Llevó el tango a un horizonte del que no volvería nunca más. Superó, fusionó, pisó más allá. Tan hondo fue el quiebre que muchos pensaron que lo que hacía ya no era tango.
Por estos días, cuando todavía se conmemoran los 25 años de su muerte (el 4 de julio de 1992), él se ha convertido en un sinónimo de tango y bandoneón y el reconocimiento unánime, que en vida siempre le fue esquivo, le llegó luego de la muerte.
Ástor Piazzolla es la piedra filosofal del tango. Todos los que escribieron desde él no pueden apartarse de su legado, que consistió en unir dos aguas que parecían ir en direcciones contrarias: el tango callejero y popular (bebió en Troilo, por ejemplo) y el rigor de la música académica, que perfeccionó con personajes como Alberto Ginastera y la legendaria pianista Nadia Boulanger (maestra de Daniel Barenboim, Copland, Bernstein, Glass, Menotti y tantos más). ¿Qué podía salir de ese cruce? Algo impensado. Una ruptura difícil de sanar.
Hoy el San Vicente Tango, el ciclo de música ciudadana más importante de la provincia, abre su décima edición, pensada exclusivamente para homenajear a Ástor Piazzolla. Finalizará el domingo, aunque la fecha piazzolliana es la de mañana en el Teatro Plaza, donde actuará el Quinteto Ciudad, el Ballet Valparaíso Tango, Patricia Cangemi con Cucchiarelli Trío y, como invitado especial, el célebre bandoneonista y compositor Rodolfo Mederos, que desembarca (a diferencia de otras veces) con su orquesta típica.
Ástor Pantaleón Piazzolla nació el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata. Vivió 71 años y escribió alrededor de mil composiciones.
Tuvo su primer bandoneón a los 8 años e inició sus estudios en Nueva York, donde se radicó con su familia entre 1925 y 1936. La música académica, el jazz y la presencia inevitable del tango marcaron esos años de crianza y formación, que profundizaría con grandes maestros.
Cuando tocaba, se abrazaba al bandoneón de pie, y alguna vez dijo al respecto: "Toco con violencia; mi bandoneón tiene que cantar y gritar. No concibo el color pastel en el tango".
Todo lo que dejó como legado trasciende fronteras y los colores, pues su enfoque supuso una ambivalencia que le ganó muchos detractores. A saber: tratar una música de raíz popular con técnicas de la música académica, que finalizaron en música escénica (como la operita "María de Buenos Aires") y piezas orquestales con temas fugados.
Referentes locales
El principal homenaje a Piazzolla, como se dijo, llegará al festival principalmente mañana, con la presencia de artistas especializados en su obra, como los que componen el Quinteto Ciudad.
Silvina Pérez Lacón (piano), Jorge Elías (saxo), Enrique Ligeti (violín), Hugo Larrañaga (contrabajo) y Omar Brizuela (guitarra eléctrica) integran el Quinteto Ciudad, que se dedica a estudiar e interpretar la obra del legendario compositor.
Los orígenes de esta formación arrancan en 1993, cuando empezaron la difícil tarea de rastrear una obra dispersa y difícil de adquirir en partitura. Como explicó Pérez Lacón recientemente a este medio, por esos años era difícil encontrar partituras (no había Internet, claro) y todo se tenía que alquilar. Pero pese a las dificultades, Jorge Elías comandó una tarea de búsqueda, escucha y transcripción que duró más de un año. Escucharon, por ejemplo, casetes con interpretaciones en vivo, que sacaron "de oído".
Todos ellos, que vienen con formación académica, tuvieron su principal desafío en 1995, cuando llevaron a la calle el repertorio que habían preparado con tanto esmero. ¿Algún sello propio? Haber transcripto las partes del bandoneón a un saxo: una sonoridad que, según piensan, no está muy lejos de la estética del propio compositor.
En 2015 dejaron en stand-by el proyecto, pero ahora retomaron los escenarios y se suman mañana a la fecha que tiene como gran protagonista al bandoneonista y compositor Rodolfo Mederos.
Un amigo cercano
La presencia de Rodolfo Mederos siempre garantiza un chapuzón en las aguas más cristalinas del género: "Mi tarea es un poco como la de un curador. Quiero mostrar de la forma más honesta y verídica posible esas músicas maravillosas. En mi orquesta típica son muy pocas las composiciones mías, y que no podrían competir nunca con aquellas de otro tiempo. En esencia, es un tributo a los años '40", le dijo a este medio anteriormente.
Lo hemos visto ya este año como solista en el concierto de apertura de la Orquesta Filarmónica de Mendoza, aunque ahora llega con su orquesta (además tiene un trío, recordemos). Asiduo de este festival, Mederos trae fresco el disco "13", que editó el año pasado y que guarda simpatías numerológicas: hace referencia a los trece músicos que integran su formación orquestal, pero también conmemora los años de su formación y la cantidad de obras que componen el repertorio.
Mederos tocó con la orquesta de Osvaldo Pugliese y también con Piazzolla, de quien fue amigo. Es conocida la anécdota de cuando le robaron su bandoneón y el compositor de "Adiós Nonino" le regaló otro: "Es un gesto que recuerdo con mucho cariño y me sensibiliza", confesó también a Los Andes.
Día por día
Hoy, a las 21, en el Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz). Entrada $ 50.
Actúan Stella Gutiérrez y Bernardo Ríos (San Rafael), Pulice – De Vicenzo (Buenos Aires), la Orquesta y el Ballet Municipal de la Ciudad de Mendoza.
Mañana, a las 21, en el Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz). Entrada $ 50.
Actúan el Quinteto Ciudad, el Ballet Valparaíso Tango (Chile). Patricia Cangemi y Cucchiarelli Trío presentan “Homenaje a Astor”, la Orquesta Típica de Rodolfo Mederos (Buenos Aires).
Domingo, a las 19.30, en el Museo Ferroviario del Parque Estación Benegas (Avenida del Trabajo y Panamericana, Godoy Cruz). Milonga, con Zaharay Ortega y El Malevaje Ensamble. Bailarines invitados y Dj. Entrada libre y gratuita.