Desde hace varios días un cartel anuncia que el establecimiento está "cerrado por reformas", pero Peuser, la emblemática librería del centro mendocino, habría dejado de atender al público para siempre.
Los dueños no han admitido que el lugar haya puesto fin a sus actividades comerciales y el socio gerente y titular de la firma, José Carlos Antón, se ha negado a hablar con Los Andes.
Son los empleados -cinco en total- los que sienten en carne propia que el cierre de la casa de la calle Catamarca 32 es definitivo. Sin advertencias previas, hace tres días recibieron telegramas de despido.
De confirmarse esta situación, se termina una era para un comercio que cumplió 90 años, ya que la tradicional casa había abierto sus puertas en 1923, en otra dirección.
Por tal razón, es uno de los negocios más antiguos del microcentro y probablemente el más añejo en el rubro de papelería y artículos de escritorio. Como librería, insignia distintiva del ahora inactivo comercio, había dejado de actuar hace más de una década.
Evidencias
Pese a las evidencias, el cierre de Peuser no fue admitido por sus dueños. Una señorita, a la sazón hija del señor Antón, explicó que la rotura de un caño en el fondo de las instalaciones había obligado a cerrar, pero que la actividad retornaría una vez solucionados los desperfectos.
Pero no pudo explicar por qué se había despedido a los empleados ni para cuándo estaba proyectada la anunciada reapertura, en caso de que fueran ciertos los desperfectos del edificio y la necesidad de parar por un tiempo.
Los trabajadores, tres varones y dos mujeres, sólo tienen las evidencias de los telegramas recibidos, con la firma del señor Antón.
El texto expresa que "ante la grave situación por la que atraviesa la empresa, consistente en faltas y/o disminución de trabajo totalmente ajena a nuestra voluntad, es que nos vemos en la obligación de rescindir su contrato a partir del 29 de enero".
En todos los casos se trata de personas con una antigüedad laboral de entre 25 y 37 años. Los Andes intentó confirmar la situación de la firma, pero fue imposible mantener un diálogo con los titulares.
Lo cierto es que las ofertas de diversos artículos que están en la vidriera aparentemente no serán aprovechados por ningún cliente y así, con la desazón de los empleados y el silencio de los dueños, termina la historia de un tradicional eslabón comercial de nuestro centro.
En Mendoza la firma abrió en 1923, bajo la denominación de Peuser SACI, convirtiéndose a partir de 1967 en Peuser Mendoza SRL, bajo la conducción de la familia Antón.
Cuando la casa se estableció en el centro, hace 91 años, su primera sede fue en la calle Necochea, al lado de donde funcionó el legendario y muy visitado cine bar La Bolsa.
Posteriormente pasó a un inmueble ubicado en avenida San Martín al 1.400, donde ahora funciona una chocolatería. Y posteriormente se corrió a San Martín 1.269.
La locación de Catamarca 32, que todos conocen, tiene 27 años y data del 28 de enero de 1990. Hace medianera con otro tradicional comercio, la ferretería Alsina, y por el norte, el edificio limita con la galería Caracol, conformando un inmueble de 10 x 40 metros, con un primer piso como depósito.
Uno de los empleados antiguos, quien pidió la reserva de su nombre, relató que aunque hace casi 14 años que ya no vendían libros de textos, aunque el rubro de librería seguía vigente en atención a su surtido stock de la llamada línea contable.
Asimismo, en papelería y artículos para la escuela era muy importante, y aunque últimamente habían surgido muchos competidores en el ramo, el establecimiento seguía siendo muy visitado por los padres a la hora de adquirir los artículos del colegio.
Y éste es otro detalle que afirma las dudas: la inactividad se concreta prácticamente a un mes del comienzo del ciclo lectivo, cuando naturalmente las ventas aumentan.
Convocatoria
El trascendido que más circula es que la firma se declarará en quiebra o en convocatoria de acreedores. En la Subsecretaría de Trabajo hay recepción de una exposición anónima y por teléfono por parte de los empleados.
El director de Relaciones Laborales de la dependencia, Osvaldo Marín, va a convocar a una audiencia para establecer la realidad del caso, si hay quiebra o concurso o cuáles son las razones de los despidos efectuados por la empresa. Ayer, inspectores de ese organismo no obtuvieron respuesta en el local de la calle Catamarca.
Donde se advirtió malestar fue en el Centro de Empleados de Comercio (CEC), cuyo secretario general, Guillermo Pereyra, instruyó a uno de los abogados del gremio para que atendiera a los empleados despedidos.
"El doctor Sebastián Godoy Lemos, uno de nuestros letrados, asesora a los trabajadores y los ha instruido para que contesten los telegramas enviados por la empresa, rechazando los términos", dijo el dirigente.
Y añadió que "la firma no utilizó los mecanismos que se disponen para estas emergencias, uno de los cuales es aplicar el procedimiento de crisis preventiva de la empresa, por medio del cual se puede exhibir ante las autoridades laborales la contabilidad en baja y cualquier dificultad que tenga la patronal y que impida la continuidad de las operaciones. Para nosotros, por ahora, es lisa y llanamente un vaciamiento de empresa".
Peuser "bajó la persiana” y despidió a sus empleados
La librería más antigua del centro mendocino está cerrada hace varios días. Hay especulaciones de que se declararía en quiebra. El negocio se había abierto en 1923.
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