Hoy, 8 de abril de 2017, se cumplen 70 años de un hecho poco común en la historia de una de las más populosas e importantes localidades del este mendocino, la ciudad de Palmira.
Por el lapso de tres días el pueblo "jarillero" se vio conmovido por la impensada presencia del entonces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón y su esposa María Eva Duarte.
Fue la primera visita a la provincia del general Perón ocupando la primera magistratura, invitado por el entonces gobernador mendocino Faustino Picallo, para participar de los festejos de la Fiesta de la Vendimia de 1947 y ser parte de una serie de importantes inauguraciones en el ámbito provincial. (En ese festejo, las candidatas expresaron su deseo de que Evita fuera coronada Reina de la Vendimia, pero la primera dama declinó amablemente el ofrecimiento, siendo elegida soberana Nélida Morsucci, de Tunuyán).
La intensa actividad desplegada por el mandatario, su esposa y la comitiva de ministros que lo acompañaban, fue seguida por una multitud de mendocinos deseosos de estar presentes en esos días históricos, ovacionando en cada presentación pública a quien en ese momento era el personaje más importante de nuestra nación.
El diario La Libertad del 9 de abril se preguntaba en el desarrollo de una pequeña editorial: "… ¿Dónde quedó la clásica apatía?...", tirando por tierra la tan mentada indiferencia de los habitantes de esta tierra, que se volcaron eufóricos a las calles para vivar a Perón.
El tren presidencial llegó a la estación del entonces Ferrocarril Pacífico a las 10 del 8 de abril, desde donde la comitiva se trasladó en un auto descapotable hasta la Plaza Independencia. En este último punto, donde se había instalado el palco oficial, miles de mendocinos aclamaron por un largo rato a la primera dama y al Presidente quien, con los brazos en alto, saludaba a la concurrencia. El jefe de Estado inició una alocución con la frase "(… ) Bendita sea Mendoza que ha levantado este oasis en el desierto de la patria vieja… ", momento en que la multitud nuevamente prorrumpió varias veces y al unísono: "Perón, Perón, Perón". En otro momento del discurso, el ocupante de la Casa Rosada dijo: "Estamos en la tarea de conquistar la independencia económica que hace 100 años esperamos". El acto terminó poco después del mediodía y transcurrió bastante tiempo hasta que el enorme gentío desocupó las calles y el espacio público.
La síntesis de la histórica jornada fue resumida en una crónica de Los Andes del 9 de abril, que sostenía: "(… ) En su viaje a Palmira el presidente Perón fue ovacionado. Después de terminado el acto de la plaza Independencia, el general Perón se dirigió en automóvil a la localidad de Palmira, departamento de San Martín, donde se hospedó en una residencia particular. En el trayecto al departamento del Este, el primer mandatario de la República recibió, de parte del pueblo, inequívocas muestras de adhesión, las que adquirieron mayor intensidad y volumen a su llegada a Palmira, en la que fue ovacionado por elevado número de personas… "
Pasados 40 años, el mismo matutino recordaba en la edición del 11 de abril de 1987, ese inolvidable e histórico momento para la ciudad de Palmira en una nota enviada por el entonces diputado peronista Alberto Luna, quien contaba que el general Perón y su señora se alojaron en el chalet del industrial y entonces titular del Banco Central, Miguel Miranda que, según los historiadores, era "la mano derecha de Perón" en materia económica, y conocido como el "zar de las finanzas".
Según la memoria de Luna (también ex corresponsal de este diario en la zona), antes de que Perón y su comitiva emprendieran el viaje de regreso a la Capital Federal, habló al público presente desde el local de la Unión Ferroviaria, donde dirigió palabras de aliento a una multitud que había concurrido a conocerlo.
Pasaron siete décadas de aquellos momentos en que Palmira, sólo por un corto lapso, se sintió dueña de la historia que transformó nuestro suelo, donde se vivió la ocupación plena y el obrero estaba considerado como el verdadero motor de la economía nacional.
Perón y Evita vendrían a Mendoza dos años después, en abril de 1949, para inaugurar el Primer Congreso Nacional de Filosofía.
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