Por matar a su hija de un mes de vida, ayer fue condenado un sujeto de 21 años a prisión perpetua. Durante el juicio, la Justicia también decidió absolver a su pareja -una joven de 20 años- que había llegado acusada del asesinato pero zafó ya que se consideró que fue víctima de violencia de género. El caso ocurrió en Lavalle en 2014.
Ángel Villegas fue sentenciado por homicidio agravado por el vínculo y por alevosía, por lo que pasará varios años en la cárcel. Fue acusado del asesinato de Ludmila Natasha, quien murió en las primeras horas del 8 de agosto, justo cuando cumplía su primer mes de vida.
La niña vivía con sus padres, Ángel y Fernanda Páez (20), y su hermanito, hoy de tres años, en una humilde casa de El Vergel, en el departamento de Lavalle.
Los golpes que recibió las horas previas a su muerte fueron terribles: tenía hematomas por todos lados, había sido quemada con cigarrillos y la Justicia llegó hasta secuestrar un anillo -de su padre- con manchas hemáticas, con el cual también le habrían pegado. Además presentaba un severo cuadro de desnutrición.
Sus padres la llevaron al hospital Sícoli en busca de auxilio pero la niña ya estaba muerta. Si bien declararon que se había caído del coche mientras estaba sola en el comedor, la presencia de heridas previas, las quemaduras y el testimonio de un empleado del hospital, hizo que los médicos dieran inmediata intervención a la Policía.
Un empleado del hospital escuchó cuando Villegas le decía a Páez que "nunca más les volvería a pegar" por lo que el sujeto fue detenido de manera inmediata, bajo las órdenes del fiscal Fernando Giunta.
Finalmente, ayer la Séptima Cámara del Crimen condenó al acusado a la única pena posible para el grave delito del que se lo acusaba.
A casación
Durante la instrucción, Fernanda Páez también fue imputada por homicidio agravado por el vínculo y alevosía y por acción por omisión (es decir, no hacer nada para evitar la muerte) pero los jueces María Belén Salido, Gabriela Urciolo y Roberto Chacón la absolvieron porque la consideraron víctima de violencia de género. Es que Villegas no sólo era violento con sus hijos sino también con ella.
Sin embargo, el fiscal de Cámara, Fernando Guzzo, apeló la decisión de los magistrados. Allegados a la causa dijeron que "los organismos para contenerla, como el OAL, trabajaron a la perfección con la familia ya que había una denuncia previa (ver aparte) pero que Páez no se dejó ayudar".
La violencia del condenado afloró una vez más ayer tras escucharse las sentencias: en presencia del Tribunal, de los defensores y de los fiscales le gritó a su ex que ahora tenía que matar al otro (en referencia al hijo mayor de la ex pareja).
Durante su estadía en la cárcel, el condenado tuvo su tercer hijo junto con una mujer que conoció por intermedio de sus compañeros de presidio.
Ambos ignoraron a la nena durante el debate
Villegas y Páez también estaban imputados por lesiones graves que sufrió el hijo mayor que ambos tienen en común. El hecho fue previo a la muerte de Ludmila y se investigaba cómo había sido quebrado en una pierna y quemado con cigarrillos cuando tenía 4 meses.
En ese caso, que llegó a juicio junto con el asesinato de su hermana, su padre fue condenado y su madre absuelta. "Un dato llamativo es que al comienzo del debate, cuando a ambos se les preguntó sobre sus datos personales, en el momento de decir cuántos hijos tenían ninguno de los dos hizo referencia a Ludmila, como si no hubiera existido", contaron quienes estuvieron en la apertura del juicio.