Pérez dejó el gobierno con un déficit de 3.900 millones de pesos

Durante sus cuatro años de gestión, el déficit se cuadruplicó. Los gastos subieron más que los ingresos, y los sueldos más que todo. Lo destinado a obras no llegó a duplicarse.

Pérez dejó el gobierno con un déficit de 3.900 millones de pesos

El último ejercicio presupuestario del gobierno de Francisco Pérez mostró un déficit operativo de 3.900 millones de pesos y esto significa un 300 por ciento mayor al rojo de su primer año de gestión, de 950 millones de pesos.

El rojo de 2015 son 100 millones de pesos más que los 3.800 que calculó Los Andes en nota del 5 de julio de 2015 con ‘una proyección mecánica de los números del primer semestre’ sobre los del segundo del año pasado.

El desequilibrio fiscal cerró muy por debajo de los “5.775 millones de pesos  que  equivalen a un déficit presupuestario de un 10 por ciento”, afirmaba durante la transición de gobiernos el actual ministro de Hacienda, Martín Kerchner. Pero demasiado por arriba del ‘déficit cero’ con el que presentó en la Legislatura el presupuesto 2015 su antecesor y actual senador, Juan Gantus.

Entre 2012 y 2015 los ingresos totales provinciales crecieron 137 por ciento y los egresos once puntos más: 148.

El monto de la masa salarial se multiplicó 160 por ciento, la coparticipación municipal 150 por ciento y las inversiones en obra pública (sin vivienda) sólo 90 por ciento.

Los porcentajes reflejan las cifras nominales oficiales de los últimos cuatro años completadas esta semana por Hacienda con la publicación en su página online de la ejecución presupuestaria de diciembre de 2015.

No son cifras reales ya que para obtenerlas habría que restarles la inflación de cuatro años, un dato difícil de obtener y que provoca más controversias que certezas.

No obstante, las cifras nominales de Hacienda permiten establecer comparaciones y dejan en claro la evolución de los ingresos y de los egresos a lo largo de la gestión del anterior gobernador.

Uno de los temas más discutidos hoy sobre la administración de Pérez es su política salarial. Los cuestionamientos provienen especialmente del actual gobierno de Alfredo Cornejo, hoy en pleno conflicto salarial con los estatales.

Los números fríos muestran que entre 2012 y 2015 los fondos destinados a pagar sueldos pasaron del 55 al 57 por ciento del total de los egresos públicos y -sobre todo- crecieron del 58 al 64 por ciento de los ingresos en cuatro años.

Los mayores desfases se observan en 2015, más que en los tres años previos, y en el segundo semestre antes que en el primero, ya que hasta junio 2015 existió superávit.

La ejecución presupuestaria del último año de Pérez muestra ocho meses deficitarios (contra siete y seis de los tres años anteriores) pero sobre todo exhibe un rojo fiscal 'anticipado' que ya aparecía 'irreductible' hacia julio, a diferencia de lo sucedido en 2012, 2013 y 2014, cuando el déficit anual recién se registró en diciembre para dar vuelta una ejecución superavitaria hasta noviembre.

El último mes de 2015 concentró más de la mitad del déficit operativo total de ese año (2.000 sobre 3.900 millones) a pesar de ser el mes con mayores ingresos totales (13 por ciento más que octubre, el segundo mejor). En diciembre ingresaron 3.700 millones al Tesoro provincial y en octubre 3.300 millones

Pero diciembre del año pasado fue también el de egresos superlativos: un 41 por ciento por encima de los de junio, el segundo en nivel de gastos. En el mes del primer medio aguinaldo hubo egresos por 4.100 millones. Y un semestre después, la liquidación del segundo medio aguinaldo fue parte de un nivel de egresos que llegó a los 5.800 millones de pesos.

En el Frente para la Victoria no abundan los que defienden a Pérez, pero atribuyen el descalabro de gestión del último semestre a “una crisis de recursos” por ausencia de financiamiento, empantanado entre trabas radicales y diferencias con la Nación. En tanto en Cambia Mendoza la debacle se explica sencillamente por “mala administración y gasto dispendioso”.

La ejecución presupuestaria 2015 deja en claro que en los cuatro años de Pérez hubo una tendencia al crecimiento de los gastos superior al de los ingresos, que el peso salarial fue subiendo y ocupando una parte cada vez mayor de los recursos y que el 'equilibrio fiscal' que se decía buscar, casi siempre estuvo lejos.

También muestra que la aparición de una financiación oportuna hubiera permitido disimular -una vez más- una marcha de déficit creciente y endeudamiento en ascenso a la que -de alguna manera- había que atender. Y que la ausencia de fondos no desencadenó ninguna crisis terminal, pero evidenció públicamente un problema fiscal del que sólo hablaban especialistas.

Los números de Hacienda también permiten prever hacia adelante que en 2016 -el primer año del gobierno de Cornejo- seguirá habiendo más egresos que ingresos. Por lo tanto habrá déficit operativo y endeudamiento (aún para gastos corrientes). Y persistirán los problemas para sostener el ritmo de avance de la obra pública. Así lo han reconocido el propio Gobernador y su ministro Kerchner.

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