El Perú ha realizado un largo, reñido y muy interesante proceso electoral. El cuarto consecutivo, luego del gobierno autocrático de Alberto Fujimori. El 10 de abril se realizó la primera vuelta electoral sin que ningún candidato alcanzara la mitad más uno de los votos.
Obtuvo el primer lugar la candidata Keiko Fujimori (KF), de Fuerza Popular, hija del ex presidente, de 41 años, quien obtuvo 40% de los votos; segundo, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), Perú por el Cambio, con 21%; tercera, Verónica Mendoza del izquierdista Frente Amplio, 19%; cuarto, el candidato de Acción Popular con el 7% y el resto se repartió entre seis candidatos, dos de los cuales eran los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo. Este último apenas superó el 1% de los votos.
Con estos resultados debieron enfrentar la segunda vuelta KF y PPK, con un largo interregno de casi dos meses entre votaciones. Con los resultados de la primera vuelta y las encuestas que se iban realizando, hasta la última semana anterior al balotaje del 5 de junio, se daba prácticamente por seguro un triunfo de Fujimori. Cabe apuntar que ambos candidatos son considerados de derecha y con diferencias poco importantes en materia de economía. En la última semana de campaña ocurrieron algunos hechos que modificaron el escenario electoral.
Uno de ellos, una investigación por lavado de dinero llegada desde EEUU contra el jefe de campaña de Fujimori, quien carga desde siempre con lo ocurrido con su padre. El otro que modificó el escenario fue la decisión de la candidata de izquierda, Verónica Mendoza, de votar a Kuczynski y pedir a sus seguidores que hicieran lo mismo, por considerar que era optar por “el mal menor”. Así las cosas el electorado peruano quedó dividido en dos mitades.
De un lado el fujimorismo, partido que cubre todo el territorio nacional y con fuerte arraigo popular, al punto de ser considerado por muchos como uno de los populismos americanos, con una líder de llamativo carisma. Del otro lado se agrupó todo el antifujimorismo, detrás de Pedro Pablo Kuczynski, un economista liberal de 77 años, con envidiable currículo (dos veces ministro, funcionario en organismos económicos internacionales, directivo de empresas).
El escrutinio de la elección del 5 de junio tuvo en vilo al Perú por una semana, dado que las diferencias se medían en décimas. Finalmente el órgano electoral dio el triunfo a PPK por alrededor de 40.000 votos, que su adversaria reconoció con hidalguía y respeto. El nuevo presidente asumirá el cargo el próximo 28 de julio, con un cuadro político que obligará a negociaciones y acuerdos muy interesantes.
En el Congreso tiene amplia mayoría Fujimori: 73 congresales sobre 130 que componen la Cámara. El nuevo presidente tiene 18 propios. El resto se divide en varios partidos. Según algunos analistas, buena parte del 30% de votos que PPK obtuvo en la segunda vuelta proviene de la izquierda, que reclama fuertes reformas y cuestiona la política económica que se ha venido aplicando con continuidad desde hace tres décadas.
Se debe tener en cuenta que esa política permitió que la economía peruana sea la que ha tenido mayor crecimiento en América Latina en las últimas dos décadas, siendo sus sectores más dinámicos la minería, la agricultura y el turismo. El crecimiento del PBI en el primer trimestre de este año se ubica en 4%. Tiene una macroeconomía ordenada con baja inflación.
Lo más importante es que Perú se ha convertido en una economía abierta, ha firmado tratados de libre comercio con una veintena de países, entre ellos EEUU, Canadá, Japón, Vietnam y forma parte de la Alianza del Pacífico con México, Colombia y Chile. Encuestas de esta semana muestran un marcado optimismo económico. Siete de cada diez encuestados están ilusionados con los resultados económicos que puede generar el nuevo gobierno.
