaron al margen de las normas dictadas por el Ministerio de Salud de la Nación. Por eso no contrataron a un anestesiólogo", disparó la fiscal, afirmando que el dinero fue el móvil para no contratarlo.
Rousselle indicó que Arzuza y Gassibe tomaron riesgos muy altos: 1) porque sabían que la operación era naturalmente riesgosa; 2) porque era un paciente riesgoso por ser obeso mórbido); 3) no tenían aparatología de monitoreo; 4) no contrataron anestesista; y 5) utilizaron un anestésico marcadamente tóxico si no es utilizado debidamente.
Estos mismos riesgos eran conocidos por los médicos y por ello consideró que se trató de una muerte intencional, con dolo eventual.
Para la fiscal, Del Barco murió por un paro cardíaco que le produjo la anestesia, según quedó asentado en la necropsia.
"No murió por un shock anafiláctico, como dicen los imputados. La aplicación de la anestesia es la única explicación de la muerte", dijo la fiscal, argumentando que la anestesia utilizada se aplicó mal y por ello se encontraron rastros de la misma en el cerebro.
Buena parte del extenso alegato de la Fiscalía se utilizó para argumentar que la presencia de una anestesista en la operación a la que iba a ser sometido Del Barco era fundamental, necesario. Y para ello se valió de los testimonios de varios especialistas en el tema que declararon durante el debate.
Los anestesiólogos que declararon indicaron la necesidad de un especialista que realizara una entrevista previa para decir el tipo de anestesia que debió utilizarse (local, regional o total), y también para monitorear la operación y controlar el posoperatorio.
Posición de la defensa
Por su parte, los abogados Martín y Aramayo, defensores de los imputados, se dedicaron a derribar uno a uno lo que dijo la fiscal: "No estaba comprobado que la operación fuera riesgosa; no está comprobado que la víctima fuera un obeso mórbido, toda vez que se aseguraba que Del Barco pesaba aproximadamente 130 kilos, cuando Arzuza lo tenía como un paciente de 113 kilos", dijeron los abogados.
Tanto para Ríos como para Aramayo, hubo muchas situaciones que la fiscal dio por acreditadas que, "no sólo no lo están sino que son falaces, como la necesidad de contratar un anestesiólogo cuando quedó comprobado que en esa intervención no era necesario".
En referencia a que en la clínica no había aparatología necesaria, los letrados recordaron a los jueces que "el allanamiento se hizo cinco días después y que hubo aparatos que no fueron secuestrados porque para los investigadores eran muy pesados".
Con el pedido de absolución de parte de los abogados y con el pedido de la condena a 11 y 9 años para Arzuza y Gassibe respectivamente, ayer se cerró el debate que tendrá su final el martes de la semana que viene.