El caso maipucino recuerda al ocurrido el 23 de octubre de 2016 en el barrio Trapiche, cuando Daniel Zalazar mató a su ex pareja; y a la tía y abuela de quien a priori iba a ser su única presa. Para el psicólogo Mario Lamagrande, la situación del triple homicidio ocurrido en Maipú presenta rasgos similares siempre hablando hipotéticamente.
“Lo que hay que dejar en claro es que no hay que ser un desalmado para hablar de un asesino. Es decir, a veces se trata de buscar un perfil relacionado con la psicopatía pero esto no siempre está presente en un asesino”, explicó.
Se puede tratar de una persona solitaria, con baja tolerancia a la frustración, con un trastorno narcisista o con dificultad para asumir los errores, pero aun así no se trata de un psicópata primario sino secundario. Es decir, que si bien sufre un trastorno de personalidad, no puede reprimir sus impulsos.
"Son personas que sufren un descontrol de impulsos. Pero no hablamos de la psicopatía primaria. Lo que se ve es una falta de conciencia del malestar que provoca. Es una persona común, sin conciencia del daño que está haciendo", aseguró Lamagrande.
En estos casos, dijo el psicólogo, lo que hay que ver es si se presentaron algunas muestras que anticiparan lo que iba a suceder. Se pueden encontrar pequeños antecedentes en la justicia, o problemas con la autoridad.
"A veces este tipo de personas no tienen a alguien que los cuide o que los contenga y por eso pasan estas cosas. Esto no es un atenuante, no desamerita lo que hizo, pero ayuda a definir el perfil del asesino", remarcó Lamagrande. Dijo que hay que prestar atención a la vulnerabilidad de su entorno y al aspecto cultural que entra en juego. "La sociedad machista es un aspecto a considerar. Porque el autor del asesinato está convencido de que se hizo justicia".
Por último, reiteró que no hay que presentar a este tipo de personas como racionales, sino que son producto de su impulsividad. "Hay irracionalidad en su accionar. Son personas que ven atacado su narcisismo y vienen a hacer justicia", culminó.
Cuando se habló del autor del triple femicidio en el barrio Trapiche, realizado por Daniel Zalazar, se dijo que los autores de este tipo de crímenes son personas que se muestran solidarias, educadas y agradables hacia afuera, aunque por adentro son maltratadores y violentos.
También se dijo que se trataba de un acto impulsivo, con el objeto de dañar y maltratar a alguien más débil. "En estos casos no hay un espacio para la reflexión de pensamiento. Lo deja todo librado al impulso y no hay nada que se interponga. Acá no hubo trastorno de conciencia porque se nota que lo ha hecho de manera deliberada", explicaba Los Andes en una nota realizada en aquella época.
La importancia del 144
Lamagrande recordó que en la aplicación para celulares denominada 144 se pueden detectar signos de violencia completando una encuesta. Esto permite, de alguna manera, acceso a los elementos que sirven para prevenir. "A veces sirve para elaborar el perfil de la persona antes de que ocurra algo. Es una aplicación que ayuda a prevenir", destacó.