Johana Chacón desapareció el 4 de setiembre de 2012. Tenía 13 años en ese momento (hoy 14, ya que los cumple el 17 de enero), vivía en Tres de Mayo (Lavalle) y asistía a séptimo grado de la escuela Virgen del Rosario. Desde allí hasta hoy, o sea 10 meses después, no se sabe nada sobre su paradero.
Si no fuera por Silvia Minoli, que es la directora del colegio al que asistía la niña, el caso habría quedado en el olvido también. La familia de la nena, tanto la biológica como la adoptiva, tampoco apareció nunca más para buscar a la pequeña.
Desde aquel 4 de setiembre hasta hoy, Minoli se puso a la cabeza de la causa por iniciativa propia, realizando todo tipo de acciones para que la comunidad mendocina no se olvide de que Johana está desaparecida. Hoy, justamente, harán una actividad en la puerta del establecimiento educativo que ella dirige.
“Vamos a terminar un cartel con los rostros de las chicas, que habíamos empezado el 25 de mayo. El papá de un compañero de Johana, que es artista, está colaborando con nosotros. Sus compañeros ya son alumnos de secundaria, no vienen más a nuestra escuela (que es primaria), así que los hemos invitado a que plasmen sus manos en el cartel”, contó Minoli.
Por otra parte, la directora comentó que hace unos días pidió una audiencia con el ministro de Trabajo, Justicia y Gobierno, Félix González, quien se mostró muy preocupado por el tema. “Me recibió muy amablemente, me dijo que se iba a encargar de todo lo que estuviera a su alcance.
Fernanda Lacoste (subsecretaria de Relaciones Institucionales de Gobierno) está atenta y se va a ocupar del caso. Sigue en pie la recompensa de 20.000 pesos que ofrecen para quien aporte datos sobre la nena. Pero respecto al caso sigue todo muy encerrado; no se sabe nada. Para quien está a cargo del caso, las chicas están muertas”, aseguró la docente.
Cuando Silvia se refiere a “las chicas” es porque su militancia se extiende también a pedir por la aparición con vida de Soledad Olivera. Esta mujer, que hoy tiene 29 años, fue vista por última vez en el mismo distrito lavallino el 18 de noviembre de 2011.
Es la mamá de dos alumnos que asisten al Virgen del Rosario y su vinculación con el caso se presenta de una manera un tanto extraña. Johana, hija de Bernardo Chacón, no vivía todo el tiempo con su padre.
Algunos días los pasaba con la familia Curallanca, dueños de la finca en la que fue vista por última vez. Adrián Mariano Luque (30), hijastro del propietario, tenía -al parecer- una relación amorosa con Soledad.
Actualmente, o al menos hasta hace un tiempo (el dato no se pudo corroborar por la imposibilidad de hablar con la persona), Beatriz Chacón (17) está en pareja con Luque. Según fuentes judiciales, la hermana de Johana tenía celos de la relación de su pareja con la mujer desaparecida.
“Beatriz me mandó un mensaje en el verano y yo la invité a que se acercara a la escuela, pero nunca lo hizo. Nosotros no hemos tenido más contacto con su familia, ni con los Curallanca. Ellos no se acercaron más ni participan nunca en las movilizaciones que hacemos. Los dos hijos del señor Chacón que iban a la escuela, ya no van más”, expresó Minoli, que contó que los niños están en hogares albergue.
Ningún imputado
Diez meses pasaron y en el caso Chacón no hay ningún imputado. En un principio se había dicho que Luque era el único, pero ese dato fue erróneo. Al hombre le encontraron más de 100 mensajes de texto que había intercambiado con Soledad el día que ella desapareció. En su declaración ante la fiscalía él los negó.
“Mariano Luque no está imputado. Yo no lo puedo imputar porque aunque él mintió estaba declarando ante mí. Así que saqué una compulsa para que otra fiscalía lo investigara, pero tampoco lo imputaron. El caso se investiga como averiguación de paradero, que no es un delito en sí. Sin cadáver no se puede decir que hay homicidio”, puntualizaron fuentes fiscales.
Esta compulsa a la que refieren llegó a la fiscal de Capital, Daniela Chaler, que fue quien finalmente decidió no imputarlo.
“La investigación apuntaba a Luque, ya que de las declaraciones de los testigos y de los mensajes enviados entre él y la víctima (Olivera) surgía como sospechoso. Pero a un testigo testimonial no se le tiene que tomar declaración. A una persona que es sospechosa no se le puede tomar declaración bajo juramento. Por eso decido no imputarlo, no se puede hacer eso”, definió Chaler, que agregó que no cuestiona el trabajo del fiscal de la causa.