L0a experiencia de ser niño o adolescente varía de acuerdo con las condiciones determinantes de tiempo y lugar, y también de las percepciones adultas de acuerdo con factores culturales, sistemas de creencias y formas de pensamiento dominantes.
En los últimos 30 años, la sociología de la infancia hizo significativos aportes. La Convención de los Derechos de Niño (1989) representa el paradigma que define, específicamente, la posición de los niños y adolescentes en la sociedad y los reconoce como sujetos de derechos a través de sus cuatro principios fundamentales sobre los que se asienta: la no discriminación, la dedicación a su interés superior, su derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo y respeto por sus puntos de vista.
La responsabilidad de los medios de comunicación acerca de informar sobre estos temas fue el eje del 7º Foro Nacional de Periodismo e Infancia, realizado recientemente en la provincia de Córdoba, en el que periodistas, comunicadores y educadores de todo el país y extranjeros se reunieron para debatir acerca de la situación de niños y adolescentes en los contenidos de radios, televisión, revistas y diarios.
El evento fue impulsado por la organización de periodistas Integración Infantil Argentina y la Asociación Iberoamericana de Periodistas para la Infancia (AIPI), junto con la Defensoría de los Derechos del Niño de la provincia de Córdoba. Tuvo seis ejes de discusión: Formación de un periodismo co-responsable en escenarios compartidos para la gestión pública y el impulso de políticas públicas. Construcción social de la infancia y adolescencia en los medios.
El papel del Defensor de los Derechos del Niño. Tratamiento de la noticia en temas de violencia y vulneración de derechos de la infancia. Niñez y adolescencia rural en los medios. Y Periodismo como sujeto promotor de derechos.
Para Marcela Temes, periodista y presidente de Integración Infantil Argentina, “desde el lugar de la comunicación, podemos impulsar políticas públicas donde la niñez y la adolescencia conformen los pilares básicos de una sociedad más equitativa, más inclusiva y donde la educación, la cultura y la salud sean un derecho básico”.
En la actualidad, los medios de comunicación informan e instalan opinión pero, también, muchas veces “marcan la agenda” de temas y crean representaciones.
El espectro es muy amplio: desde potenciales consumidores, víctimas, sospechados e idealizados hasta agentes de cambio, patologizados, sujetos de derechos o invisibilizados. ¿Cuál es, entonces la responsabilidad de los periodistas a la hora de comunicar cuando se trata de temas relacionados con la niñez y la adolescencia?
Para otro participante, Edgar Morin, admitir la actoría efectiva de los niños y adolescentes significa reconocerles como sujetos que ocupan un sitio, una posición en la cual uno se pone en el centro de su mundo para poder tratarlo y tratarse a sí mismo.
Hoy, los niños, niñas y adolescentes son actores sociales auténticos quienes, en interacción continua con su mundo, inciden en su transformación, por más que su capacidad de hacerlo no sea aún del todo reconocida.
La infancia y la adolescencia es una construcción social, dinámica y el periodismo debe aportar elementos para enriquecerla, evitando, con lo que se comunica, cristalizarla, desde tratamientos que estigmaticen y estereotipen a los niños, niñas y adolescentes.
Se discutió la importancia de que los medios puedan ser herramientas de formación en temas de promoción de salud, educación y transmisión de derechos. Para ello es necesario un periodismo promotor de derechos, como aseguraron otros participantes de la reunión, que el año próximo tendrá a Mendoza por sede.
La idea, entonces, es que los chicos sean fuentes de información, escucharlos y comprenderlos, ya que son parte activa de la sociedad y asumen un papel fundamental y activo dentro de la sociedad, apartándonos del degradante concepto de que sólo lo malo es noticia.
