La aspirante a la presidencia de Perú Keiko Fujimori tiene la oposición en su propia familia. Su hermano menor Kenji, el congresista más votado, ha calentado la campaña para la segunda vuelta del 5 de junio al dejar claro que su meta es llegar a la presidencia.
La sorda pugna larvada al interior del partido Fuerza Popular entre Keiko, de 40 años y representante de una corriente renovadora que toma distancia del autoritarismo del padre, y su hermano Kenji, de 35, que reivindica el fujimorismo más duro, ha estallado en plena campaña por la segunda vuelta amenazando con minar las posibilidades de triunfo de la candidata.
"Le hemos dado material y tela para cortar a nuestros adversarios, pero aquí estamos, unidos. Todos estamos en el trabajo de la segunda vuelta", declaró la congresista Luz Salgado, referente histórico del fujimorismo, tratando de calmar las aguas.
Kenji aplacó los ánimos este miércoles en un tuit luego de cuestionar la autoridad de su hermana: "Más allá de los malos entendidos me alegra ver que mi hermana Keiko está demostrando que no se casa con nadie y que tiene la mano firme".
La víspera Keiko había dicho que en el partido "no hay espacio para posiciones personalistas y así lo deberán entender quienes pretendan mantenerse en el partido".
"No me parece un malentendido. Hay algo más profundo. El problema es que esto es como la aceleración de un cuerpo en el espacio. Cada vez va más rápido", dijo a la AFP el escritor Luis Jochamowitz, autor de una biografía de Alberto Fujimori.
Kenji, el ala dura
Las desavenencias se remontan a diciembre pasado, cuando Keiko marginó de las listas para el Congreso a las figuras históricas del fujimorismo ligadas al régimen de su padre (1990-2000) a pesar de las críticas de Kenji.
El origen de la actual disputa radica en unas recientes declaraciones de Keiko de que ningún Fujimori postulará a la presidencia en 2021.
La hija mayor del expresidente Alberto Fujimori --quien purga una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción -- está segura de vencer en el balotaje del 5 de junio a su rival Pedro Pablo Kuczynski ya que la ley impide la reelección inmediata y la postulación de familiares de quien ejerce la presidencia.
Kenji salió al quite de su hermana en Twitter: "Sólo en el supuesto negado que Keiko no gane la presidencia yo postularé en el 2021", escribió. Y por si no quedaba claro apostilló: "Keiko y yo creemos en la alternancia democrática y esa alternancia tendrá que darse también por casa".
Para la analista Cecilia Valenzuela, la guerra de tronos deja claro que el exmandatario es quien pugna por controlar el partido.
"Es evidente que Alberto Fujimori sigue sintiéndose el amo y señor del fujimorismo, al punto de llevar a su hijo menor, el más votado, a cuestionar el liderazgo de su hija mayor, a quien aparentemente presume perdedora de esta segunda vuelta", dice la analista en el diario El Comercio.
El niño mimado
Kenji ha sido señalado desde la década de 1990 como el niño mimado y el hijo más cercano de Alberto Fujimori. Al expresidente se le atribuye haber dicho, supuestamente en broma, durante su primer gobierno que le gustaría que su hijo menor llegara un día a ocupar la presidencia.
Pero Keiko también se la jugó por el padre. Como hija mayor fue primera dama del gobierno de Alberto Fujimori de 1994 a 2000, cuando tenía 19 años, a raíz de la separación de sus padres.
"Kenji Fujimori es el único de los (cuatro) hijos que ha heredado los rasgos del padre: retraído, poca sociabilidad, pocos amigos. Eso es típico de los niséis (segunda generación de migrantes japoneses) nacidos cerca de la Segunda Guerra Mundial", asegura a la AFP el escritor Jochamowitz.
Según las últimas encuestas, Kuczynski se impondría a Keiko en el balotaje, pese a que el fujimorismo arrasó en las elecciones de abril en el Congreso unicameral, donde obtuvo 73 de los 130 escaños.