El coronavirus sigue expandiéndose y ya son más de 265 mil los infectados en el mundo que produjeron poco más de 11 mil muertes. Por eso, el fútbol está viviendo en carne propia las consecuencias de la propagación y ya con varias ligas que decidieron disputar sus partidos a puertas cerradas o directamente suspender el fútbol, tal como sucedió el lunes en la Argentina.
Pero como no es la primera vez que una epidemia complica al deporte más popular del mundo, en Más Deportes repasamos las últimas grandes enfermedades que hicieron parar la pelota al menos por un rato.
La gripe A (también llamado inicialmente virus de la gripe porcina) arribó a nuestro país a finales de abril de 2009, por medio del contacto aerocomercial con las áreas endémicas, principalmente México y Estados Unidos. Argentina se convirtió en el octavo país en reportar casos de gripe A en el continente americano. En plena pandemia, y cuando en la Argentina ya había 55 muertes, el 5 de julio, se disputó la recordada definición entre Vélez y Huracán que ganó el Fortín 1-0 con un polémico gol de Maxi Morales. Una semana después hubo Promociones (3-0 agónico de Gimnasia a Rafaela) y después, la consagración de Estudiantes ante Cruzeiro en la Copa Libertadores.
Hubo clubes cerrados y competiciones de numerosos deportes suspendidas, pero el fútbol -a diferencia de ahora- decidió afrontar a pelotazos los efectos del virus AH1N1, que provocó 685 muertes en la región. En el país disminuyeron de a poco las actividades, sin embargo el torneo Clausura 2009 de AFA nunca paró. De hecho, para adquirir boletos del partido final entre Vélez Sarsfield y Huracán, miles de fanáticos estuvieron más de un día frente a las taquillas, algunos con barbijos o con sus rostros cubiertos con bufandas. "No me importa morir. Si me enfermo, sólo le pido a Dios que me permita llegar con vida al domingo para ver a Huracán campeón. Es lo único que me interesa", afirmaba un hincha que saltaba y cantaba abrazado con otros mientras esperaba comprar su entrada.
Mientras tanto, dirigentes del Vélez, en donde se disputó el encuentro, se mostraron dispuestos a distribuir entre los aficionados barbijos, con el escudo del club impreso, y también alcohol en gel, para contribuir con la higiene de los casi 50.000 que asistieron al encuentro. La AFA suspendió todos los torneos juveniles masculinos y femeninos, y también los del fútbol sala, pero en ningún momento puso en duda la disputa del último capítulo del Clausura, que no se podía aplazar porque finalizan los contratos de una gran cantidad de jugadores. El negocio primó sobre la salud.
Los dirigentes estaban dispuestos a cerrar los estadios para que los partidos se jugaran sin público si el Gobierno lo disponía. Pero no lo dispuso. El Ministro de Salud, Juan Luis Manzur, apeló a la responsabilidad de los aficionados y dijo que el que sienta síntomas de la Gripe A "que no vaya" a los estadios. "Apelamos a la responsabilidad de la gente que va al espectáculo. El que sienta los síntomas, le pedimos por favor que no vaya. A medida que vayamos observando cómo evoluciona la curva epidemiológica, veremos qué hacemos. Por ahora no vamos a tomar medidas", comentaba.
La gripe A azotó especialmente a la liga de México. De hecho, la FMF decidió el 28 de abril de ese año anunciar que la fecha 16 del Torneo Clausura se jugaría sin público. Y aunque todo indicaba que la jornada 17 sería igual, se decidió solo cerrar las tribunas de tres encuentros. Igual, las verdaderas complicaciones de los aztecas se terminaron trasladando a la Copa Libertadores de esa temporada. Es que la crisis sanitaria había explotado justo cuando Chivas y San Luis se habían metido en los octavos de final del certamen, pero nunca llegaron a jugar. ¿La razón? La Conmebol aplazó sus duelos contra San Pablo y Nacional una semana para ver cómo evolucionaba la situación. Sin embargo, no hubo mejoras y les impusieron jugar las llaves de visitante. La federación mexicana, enojada por la medida, decidió romper relaciones y sus equipos quedaron afuera de la competición de por vida.
Una situación muy particular también se había dado en la fase de grupos, cuando el equipo de Guadalajara visitó Chile para jugar frente a Everton de Viña del Mar. Es que Héctor Reynoso, defensor del Rebaño Sagrado, aprovechó la psicosis generalizada que había en el continente para amedrentar al argentino Sebastián Penco salivando y tosiéndole en la cara. "Acá tenés, te contagio la gripe porcina", le dijo el central.
El ébola es el otro virus que hizo pasarle un mal momento al fútbol, que afectó entre 2014 y 2016 especialmente al continente africano. La epidemia, de hecho, generó una situación especial con la selección de Sierra Leona, uno de los países más afectados con cuatro mil de los 11.323 muertos que se dieron a nivel mundial. El combinado nacional debía viajar a Islas Seychelles para saber cuál de los dos iba a ser el último clasificado a la Copa África. La cuestión es que antes de contagiarse, los locales prefirieron perder la posibilidad de meterse en el torneo y se bajaron del duelo. Insólitamente, tres días después de ese hecho, el gobierno sierraleonés decidió suspender el fútbol para evitar la propagación y el cupo se lo terminó llevando la República Democrática del Congo.
San Lorenzo también vivió de cerca las complicaciones del ébola, ya que debió viajar a Marruecos para disputar el Mundial de Clubes tras consagrarse en la Copa Libertadores 2014. "Estamos asustados. La verdad es que hablamos más del ébola que del Real Madrid. Sería más creíble que digan que hay uno o dos casos a que no hay ninguno, más porque hubo en España y Marruecos está al lado... ", contó Gonzalo Prósperi, integrante del plantel, en ese entonces. Por suerte para el Ciclón, compitieron sin ningún problema.
LA GRIPE A NO SUSPENDIÓ EL TORNEO DE LA LIGA MENDOCINA
Torneo Apertura 2009 estaba en pleno desarrollo cuando se confirmaron los primeros reportes de casos de gripe porcina en nuestra provincia. Los 21 elencos que integraban la máxima categoría de la LMF habían sido divididos en 3 zonas de 7 equipos. La acción comenzó el 18 de abril y culminó ininterrumpidamente el 9 de agosto con el encuentro clasificatorio al Torneo del Interior 2010 entre Andes Talleres y Huracán Las Heras que clasificó al Globito en la definición por penales. En ese lapso, el fútbol sólo se detuvo un fin de semana y no fue por la gripe: el domingo 28 de junio se llevaron a cabo elecciones legislativas en la República Argentina.
El resto de los fines de semana, la pelota siguió rodando como si nada. Ah, sólo a modo de dato para contextualizar, el campeón de ese Apertura (y luego también anual) fue el Atlético Club San Martín.
Godoy Cruz, mientras tanto, había ascendido por segunda vez a Primera división y, de la mano de Diego Cocca, se debatía en mantener la categoría. El 21 de junio derrotaba 1-0 a River (por única vez en Mendoza) con un gol de Iván Borghello y, de esa manera, lograba el objetivo de permanecer en la élite. Luego de las elecciones legislativas, el sábado 4 de julio, el Tomba se imponía 1-0 ante Rosario Central en Arroyito con otro gol de Memo Borghello.
Mientras el receso escolar se había adelantado una semana (y se extendió hasta el 3 de agosto) por la emergencia sanitaria que se vivía a lo largo y ancho de todo el país, el fútbol nacional y provincia permaneció aislado. Sí, fue una verdadera isla. Afortunadamente, en la actualidad, las cosas son totalmente diferentes.