Joaquín "el Chapo" Guzmán, uno de los criminales más poderosos del mundo, fue condenado a cadena perpetua más 30 años adicionales por un tribunal de Nueva York, tras haber sido encontrado culpable de traficar toneladas de drogas hacia Estados Unidos, entre otros delitos.
El narcotraficante, de 62 años, quien fue capturado en tres ocasiones y protagonizó dos espectaculares fugas desde cárceles mejicanas, había sido declarado culpable en febrero por un jurado de los 10 cargos que enfrentó, entre ellos la participación en una empresa criminal continuada y tráfico de drogas, entre otros.
Otros de los delitos que se le imputó al exlíder del poderoso cártel de Sinaloa abarcaron un cuarto de siglo e incluyeron el tráfico de cientos de toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a los Estados Unidos, lavado de dinero y varios delitos relacionados con las armas. Todo, entre 1989 y 2014.
En el llamado "juicio del siglo", que costó 50 millones de dólares (el más caro en la historia de EE.UU.), los fiscales lo han calificado como un "líder despiadado y sediento de sangre".
Los testigos durante el juicio declararon que el narcotraficante ordenó, e incluso participó, en la tortura y el asesinato de sus enemigos.
Los testigos también lo acusaron de haber sobornado a funcionarios de casi todos los niveles de la policía, el Ejército y la política de México, incluido un supuesto pago de 100 millones de dólares al expresidente Enrique Peña Nieto.
Aislado
Desde su extradición de México en 2017, Guzmán estuvo recluido en régimen de aislamiento en una prisión de alta seguridad en el Bajo Manhattan.
El capo narco se quejó reiteradamente por las condiciones de su detención a través de sus abogados, en particular porque su celda sin ventanas estaba constantemente con luz.
Una de las preguntas que el juicio deja sin responder es dónde está la fortuna de Guzmán, quien en 2012 entró en la lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes y, según las pruebas presentadas, tenía en México fincas, un zoológico privado, una flota de jets y yates.
El juez también aceptó en su sentencia un pedido del gobierno de EE.UU. de decomisarle al narco 12.666 millones de dólares.
Según un informa de la BBC, esta suma surge de un cálculo del valor de mercado de las drogas transportadas por el cartel de Sinaloa hacia EE.UU. según distintos testimonios vertidos en el juicio, en especial 528.276 kilos de cocaína.
Para los fiscales se trata de “una cantidad conservadora”, aunque incluye los costos operativos del cartel y cargamentos de drogas para los cuales “el Chapo” se asoció con otros narcos.
Sin embargo, durante el juicio nunca surgieron revelaciones claras de dónde escondió Guzmán sus activos. Si algo decepcionó a quienes seguían el juicio es que nunca se profundizó el vínculo entre el cartel y los banco.
Uno de los abogados de Guzmán, Jeffrey Lichtman, afirmó la semana pasada que “el gobierno no ha localizado ni un centavo de sus activos”.
"Si no hay activos, no hay nada que pagar", insistió Lichtman tras la sentencia.
Tampoco los bancos han sufrido cargos. Según la BBC, antes del juicio al "Chapo", se descubrió que el banco británico HSBC había movido unos 881 millones de dólares de organizaciones de narcotráfico, incluido el cartel de Sinaloa.
Pero en 2012 la misma sede de la fiscalía de EE.UU. en Brooklyn que acusó al "Chapo" llegó a un acuerdo con el HSBC y el banco evitó cargos penales a cambio de una multa de unos 1.900 millones de dólares y el compromiso de aumentar sus controles contra el lavado de dinero.
Algo que decepcionó muchos seguidores del juicio a Guzmán es que nunca profundizó en el vínculo entre el cartel y los bancos.
“La evidencia que surgió del juicio sobre corrupción de las redes financieras en especial, fue mínima”, sostuvo Malcolm Beith, autor del libro “El último narco” sobre Guzmán.
“Me gustaría atribuirlo a que las autoridades lo mantienen en secreto para poder perseguir casos más grandes, pero la verdad es que nunca tendrían un caso más grande que ‘El Chapo’ Guzmán, así que algo está pasando ahí”, dijo Beith.
El proceso sí incluyó varios testimonios sobre corrupción a distintos niveles en México, desde policías locales hasta altos cargos de gobierno.
Alex Cifuentes, un narco colombiano que trabajó como secretario de Guzmán, testificó en enero que el capo pagó 100 millones en 2012 al entonces expresidente mejicano Enrique Peña Nieto.
Cifuentes dijo que esto se lo había contado el “Chapo” y que el dinero era para evitar que tuviera que seguir escondiéndose de las autoridades.