Perpetua por el asesinato de un militar jubilado

El hecho ocurrió en una casa de la Cuarta en diciembre de 2015. El condenado se llevó el auto de la víctima y lo incendió en Alvear.

Perpetua por el asesinato  de un militar jubilado

Mario "Cogote" Espinosa (34) fue condenado a prisión perpetua por el asesinato del militar jubilado Guido Rodríguez Carrizo (89), asesinado en diciembre de 2015 en su casa de la Cuarta Sección de Ciudad.

La dura condena fue dictada por los jueces de la Segunda Cámara del Crimen, el jueves pasado, luego de un debate en el que se estableció que Espinosa mató a Rodríguez para robarle un auto que luego aparecería, totalmente quemado, a más de 300 kilómetros, en General Alvear.

Durante los alegatos el fiscal Darío Tagua, solicitó al tribunal la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio criminis causa. En tanto, el defensor de Espinosa solicitó para su cliente la absolución o bien que se lo condenara por homicidio simple.

Un auto quemado

El homicidio del militar jubilado se conoció el domingo 27 de diciembre de 2015, cuando uniformados de la comisaría de 14 de General Alvear encontraron en la calle Uspallata de ese departamento, un vehículo VW Gol totalmente quemado.

Con los datos que les dio la patente, se estableció que el vehículo pertenecía a Rodríguez, un hombre que vivía en calle Videla Castillo 2909 de la Cuarta Sección de Ciudad.

Con estos datos, los policías de la comisaría Cuarta fueron hasta la casa de Rodríguez, golpearon la puerta y nadie contestó. Un vecino les informó que el dueño de casa había salido en su auto el sábado por la tarde.

Los policías miraron por la ventana de la casa y descubrieron que había una persona tirada en el piso: era el cuerpo del anciano, quien presumiblemente había sido asesinado el día anterior. Según la necropsia, el hombre recibió un golpe en la cabeza que terminó con su vida.

Dos días después, "Cogote" fue detenido en Alvear. Algunos testigos lo habían visto en la casa de Rodríguez y también se supo que el hombre había vivido en Alvear.

Luego de que el por entonces fiscal de Capital, Gustavo Pirrello, lo imputara por homicidio criminis causa, el hombre declaró.

Su versión fue la siguiente: que había realizado trabajos de plomería en la casa del hombre asesinado, días antes del crimen. Por eso había huellas suyas en la vivienda. Luego, sostuvo que se había ido a Alvear no en el auto de la víctima sino haciendo dedo.

La semana pasada, los jueces de la Segunda Cámara del Crimen no tuvieron en cuenta esta coartada y condenaron a Espinosa a la pena máxima que establece la ley.

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