Perro amor explota

Tras el ascenso histórico al Federal A, el título más importante en su historia, los festejos en Gutiérrez no se terminan. Es que el Celeste se dio el gran gusto de derrotar -con actitud, coraje y juego- a su clásico rival, Deportivo Maipú.

Perro amor explota
Perro amor explota

“...Perro caliente no deja nada. El amor explota. Perro con hambre, perro con bolas. El Amor explota. Acorralado te mete balas. El amor explota. Un amor perro no se controla. El amor explota”.

Con esta letra de la canción “Perro amor explota”, de la legendaria banda argentina Bersuit Vergarabat, nos podemos introducir en el sentimiento del hincha de Gutiérrez Sport Club, el dueño del clásico del departamento. El que dejó al rival de toda la vida, Deportivo Maipú, de rodillas. Fue triunfo Celeste por 2-0 con goles de Jesús Baldaccini e Ignacio Irañeta. No hay tiempo para recuerdos, estadísticas, balances. Sólo se vive el presente, el hoy. Por esta razón, llegó el momento de dar rienda suelta a esa alegría ilimitada, inflar el pecho, ponerse la camiseta y salir a la calle luciendo orgullosos esos colores que se llevan en el corazón. En la plaza, la oficina, el colegio, donde sea. Ahí lucirá la camiseta de Gutiérrez Sport Club.

“Perro con hambre, perro con bolas”... Y así fue nomás, porque el equipo de Scivoletto se le plantó de igual a igual a un equipo que a priori, por nombres y experiencia, parecía más. Sin embargo, en el campo de juego los pergaminos quedan en el vestuario, y en la cancha Gutiérrez fue más. Mostró los dientes, apretó a su rival y cuando no la pasaba bien porque Maipú le había ganado el dominio del balón, presionó a la última línea Cruzada. Un grave error entre Gómez y Benítez, le permitió a Baldaccini clavarle un puñal al medio del corazón. No hubo reacción por el lado de Maipú. Todo lo contrario, quedó nocaut. A partir de ese momento, la historia fue otra. Ese Botellero herido se fue desangrando de a poquito. Preso de una crisis anémica, no encontró solución y se perdió en el terreno de juego.

"Un amor perro no se controla. El amor explota". Y así fue nomás, porque este equipo de Scivoletto no se controló, fue por más y lo logró. Facundo Cobos, tras una maniobra individual fantástica, habilitó a Irañeta y selló la historia a su favor. Triunfo histórico.
 Sin dudas, "Perro caliente, no deja nada".

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