Periodismo y democracia

Es muy preocupante que por estos días en la Argentina algunas personas estén proponiendo perseguir a los periodistas independientes.

Periodismo y democracia
Periodismo y democracia

La mayoría de los grandes pensadores del mundo actual sostienen cada vez con mayor  certeza que la democracia en su versión occidental (vale decir republicana, con división de poderes y libertad de prensa) hoy recibe sus principales amenazas de afuera sino de adentro de sí misma. Se la quiere debilitar haciendo tambalear sus instituciones para que con la pérdida de calidad, el sistema democrático termina sucumbiendo como siempre buscaron sus enemigos, pero ahoora con formas más sutiles, aunque no menos peligrosas.

Dentro de la Argentina, más precisamente dentro del universo kirchnerista en su versión más dura, uno de sus exponentes más conspicuos pretende transformarse en una especie de “enfant terrible” en sus años maduros, queriendo impresionar con provocaciones de claro tinte autoritario. Nos referimos al escritor Mempo Giardinelli cuya excentricidad sirve para colocarlo como ejemplo de todo lo que postula ese nuevo pensamiento antidemocrático que trabaja aparentando proponer más democracia.

En efecto, en nombre de una supuesta e inasible voluntad popular que él representa menos que nadie, Giardinelli propuso hace muy poco tiempo  abolir el Poder Judicial tal como lo entiende, aquí y en todo el mundo, la tradicional división de poderes. Postula crear una especie de sistema judicial en vez de Poder, colocando a todos los jueces en comisión (para desprenderse, obviamente, de los independientes, de los que no quieren ser militantes del poder político de turno) y elegir a sus miembros de modo partidario.

Ese mismo escritor acaba de apoyar rotundamente una extraviada idea del humorista Dady Brieva quien sugirió crear una Conadep del periodismo para supuestamente identificar y eventualmente condenar (vaya a saber de qué modo) a todos los profesionales de la comunicación que osen criticar al gobierno que dicho artista defiende.

Con más fundamentos teóricos, pero no con menos irresponsabilidad, Giardinelli adhirió y fortaleció a Brieva comparando a los periodistas críticos con los militares del proceso, ya que propone para unos lo mismo que se hizo para otros. Sería una especie de periodismo de “lesa humanidad” cuyo delito sea simplemente el de opinar.

Quizá sin saber muy bien lo que dice, Giardinelli amenaza diciendo que en caso de triunfar en las próximas elecciones la fórmula presidencial kirchnerista, deberá continuar el inacabado combate contra los medios de comunicación que se dirimió en los gobiernos anteriores. El señor Giardinelli afirma que “ la nueva democracia” “tendrá que poner en vereda” al periodismo (que él llama de “guerra”).

“Poner en vereda” es una amenaza nada velada que según el diccionario castellano quiere decir “corregir, reprender, reprimir la conducta de otro”. O sea el democrático académico está proponiendo la represión del pensamiento distinto. Está agregando al Código Penal el delito de opinión.

Que un cómico sin mucho más argumentos que su rencor contra lo diferente o que un académico que busca publicidad a través de provocaciones digan tales despropósitos, en principio no sería tan preocupante si no fuera porque los candidatos principales a los que ellos apoyan poco y nada dicen. Algunos, sólo algunos, se limitan a sugerir que no piensan necesariamente igual, pero no mucho más. Lo cual, basado en la experiencia de persecución a la prensa de los años kirchneristas, no deja tranquilo a nadie.

En fin, que hoy la democracia tiene el deber de luchar no sólo contra los enemigos de afuera, sino también contra quienes quieren destruirla desde dentro.

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