No hubo sol el fin de semana en Buenos Aires pero sí mucho brillo musical, de la mano de una nueva edición del Personal Fest. El sábado y domingo el Club Gimnasia y Esgrima de la ciudad de Buenos Aires (GEBA) fue el epicentro de las mejores bandas de la escena mundial, que este año tuvo como protagonistas indiscutidas a las viejas glorias del rock.
Viejos son los trapos
Sin duda hay algo genuino entre el sudor y las mechas largas de los veteranos del rock. La vieja escuela conoce los trucos para satisfacer a las masas simulando frescura con un show imponente. Quedó demostrado con
Aerosmith
que, en sus 42 años de existencia, aprendió que la actitud es lo único que no envejece.
Dos horas completas ofrecieron los estadounidenses en las que el oficio le ganó a la música.
Steven Tyler
no grita como antes pero se mueve como nunca, con una sincronizada coreografía que parece espontánea.
Joe Perry -a quien sí se le notan los años- es el partenaire ideal, formando una dupla que tiene una química seductora innegable, aunque los rumores digan que no es tal bajo el escenario.
Aerosmith es un compendio musical de esas canciones que tarareamos todos. La catarata de hits no decepcionó a nadie, incluso dejando afuera un clásico como “Crazy”. Sin embargo los otros no faltaron: “Love in elevator”, “Cryin”, “Dude (looks like a lady)”, “Jaded”, la balada romántica “I Don’t Want to Miss a Thing” y alcanzando la gloria en “Living on the edge” y “Walk this way”. Para los bises Tyler se sentó al piano y Perry se puso la camiseta argentina mientras sonaba otro hit: “Dream On”. No fue una actuación perfecta pero fue un show potente, a pesar de cierta frialdad del público.
Aerosmith tiene la fuerza de los clásicos y Steven Tyler, a sus 65 años, sabe que es una leyenda viva. Ambas características hacen que cualquier crítica se desvanezca, agradeciendo que haya bandas que saben cómo hacer el rock de estadio.
Esto también lo saben otros adultos mayores del hard rock: Withesnake. La banda inglesa tiene en la voz, la cabellera y las caderas de David Coverdale más carisma que otros contemporáneos. A diferencia de Aerosmith, los ingleses se llevaron un 10 felicitado de su show en Buenos Aires.
Más de uno estaba allí para escuchar la balada clásica “Is this love” o la fuerza de “Here i go again”, pero más, mucho más. Su metal ochentero se apoderó del escenario e hipnotizó a todos como si fueran el único show del día. “Give Me All Your Love” y “Ready an’ Willing” fueron el inicio de su show pasadas las 21 y calentaron la fresca y ventosa noche porteña que, con sus oscuras nubes, amenazaba con aguar la fiesta. Por suerte no pasó y todos siguieron levantando un brazo y sacudiendo la cabeza sin que nada más importara.
Al caer la noche, y antes de las estrellas de rock, llegó la mejor sorpresa con Band of Skulls. Otra vez una banda inglesa suma otra joya a la corona británica del rock; esta vez en forma de trío con música de garaje. Russel Marsden y Emma Richardson conquistaron en su primera visita al país dejando al público con ganas de más.
En el primer día del Personal Fest pasaron 25 mil personas y para ellos tocaron más de 20 bandas, que aportaron una diversidad notable. Hubo dos ejemplos claros de la mano de Draco Rosa y Juanse. Mientras el argentino no tiene nada nuevo para ofrecer siempre acierta con sus hits rockeros inimputables. Fans asegurados y show sin sobresaltos. En cambio Rosa estaba más jugado. El ex compañero de Menudo -y amigo- de Ricky Martin cayó al Fest con sonido propio, lejos de los estereotipos que puedan existir sobre él. Y vaya que los hay, porque Draco Rosa es la firma de los hits del astro puertorriqueño y de muchos artistas latinos más. En Buenos Aires, sin embargo, se despegó de eso y se sumergió en la mezcla de hard rock y sonido latino. No gustó a todos pero fue un buen desafío.
