Un delincuente que mostraba un perfil sexual "impulsivo e irreflexivo" fue condenado a cadena perpetua por dos graves delitos: un doble homicidio y una larga serie de abusos sexuales. El hombre mató a su ex mujer y a la nueva pareja de ésta, en 2011, y luego abusó durante 4 años de su nietastra.
L. C., un chofer lujanino de 59 años -su nombre no se publica para preservar la identidad de la menor abusada-, fue condenado con la pena máxima por el juez Gonzalo Guiñazú de la Quinta Cámara del Crimen.
El hombre fue condenado por los delitos de homicidio simple agravado por el vínculo (por la muerte de su ex) y por homicidio simple (por la nueva pareja de su ex) y también por abuso sexual agravado por acceso carnal y por la situación de convivencia, y también por corrupción de menores.
El fiscal de cámara Alejandro Iturbide marcó durante el debate que en ambos delitos estaba presente en la psiquis del condenado el tema sexual: realizó un apuñalamiento desmedido de su ex mujer (20 puñaladas) y abusó reiteradas veces, durante 4 años, a su nietastra.
Los estudios de personalidad confirmaron la "ajenidad" que mostró durante el debate que se realizó en diciembre pasado: además de rasgos psicopáticos, los psiquiatras indicaron que sólo le interesaba su comodidad y satisfacción personal. También hicieron mención "al funcionamiento impulsivo e irreflexivo que puede proyectarse en el área de la sexualidad".
Por otra parte, se probó durante el debate que el condenado "le compraba" a la menor la voluntad dándole dinero para que no hablara.
Veinte puñaladas a su ex
El asesinato de José Baldebenitez (63) y María Ponce (48) se produjo en las primeras horas del 18 de julio de 2011, en la calle Bellavista al 4.200 de Perdriel, Luján de Cuyo.
Ambos fueron asesinados con un elemento corto punzante con el que les produjo múltiples heridas.
La policía determinó que se trataba de alguien conocido de la pareja, que había estado incluso compartiendo una cerveza con ellos. No había señales de robo, salvo por dos celulares, que aparecieron enterrados en el fondo de la propiedad.
Al Baldebenitez lo mató en la cocina: le dio un golpe en la cabeza con un palo y varias puñaladas. A Ponce la atacó en el baño, donde le dio 20 puñaladas y luego la llevó hasta un pasillo de la vivienda donde se encontró un papel que decía "nunca más me engañará". Después se comprobó que la letra era del imputado.
El ahora condenado estuvo preso por este doble homicidio durante un tiempo, pero luego salió en libertad.
Ningún pariente lo quería recibir porque lo consideraban culpable. Uno de sus hijos finalmente accedió a que viviera en su casa de Luján. Allí fue donde el homicida violó durante años a la hija que su nuera había tenido con otra pareja.
La abusó durante 4 años
Los abusos se produjeron desde que la niña tenía 7 años hasta que cumplió 11, en 2015, cuando la pequeña no pudo más con la situación y se lo contó a su madre.
En ese momento el asesino convivía en un departamento ubicado a pocas cuadras de la plaza de Luján.
Según la investigación los abusos se realizaban indistintamente por la mañana o por la tarde -a veces hasta dos veces por día- cuando el depredador la apartaba de sus hermanos y la llevaba a su habitación, donde la abusaba.
Cada vez que la agredía sexualmente, el hombre le daba dinero y le advertía que no le contara a sus padres porque lo iban a meter preso.
La niña, tras la detención de sujeto, narró con claridad los hechos a los psicólogos que participaron de la cámara Gesell.