La Legislatura es un desierto. Alguno que otro personaje reconocido se puede detectar en medio de tanto silencio, pero la Casa de las Leyes no funciona oficialmente y no lo hará en todo el mes de enero. La institución estará cerrada por un mes, a pesar de que el gobernador Francisco Pérez pidió que los legisladores se tomaran el tiempo que fuera necesario para acordar el Presupuesto 2014.
Quizá por este pedido es que hay una situación distinta a otros recesos legislativos. Algunos se han ido de vacaciones, otros están planeando hacerlo, pero todos están en tensa calma, en guardia.
En estas condiciones están muy particularmente los senadores que son parte de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, quienes tienen en sus manos la gran discusión de fin del año pasado, esa que aún no se cierra del todo: el Presupuesto 2014.
En realidad no hay negociaciones. Al menos desde el radicalismo dicen que nadie ha llamado para limar asperezas y tratar de llegar a principios de febrero con algo medianamente acordado. No hay negociaciones, pero los legisladores tienen las vías de comunicación abiertas y suelen aparecer por sus despachos por las dudas. En esas condiciones están Armando Camerucci, Juan Carlos Jaliff, Sergio Moralejo y César Biffi.
Del lado del oficialismo, en la asunción de los ministros de Energía, Marcos Zandomeni, y Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, Guillermo Elizalde, se pudo ver a varios diputados y senadores. Ahí estaban, con su mejor sonrisa, presenciando el acto. Jorge Tanús, Fernando Simón, Matías Stevanato, la presidenta provisional del Senado, Miriam Gallardo.
Si algún desprevenido se toma el trabajo de ir a la Legislatura, escuchará el retumbar de sus propios pasos y el eco de otros que también circulan. Así se lo pudo ver al diputado oficialista Alejandro Viadana y al demócrata Hugo Babolené.
Está claro que habrá vacaciones para todos, tarde o temprano. Pero parece ser que la voluntad es ausentarse unos pocos días o estar cerca para volver, en caso de que sea necesario, de que se active el gran tema que queda pendiente del año pasado.
El debate sigue presente en las mesas de café. El gran problema del endeudamiento que pide el gobernador Francisco Pérez y que el radicalismo se niega a darle. No faltan quienes dicen que el radicalismo podría quebrarse, que hay un ala radical que sería más proclive a no dejar sin endeudamiento al Gobierno.
En realidad, algo de eso parece ser cierto. Hay un ala dura, vinculada al intendente de Godoy Cruz Alfredo Cornejo y hay otros más blandos, un ala difusa que está dispuesta a charlar, pero tampoco está dispuesta a darle los 1.700 millones que pide Pérez, sino mucho menos, tal vez menos de 1.000 millones de pesos.
Sin embargo, no faltan quienes especulen con que el radicalismo está jugando al "policía malo-policía bueno" y entre todos estirar lo más posible la discusión, para hacer pagar los costos políticos de la necesidad de deuda para gastos corrientes. Y luego otorgar deuda, aunque muy recortada respecto de la pretensión original.
Lo concreto es que el texto de Presupuesto que llegó de Diputados no cuadra. Los egresos previstos ascienden a $33.306.604.998 y los ingresos $32.109.291.618. El principio básico de la contabilidad indica que ingresos y egresos tienen que ser idénticos.
Como los artículos de endeudamiento no fueron aprobados, entonces no se pueden sumar a la columna de ingresos y entonces el debe y el haber no cuadran. Es decir, hay que hacer modificaciones de las que nadie parece ocuparse por ahora.
Además, la UCR sigue insistiendo en que hay por lo menos 14 artículos que hablan de endeudamiento, además de los dos que sacó Tanús del texto original para remitirlo al Senado. Es decir, entienden que el presidente de la Cámara baja debería haber eliminado más, además del 65 y 65 bis.
Los radicales dicen que también debieron haber sido eliminados el que autoriza a emitir letras por mil millones de pesos (artículo 94 en el original, 93 en el que pasó al Senado); y el que habla de capitalización del Fondo del Transformación por 400 millones (artículo 79 en el original, 78 en el que pasó a Senado).
El oficialismo entiende que todos los otros no constituyen autorización a tomar crédito. Pero, volviendo al ejemplo de la capitalización del Fondo de Transformación, el texto dice claramente: "Autorízase al Poder Ejecutivo a recurrir al Uso del Crédito hasta la suma de pesos cuatrocientos millones ($ 400.000.000)... Dichas operaciones se podrán instrumentar con instituciones públicas o privadas provinciales, nacionales u organismos multilaterales de crédito, por medio de una o más operaciones de endeudamiento tales como préstamos, emisiones de títulos públicos de deuda, letras, constitución de fideicomisos financieros y de garantía, securitización o titulización de garantías, créditos puente y/u otros medios financieros que resulten convenientes a los intereses provinciales".