Bandas locales y otros artistas invitados coparon la tarde/noche en las que uno recorre escenarios para descubrir nuevos talentos y algún día poder decir: “Yo los vi en un escenario pequeño con 20 personas más”.
Vamos las bandas
La juventud copó la segunda jornada del Personal Fest entre expectativa y fanatismo. Razones había para desear con algo ansiedad, ver en acción a viejos y nuevos conocidos.
Muse cerró la jornada como “la banda” estrella y quedó claro por qué pueden ostentarlo. El trío inglés tiene una fuerza arrolladora, que demuestra en vivo la fuerza épica que transmiten en sus discos. Lasers, visuales y una estética cuidada son parte del paquete Muse; que ayuda a crear el mejor clima festivalero en canciones como “Uprising” o “Time is running out”. La última visita de la banda fue como soporte de U2, pero en el escenario del Personal Fest, demostraron que juegan en primera hace rato. Para prueba estuvo “Undisclosed Desires”, uno de los mejores temas del grupo, que su líder y vocalista Matt Bellamy cantó abajo del escenario junto al público más fiel que los esperó toda la tarde contra la valla.
Había buen clima -del meteorológico y del musical- bajo el cielo de Buenos Aires y Muse animó más la fiesta con hits como “Madness” y “Starlight”. El cierre era inminente y a pesar de eso nadie podía borrar la sonrisa de la cara.
Si bien Muse fue la última banda en tocar en la segunda noche del festival, fue la culminación de un día cargado de música de la buena.
Más temprano el segundo escenario vibró al ritmo del rock alternativo de Jane’s Addiction. La máquina californiana es un conjunto espectacular en todo sentido de la palabra. Desde la supremacía violera de Dave Navarro hasta el show erótico de chicas, la banda sabe que quiere su público y no duda en darlo todo. Clásicos como “Been Caught Steeling”, “Stop!” o “Ted, Just Admit it...” no faltaron entre charla y tragos que el vocalista Perry Farrell compartía con los fans. Y allí surgió una buena noticia; el vocalista confirma el rumor más deseado: habrá Lollapalooza en Argentina en 2014. “Es una cita”, dijo Farrell, y no estaría mal acudir.
Uno de los que más expectativas generaba en line up del Personal Fest era Albert Hammond Jr. El ¿ex? guitarrista de The Strokes se subió al mismo escenario donde hace dos años tocó junto a Julian Casablancas pero esta vez para demostrar que en solitario tiene fuerza propia. Salió más que airoso de la prueba pero era imposible no asociarlo a la banda neoyorquina. Su repertorio bien podría haber sido un lado B de los Strokes y, aunque así no sea, nos hizo vivir un buena tarde.
El domingo el público no madrugó tanto como en la jornada anterior pero eso no detuvo al espíritu festivalero de algunas bandas más chicas. Desde las 16.30 pasaron por los cuatro escenarios Samsung del Fest grupos como Ser, Le Mans, Kashmir, Airbag, los siempre convocantes Miranda y Zero Kill, la (muy buena) banda de Benito Cerati.
Fiesta de lujo
Personal Fest coronó este fin de semana su edición número nueve a la que llamaron Edición Deluxe. El lujo, claro, no era sólo una denominación marketinera. Es una declaración de principios en un festival que se ganó un lugar a fuerza de sólidos invitados y estrategias de entretenimientos. Como todos los años, el factor lúdico no estuvo ausente y en las tardes fue más atractivo que muchas bandas. “¿Para qué es este fila?”, se escuchaba decir cada 5 metros, en cada stand, a los que venían llegando al show. El brillo de purpurina copó las dos jornadas en el club GEBA pero también hubo mucho público para los juegos, las fotos y hasta el karaoke.
Mientras tanto, año a año, el festival suma tecnología y en esta edición hubo aplicación propia para smartphones que brindaba desde información de las bandas hasta cambios de horario, mapas de ubicación y juegos.