Durante la madrugada del feriado de ayer los ministerios de Transporte y Seguridad de la provincia realizaron un operativo sorpresa -similar a otro del miércoles- en donde se detectó que 52 personas habían subido a colectivos de recorrido urbano sin abonar pasaje.
Con ellos, ya son más de cien las personas aprehendidas en menos de dos días por subirse a un micro y no pagar; o por utilizar un abono que no les corresponde.
El operativo del viernes, junto a la Asociación Unida Transporte Automotor Mendoza (Autam) y la Empresa Provincial de Transporte de Mendoza (EPTM), comenzó a las 5.30 hasta las 7, un horario en el que suelen manifestarse problemas de este tipo. El lugar elegido fue la calle San Martín casi Arizu, en Godoy Cruz.
Allí se detectó que 53 personas, de un total de 623 pasajeros controlados en 42 micros, no habían pagado su pasaje. Todos los infractores fueron llevados a la comisaría (49 por no tener boleto y 3 por usar un abono de otra persona) y sus tarjetas Red Bus (los que la tenían) fueron retenidas.
“Frente a la falta de pago, se invita a la persona a abonar el pasaje para que pueda seguir con su viaje, algo que en general hace la mayoría de los pasajeros. De lo contrario, la Policía, dentro de su órbita, detiene al usuario del servicio de transporte”, indicó la directora legal y de fiscalización del Ministerio de Transporte, Laura Moles.
Conflicto permanente
Si bien los choferes consideran que estas medidas son útiles, también advierten que los conflictos con las personas que no pagan son permanentes y que hasta tienen miedo de avisar a la policía por temor a las represalias.
“Estamos en una zona donde hay barrios conflictivos, como el Tropero Sosa, el Unión y Fuerza y el Necochea”, contó Antonio Gutila, que es chofer del grupo 10 desde hace 30 años. El hombre admitió que en general quienes no pagan son grupos de jóvenes que suben “de prepo” y que además se les hace imposible bajarlos. “Hasta que no vemos móviles de la policía no podemos hacer nada. El tema es que cuando avisamos a la policía, anotan el número del interno y a la vuelta nos apedrean”, dijo Gutila.
El chofer agregó que debido a esto muchas veces los pasajeros han salido lastimados por haber recibido el impacto de una piedra o por un pedazo de vidrio de las ventanas. “Tres veces me han pegado, una en la cabeza. Hasta han lastimado a niños”, relató el colectivero, indicando que lo mismo sucede con la línea 9. “Empiezan a salir a partir de las 7 de la tarde y molestan hasta la medianoche, por lo menos”, contó.
Por su parte, José Luis Cecchini, chofer del grupo 4, aseguró que las “noches de boliche” son las peores, porque los jóvenes aprovechan para vandalizar los colectivos. “Todos los fines de semana tenemos dos o tres unidades con vidrios rotos. No le tienen miedo a nadie”, graficó el hombre del volante.
Además, aseguró que los problemas los tienen, sobre todo, en la zona de Blanco Encalada, Las Heras, y en los recorridos que pasan por los barrios Huarpes y Tres Estrellas, en Godoy Cruz.
Cabe destacar que este tipo de operativo se realizó también el último miércoles. Alí se encontró a 57 usuarios sin pasaje entre las 118 unidades controladas sobre un total de 2.212 pasajeros.